Erasmus en Berlín

Me llamo Antonio y he realizado mis prácticas de cocina y gastronomía en un catering vegetariano para guarderías en Berlín.

El trabajo en la cocina se dividía en dos partes: la primera discurría desde que entrábamos hasta que los repartidores se llevaban la comida. En esta parte se realizaban las elaboraciones que se iban a consumir en el día. En la segunda parte pre-elaborábamos y conservábamos los alimentos del menú del día siguiente. Mi tarea en la primera parte consistía en la limpieza y montaje de las cajas isotérmicas para el reparto, limpieza de utensilios, menaje y envases. También distribuía los extras (ensaladas, postres y pan) en recipientes por guarderías, para que los repartidores se los llevaran. En la segunda parte realizaba tareas de limpieza, picado y envasado de alimentos. Al final de la jornada, entre todos, limpiábamos la cocina y todos los utensilios, dejando todo listo para el día siguiente. Con el paso del tiempo fui adquiriendo más responsabilidades como: elaboración de postres, salsas, sopas y vinagretas.

He aprendido a trabajar en una cocina más pequeña que la de la escuela, bajo presión y en equipo. A elaborar otros tipos de comidas, buscando un equilibrio nutricional, para suplir los nutrientes que proporcionan las proteínas animales. También he practicado el uso de ingredientes que no son habituales ni en nuestra cocina ni en la cocina tradicional (no vegetariana)

La experiencia del Erasmus no sólo se limita a las prácticas en cocina, conocer la ciudad y a las personas que viven allí es imprescindible. Berlín es una ciudad maravillosa, llena de vida y de actividades que hacer. He tenido la buena suerte de disfrutar de un excelente tiempo que me ha permitido recorrerla en bicicleta. Está diseñada para poder circular en bicicleta de una forma totalmente segura, con carriles ciclables segregados de la circulación rodada e incluso calles de preferencia ciclista donde los automóviles sólo pueden circular si son residentes y a una velocidad bastante reducida .

Como amante de la música he podido disfrutar de una agenda de conciertos extraordinaria con bandas de todas partes del mundo. La ciudad cuenta con cientos de salas, bares, clubes, teatros y asociaciones donde se realizan espectáculos musicales de todo tipo. 

Y como entusiasta del arte contemporáneo, he podido asistir a exposiciones únicas y visitar las colecciones de la Neue Nationalgalerie y la Hamburger Bahnhof. La cultura no sólo se puede ver en los grandes museos, en cada barrio hay numerosas galerías de arte donde disfrutar de propuestas más independientes.

Gastronómicamente Berlín es un conjunto de todas las culturas que conviven en sus calles, puedes encontrar todo tipo de establecimientos, desde grandes restaurantes hasta puestos de comida callejera, donde disfrutar de platos deliciosos.

La historia también es una parte muy presente en la ciudad, puedes recorrer innumerables puntos de interés histórico que te enseñan que el pasado está ahí para no cometer los mismos errores.

He tenido la oportunidad, de relacionarme con personas de diferentes nacionalidades: alemanes, suecos, chilenos, argentinos, israelíes, italianos, colombianos y he conocido a personas con las cuales voy a seguir teniendo relación aunque ya no viva en Berlín. No he aprendido demasiado alemán (prácticamente nada) pero creo que mi inglés ha mejorado bastante.

El único punto negativo es la cuantía de la beca, Berlín es una ciudad muy cara y con los últimos cambios en la economía mundial, mucho más.

Para poder disfrutar de la cultura, restaurantes, vida nocturna, etc necesitas llevar tus propios ahorros porque si no, tu experiencia se puede limitar al trabajo y poco más. Aún así es una vivencia magnífica que todos los estudiantes deberían disfrutar.

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