Qué es el efecto Pigmalión y cómo se aplica en el ámbito educativo

El efecto Pigmalión es un fenómeno en el que las expectativas de una persona sobre otra influyen en el rendimiento de esta última. En el ámbito educativo, se puede aplicar mediante la creación de expectativas positivas en estudiantes, lo que puede llevar a un aumento en su rendimiento académico.

En esta entrada vamos a repasar el origen de esta denominación, analizar cómo influye la actuación docente en el alumnado y qué estrategias podemos implementar para mejorar el rendimiento de estudiantes.

 

 ¿Quién fue Pigmalión y cómo se relaciona con el efecto Pigmalión?

Pigmalión fue un personaje de la mitología griega, un escultor que se enamoró de una de sus creaciones, una estatua de marfil que representaba a una mujer. Según la leyenda, la diosa Afrodita, conmovida por su amor, le dio vida a la estatua y se convirtió en su esposa.

El efecto Pigmalión, también conocido como profecía autocumplida, se refiere a la influencia que las expectativas tienen en el rendimiento de las personas. En el ámbito educativo, se ha demostrado que las expectativas que el profesorado tienen sobre sus estudiantes pueden afectar significativamente su desempeño. Si el profesorado cree que sus estudiantes son capaces y tienen altas expectativas sobre ellos, es más probable que el alumnado alcance un mayor rendimiento académico.

El origen del concepto se remonta a un estudio realizado por los psicólogos Rosenthal y Jacobson en la década de 1960. En este estudio, se les dijo a las y los profesores que algunos de sus estudiantes habían sido identificados como «estudiantes con gran potencial», cuando en realidad no había ninguna base objetiva para esta afirmación. Los resultados mostraron que las y los estudiantes identificados como «con gran potencial» tuvieron un mejor desempeño académico que otros estudiantes, lo que sugiere que las expectativas de los profesores influyeron en el rendimiento de los estudiantes.

En el aula, el profesorado puede aplicar el efecto Pigmalión de manera positiva al establecer altas expectativas para todos sus estudiantes y brindarles retroalimentación positiva y constructiva. También es importante evitar estereotipos y prejuicios que puedan limitar el potencial del alumnado. Al fomentar un ambiente de apoyo y confianza, el profesorado puede ayudar a sus estudiantes a alcanzar su máximo potencial.

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¿Qué estrategias podemos utilizar para aumentar las expectativas positivas sobre el alumnado?

Para aumentar las expectativas positivas sobre el alumnado, el profesorado puede utilizar diversas estrategias, tales como:

      1. Conocer a las/los estudiantes: Es importante que conozcamos a nuestros estudiantes, sus fortalezas y debilidades, y sus intereses. De esta manera, podremos establecer expectativas realistas y alentar a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial.
      2. Proporcionar retroalimentación positiva: Debemos proporcionar retroalimentación positiva a sus estudiantes, destacando sus logros y esfuerzos. Esto puede aumentar su confianza en sus habilidades y motivarlos a seguir trabajando duro.
      3. Establecer metas desafiantes pero alcanzables: Es conveniente establecer metas desafiantes pero alcanzables para nuestros estudiantes. Esto puede ayudarles a desarrollar un sentido de logro y aumentar su autoestima.
      4. Utilizar el lenguaje positivo: Es conveniente utilizar un lenguaje positivo al interactuar con nuestros estudiantes. Esto puede incluir el uso de elogios y palabras de aliento para motivarles.
      5. Fomentar la participación activa: Podemos fomentar la participación activa de las y los estudiantes en el aula, lo que puede aumentar su confianza y motivación. Esto puede incluir actividades en grupo, debates y proyectos colaborativos.

En resumen, podemos utilizar diversas estrategias para aumentar las expectativas positivas sobre nuestros estudiantes, lo que puede mejorar su rendimiento académico y su autoestima, mejorando su autoconcepto y potenciando su talento.

 

Cómo las Expectativas Afectan el Rendimiento Académico: Efecto Pigmalión

En el ámbito educativo, el Efecto Pigmalión se refiere al fenómeno en el cual las expectativas que el profesorado tiene sobre sus estudiantes puede influir en el rendimiento académico de estos últimos. Cuando las y los docentes creen en el potencial y las capacidades de sus alumnado, tienden a brindarles un mayor apoyo, oportunidades y estímulos, lo que a su vez puede llevar a un aumento en la motivación y el logro académico.

En este artículo, exploraremos en qué consiste el Efecto Pigmalión y cómo puede afectar a nivel académico a las personas.

El Efecto Pigmalión: Definición y Mecanismos:

El Efecto Pigmalión, también conocido como profecía autocumplida, fue acuñado por el psicólogo Robert Rosenthal y la educadora Lenore Jacobson en la década de 1960. Se basa en la premisa de que las expectativas del profesorado pueden influir en el comportamiento y el rendimiento de las y los estudiantes.

  • Expectativas positivas: Cuando las y los docentes tienen expectativas positivas sobre el desempeño y el potencial de una o un estudiante, tienden a brindarles más atención, apoyo y retroalimentación constructiva. Estas expectativas se transmiten de forma sutil a través de señales no verbales, el tono de voz y la elección de tareas desafiantes. El alumnado, a su vez, perciben estas señales y pueden esforzarse más, tener una mayor motivación y obtener mejores resultados académicos.
  • Expectativas negativas: Del mismo modo, las expectativas negativas también pueden afectar el rendimiento de las y los estudiantes. Cuando el profesorado tiene bajas expectativas sobre las habilidades o el potencial de una o un estudiante, pueden tratarlo con menos atención, proporcionar menos apoyo y presentar desafíos académicos menores. Esto puede llevar a una disminución de la motivación y a un rendimiento inferior al potencial real del alumno o alumna.

Impacto del Efecto Pigmalión en el Rendimiento Académico:

El Efecto Pigmalión puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico de los estudiantes. Las expectativas de las y los docentes pueden influir en áreas clave:

    • Autoconcepto y autoestima: Las expectativas positivas del profesorado pueden fortalecer el autoconcepto y la autoestima del alumnado, ya que se sienten valorados y confían en sus habilidades. Esto puede motivarlos a asumir desafíos académicos y esforzarse por alcanzar metas más altas.
    • Motivación y compromiso: Cuando el profesorado cree en el potencial de sus estudiantes, esto puede generar una mayor motivación intrínseca. Los alumnos y alumnas se sienten más motivados para participar activamente, buscar oportunidades de aprendizaje y perseverar en la superación de obstáculos.
    • Logro académico: El Efecto Pigmalión puede influir directamente en los logros académicos de las y los estudiantes. Las altas expectativas del profesorado puede impulsar al alumnado a esforzarse más, buscar la excelencia y obtener mejores resultados académicos. Estos estudiantes pueden experimentar un crecimiento notable en su desempeño y lograr resultados superiores a lo esperado inicialmente.

Por otro lado, las expectativas negativas pueden generar un efecto contrario. Las y los estudiantes pueden internalizar esas bajas expectativas y comenzar a creer que no son capaces de alcanzar un alto rendimiento académico. Esto puede llevar a la desmotivación, la falta de confianza y, en última instancia, al bajo rendimiento.

Es importante destacar que el Efecto Pigmalión no solo se limita a la influencia del profesorado. También puede manifestarse en las expectativas de sus familiares, madres, padres, compañeras y compañeros de clase e incluso de los propios estudiantes sobre sí mismos. Estas expectativas pueden influir en el entorno educativo y tener un impacto significativo en el rendimiento académico.

El Efecto Pigmalión demuestra que las expectativas del profesorado y otros actores en el entorno educativo pueden tener un impacto poderoso en el rendimiento académico del alumnado. Las expectativas positivas pueden motivar, empoderar y elevar el rendimiento de las y los alumnos, mientras que las expectativas negativas pueden limitar su potencial y disminuir su autoestima y motivación.

Como educadores, es fundamental ser conscientes de nuestras propias expectativas y trabajar para generar un ambiente de apoyo, confianza y expectativas altas pero realistas para todos los estudiantes. Al crear un entorno que fomente el crecimiento, la motivación y la confianza en sí mismos, podemos ayudar a maximizar el potencial de cada alumno y promover un mayor éxito académico. Además, debemos alentar al alumnado a tener expectativas positivas sobre sí mismos y a superar las barreras autoimpuestas, ya que el poder de la creencia en uno mismo también puede influir en su rendimiento académico y en su camino hacia el éxito.