NICULOSO PISANO
EL RETABLO CERÁMICO DE TENTUDÍA

¿Qué técnica novedosa traía Pisano a Sevilla que en poco tiempo le permitió alcanzar el éxito artístico? Casi podría decirse que en una ciudad en la que las producciones azulejeras estaban enraízadas en las tradiciones mudéjares, el estilo del artista italiano supuso toda una revolución.
Frente a las técnicas tradicionales (alicatado, cuerda seca, etc.) Niculoso introdujo el llamado azulejo plano policromado, al que a veces se da también su propio nombre: azulejo pisano. Se parte de una pieza cerámica cuadrangular a la que, una vez secada simplemente al sol, se le aplica el dibujo deseado a partir de un calco, tras lo cual se lleva al horno dos veces sucesivas, hasta dejar completamente fijados los colores.
La primera obra conocida de Niculoso Pisano en Sevilla data de 1503, pero la que ahora me ocupa es ya de 1518. Como reseñé en el artículo anterior, fue encargada para conmemorar el prodigioso hecho de la batalla de Tentudía. Tengo ante mi un enorme retablo de azulejos formado por 640 piezas y que alcanza 3,4 metros de alto por 2,6 de anchura. Pisano distribuyó tan amplio espacio en tres calles. Las laterales divididas en tres cuerpos, mientras que sólo hay uno en la central, rematado por un Calvario a cuyos pies se simula una hornacina bajo dosel sostenido por ángeles, que queda a su vez enmarcado por el tema del árbol de Jessé. Los laterales del retablo y el banco se decoran con grutescos variados.
Las escenas principales del conjunto hacen alusión a la vida de María, pero en los cuerpos inferiores el ceramista reflejó dos retratos más mundanos: el de Pelay Pérez Correa, a la izquierda, y el de Juan Riero, el canónigo que encargó la obra, a la derecha; ambos se encuentran arrodillados en actitud de orar.

Pero es que hay más cosas que admirar aquí: el rico colorido de las piezas, las alabanzas a Dios (Laus Deo), los bucráneos… Una obra que pese a basarse en un programa iconográfico de clara intención didáctica no desprecia los elementos más cultos, característicos de la mentalidad renacentista. Sí, Pisano murió sevillano, pero jamás olvidó sus raíces italianas. Es más, debió sentirse orgulloso de sus realizaciones y de lo que había conseguido cambiando de país. Su mentalidad anunciaba ya tiempos nuevos, los mismos que permitían al artista citarse en la obra a sí mismo como autor: NICULOSUS PISANUS ME FECIT A. D. 1518.
En esta Web, «retablo cerámico«, tenéis información sobre Niculoso Pisano, acompañada de excelentes fotografías. Más datos en esta página de Calera de León. Leed también este breve texto sobre alicatados y azulejos andaluces y seguid, si os apetece, este itinerario azulejero. Como otras veces, las fotos de detalle de las escenas del retablo corresponden a Pablo Moriña que me acompañó a la visita con los otros magníficos viajeros.