Mejorando poco a poco
Mi primera impresión al llegar a Portugal no fue muy buena: entré al piso donde me iba a alojar los próximos tres meses y vi que además de ser antiguo y no muy acogedor, era compartido con más gente.
Los primeros días en la empresa donde estaba de prácticas tampoco fueron muy buenos. Me mandaban tareas muy simples y aburridas, me sentía triste por estar lejos de casa para hacer esas tareas tan sencillas que podía hacer cualquier persona.
Con el tiempo me fui acostumbrando al piso y poco después me quedé solo, que me resultaba más cómodo.
En la empresa todo se fue mejorando también, poco a poco podía demostrar lo que sabía y las ganas de aprender que tenía. Me ofrecieron un puesto de trabajo para que trabajase a la vez que seguía formándome y comenzaron a mandarme tareas de más responsabilidad dejándome de operario y controlando la producción de estas máquinas de aquí abajo.
Finalmente preferí regresar a mi pueblo ya que me había sido muy difícil estar 3 meses totalmente solo sin ningún tipo de distracción o hobbie.