La incertidumbre invita a la sabiduría

El cerebro humano intenta anticiparse a los acontecimientos para aumentar las posibilidades de supervivencia. Cuando las situaciones se vuelven imprevisibles, sobreviene la ansiedad.

Desde hace medio siglo, hemos conseguido controlarlo casi todo mediante una excesiva oferta de medios técnicos. La crisis sanitaria y ambiental ha puesto en duda ese sueño.

Para enfrentarnos a esta desestabilización, debemos volver a confiar no solo en nosotros mismos, sino también en los vínculos que nos unen a nuestros congéneres.

Esta es la síntesis que nos hacen de un interesante artículo recién aparecido en la revista Mente y Cerebro con el título que hemos puesto a esta entrada. El tema se desarrolla de forma sencilla y entendible para todo el mundo, muy aconsejable su lectura, puedes verlo en el siguiente enlace:

Enlace al artículo

Autocuidar(nos)

Hoy presentamos un proyecto de Antonio Lafuente para el INTEF. Se trata de la guía «Cómo autocuidarnos», elaborada por Violeta Maya, Valentina Sánchez, Laura Peredo y David Gómez, donde nos orientan a través de diferentes aspectos poniéndonos de manifiesto la gran importancia del autocuidado, especialmente en épocas de crisis, y no solo el individual sino también el colectivo. Puedes descargarla en el enlace final de esta entrada.

No se trata de un recetario sino de un acercamiento a los temas más relevantes para adaptarlos a los diferentes contextos, haciendo hincapié también en la importancia de visibilizar estos autocuidados:

…los cuidados han sido invisibilizados y menospreciados en un mundo que privilegia la producción, la competencia, la acumulación y el individualismo. Sin embargo, cada vez apreciamos más su valor y reconocemos que sin ellos el mundo se colapsaría.

Se organiza esta guía en cuatro pasos para esas situaciones problemáticas. Puedes verlos en la siguiente imagen:


Se desarrollan estos puntos en la publicación, además de darnos unos consejos finales a modo de resumen y algunos otros recursos.

Enlace a la guía
 

Micropoesía emocional

Nos ha llamado la atención el proyecto Constar, de Fernando Ramos. Así nos lo comentan desde Cultura inquieta:

Dice él (Fernando Ramos) que se lo recomendaría a cualquiera que esté atravesando un momento complicado. Desde aquí en cambio, se lo aconsejamos a cualquier amante de las letras que quiera dejar volar su imaginación. Más aún en estas fechas. Constar se postula como ese regalo cargado de significado, cuyo soporte más valioso es el contenido. Porque sabemos: quien bien te quiere te hará leer. Y, por tanto, reflexionar.

Encontrarás más textos y diseños interesantes entrando en el proyecto.

Resiliencia

Así nos la define la RAE: «Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.» Y si nos preguntamos cómo podemos ejercerla en estos pandémicos tiempos, nos encontramos respuestas de todo tipo. Os destaco algunos ejemplos que nos pueden ayudar:

Sarah Williamson

Inteligencia emocional, ¿eso qué es?

Elsa Punset nos ayuda en el vídeo a acercarnos al concepto de inteligencia emocional, que seguiremos desarrollando en futuras entradas.

…Esencialmente, la inteligencia emocional es la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones. Y es importante porque cuanto más comprendamos estos aspectos de nosotros mismos, mejor serán nuestra salud mental y nuestro desarrollo social.

Así (tal como aparece en el párrafo anterior) nos la definen en este pequeño acercamiento desde BBC News.  En el mismo, además, nos introducen cuatro variables para comenzar a autoevaluarnos: ¿pensamos en nuestras reacciones?, ¿vemos las situaciones difíciles como un reto?, ¿tenemos habilidades para cambiar nuestras emociones?, ¿nos ponemos en el lugar de la otra persona?

En el siguiente vídeo (seguimos con Elsa Punset) una pequeña muestra de que todo puede trabajarse, no solo la musculatura

Consejos para una pandemia

Ayer mismo leíamos en El Diario un pequeño artículo que resume ese concepto de fatiga pandémica, de la que ya habréis escuchado hablar, originada por la larga duración del problema en el que andamos metidos. Aquí se recogen algunos de los párrafos más interesnates del mismo:

Después de ocho meses, con una evolución desigual y un verano atípico en el que el coronavirus ha estado más presente de lo que se calculaba, y de lleno en la segunda ola, surge el término «fatiga pandémica», un concepto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como «desmotivación para seguir las recomendaciones de protección y prevención que aumenta con el tiempo».

Según los expertos, la fatiga pandémica es una respuesta natural y esperada a una crisis de salud pública prolongada y cuya gravedad ha obligado a implementar medidas restrictivas que han tenido un fuerte impacto en todas las personas, incluso en aquellas que no se han visto afectadas de forma directa.

En concreto, y según los datos de una encuesta de la OMS, la fatiga emocional está afectando al 60% de la población europea.

Hemos pasado del miedo y la resignación que había durante la primavera, en los inicios de la crisis, a la fatiga y cierto descuido por las medidas impuestas en otoño. Intentar cumplir con cualquier acción que no sea habitual es siempre un desafío.

… La incertidumbre acumulada día a día genera cansancio, pena, frustración, desánimo, etc y, lo que es peor, desconfianza hacia lo que proponen las autoridades.

Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado mes de octubre, a lo largo de esta crisis del coronavirus, la opinión sobre algunas instituciones ha empeorado.

¿Cómo afrontar esta nueva realidad en cuatro pasos?

En primer lugar, debemos ser muy conscientes de la necesidad de adaptarnos a cada situación. No hacerlo nos lleva al bloqueo. Crear una nueva rutina puede ayudar a estabilizarnos. La guía Bienestar psicológico en tiempos de la Covid-19, disponible en la web de la campaña informativa Mente en equilibrio, propone algunas estrategias para ayudarte a manejar los pensamientos e identificarlos:

  • Piensa e identifica lo que te pasa por la cabeza: lo que piensas influye en lo que sientes y en cómo te comportas, por tanto, es importante identificar tus pensamientos. Puede ayudarte responder a cuestiones como: ¿Qué pienso sobre la situación que me hace sentir mal?;¿hay algo que me inquiete y por qué?; estos pensamientos, ¿me sirven para algo?
  • Pon en duda tus pensamientos: muchas veces nos equivocamos a la hora de pensar, como cuando pensamos que algo va a suceder y al final no es así. Son pensamientos erróneos que pueden producir malestar. Es importante preguntarte si eso que estás pensando es una verdad absoluta o puede haber otras explicaciones. Por ejemplo, nos resfriamos y pensamos que tenemos Covid-19. Puede ser que el pensamiento nos lleve a lo peor, y esto nos genera mucha angustia.
  • Busca una frase optimista: afrontar situaciones como las que nos trae la pandemia puede ser complicado. Tomarte las cosas de la mejor manera que puedas, con frases que te ayuden a hacer más llevadera una situación concreta («venga, tranquilízate», «tú puedes», etc.).
  • No pienses en el futuro: centrarnos en pequeñas cosas y concentrarnos en el futuro más inmediato; es decir, qué haremos mañana o qué podemos hacer hoy que nos distraiga. Puede ser una forma útil de lidiar con la incertidumbre.

El artículo completo

Los pequeños placeres

Ya lo sabíamos, además el tema es abundante en los llamados libros de autoayuda, pero ahora además la ciencia nos lo va confirmando:

No solo conseguir las grandes metas nos ayudan a ser felices, los pequeños placeres cotidianos son muy importantes, en este enlace a la revista Investigación y Ciencia tienes más detalles. Entre estos pequeños disfrutes el contacto con la naturaleza es importante para nuestro bienestar, tanto en niños como en adultos.

Para leer un poquito más más: Guía para practicar la felicidad de las pequeñas cosas