La flexibilidad es la capacidad que tenemos para conseguir estirar nuestros músculos al máximo, permitiendo a nuestras articulaciones mejorar la amplitud de nuestros movimientos. 

Los diferentes tipos de flexibilidad son: 

  • Flexibilidad pasiva: se necesita la ayuda de un compañero/a o máquina para llevar a cabo el trabajo de flexibilidad. Por ejemplo, cuando nos colocamos por parejas y vamos rotando los estiramientos, con la ayuda del compañero/a. 
  • Flexibilidad activa: es aquella en la que el sujeto es el principal responsable de llevar a cabo el estiramiento. Por ejemplo, cuando los deportistas estiran antes de que comience la competición. 
  • Flexibilidad estática: tenemos que colocarnos en una posición determinada y aguantar un pequeño tiempo sin movernos. Un ejemplo de este tipo de flexibilidad pueden ser los estiramientos que hacemos en ocasiones en clase. 
  • Flexibilidad dinámica: existe movimiento en el trabajo. Por ejemplo, cuando se llevan a cabo ejercicios «balísticos» o «lanzamientos». 

Si trabajamos correctamente la flexibilidad, podemos prevenir lesiones, aumentar los movimientos que podemos realizar con nuestro cuerpo, aprender ejercicios propios de deportes como la gimnasia rítmica, etc.