Es una balanza de dos platillos que, a diferencia de lo que ocurría en las romanas, van apoyados en el ástil, en lugar de suspendidos de él.
Esta disposición, para asegurarse de que el movimiento de los platillos se lleva a cabo en dirección vertical, obliga a situar a cada uno de ellos sobre una varilla vertical (AD, BE) articulada al ástil (AB) y a un contraástil (DE). El conjunto va sujeto a un columna central (G), formando un paralelogramo con seis pivotes (A, B,C,D,E,F). De esta manera, los objetos se pueden colocar en cualquier parte del platillo sin que la medida se vea alterada, aunque el mayor número de puntos de articulación tiene como consecuencia un aumento en el rozamiento del conjunto.