Recuperan un Caravaggio robado en 2008
Michelangelo Merisi (1571- 1610) que era apodado el Caravaggio por su pueblo de origen, es uno de los iniciadores de la pintura moderna y su influencia, tras el declive del manierismo, es visible en Rubens, Ribera, Bernini, Rembrandt, amén de la generación de «Caravaggisti» o «Tenebrosi» que lo siguieron devotamente. Aventurero irascible, brutal y camorrista, se decía más dado a pintar hombres, que es lo que conocía, que no divinidades con las que apenas tuvo tratos. Ello no obsta para que, salvo su primera obra, casi todo su motivo sea religioso, si bien humanizado por un realismo psicológico y un naturalismo desmitificador. A ello cooperaba su selección de modelos entre los golfos y golfas de la calle, que frecuentemente provocó el escándalo al tiempo que su fama. En la Iglesia del momento, como hizo notar Gombrich, Caravaggio encontró a sus mejores amigos y a sus peores enemigos, aunque como percibe el gran historiador del arte la provocación nacía de que el pintor a veces no conocía realmente el pasaje o el simbolismo de lo que estaba pintando. Caído en la miseria y la malaria, el tiempo y los que lo siguieorn lo eclipsaron de inmediato, casi hasta su redescubrimiento en el siglo XX.
La policía señal que, al momento del asalto por efectivos especiales del GSG-9 antiterrorista, la venta de la pintura estaba a punto de cerrarse. Los detenidos, tres ucranianos y un ruso, tenían una cita en Berlín con los posibles compradores y uno de los detenidos ha confirmado su participación en el robo de Odessa. La policía ucraniana ha procedido a su turno a la detención de otras 20 personas relacionadas en su país.
El cuadro, del que hay una copia en la Galería Nacional de Irlanda, era una de las joyas de la colección del Museo de Arte Occidental y Oriental de Odessa, cuando fue robado a mitad de verano del 2008. En el sigo XIX había sido comprado en París por el embajador ruso en Francia, Alexander Bazilevski, quien en 1870 lo regaló al Gran Príncipe Vladímir Alexándrovich. A principios del XX, fue cedido a la Escuela de Arte de Odessa y en la década de 1920, tras la revolución bolchevique, a la Galería de Arte Antiguo que es el actual museo. Habían surgido por entonces dudas sobre la autoría del cuadro, que fueron disipadas por el trabajo de la crítico moscovita K. Malítskaya.