La mejor chica de prácticas
París es una ciudad preciosa, la Tour Eiffel se enciende cada noche al atardecer y brilla a cada hora en punto hasta que se apaga completamente a las 12 de la noche.
Presenta una gran oferta cultural, está llena de museos de todos los tipos y épocas artísticas distintas, de plazas con encanto, de parquecitos por los que pasear y de monumentos que visitar. Muchos museos son gratuitos con el carnet de estudiante para menores de 25 años, sino tienen un precio en torno a los 14 euros, y para entrar hay que comprar los billetes unos cinco días antes para no hacer cola de una hora y media.
Los domingos por la tarde antes de entrar en la plaza de Palais Royal ponen música de Tango gratis para todo aquel que quiera bailar con su pareja al aire libre.
Para subir a Montmartre hay dos opciones; se puede coger un funicular que te lleva a lo más alto del Sacre Coeur o a pie por unas escaleras y un caminito precioso por el que poco a poco se va viendo toda la ciudad, una vez arriba artistas callejeros suelen dar conciertos mientras los turistas se sientan en las escaleras de la basílica a ver el paisaje parisino.
Por lo que a las prácticas se refiere al principio fue duro, porque hacía muchas horas y no tenía tiempo para visitar nada, luego se normalizó y ahora algunos días echo más horas de la cuenta. Por lo que respecta al trabajo, el gimnasio es prácticamente mio, abro el gimnasio enciendo los televisores y pongo la música, estoy en la recepción haciendo contratos, llamando por teléfono a posibles clientes, llevando la contabilidad en el ordenador del gimnasio, haciendo entrenamientos personales de una hora con los clientes, impartiendo las clases dirigidas, en resumen estoy aprendiendo como es dirigir un pequeño gimnasio.
El director está muy contento conmigo, la semana pasada me dijo que soy la mejor chica de prácticas que ha tenido nunca.
Cosas que me han sorprendido de aquí: los bicicleteros para aparcar las bicis tienen una bimba para hinchar las ruedas gratis, los McDonald’s tienen fachada de taberna de 1600, la gente es mucho más distante y todo es hiper caro, desde la comida hasta el alojamiento, París es una ciudad de ricos.
Por último echo de menos tener un grupo de amigos con el que salir.