LOS EFECTOS POSITIVOS DE LOS TEMPORALES DE INVIERNO
Hace tiempo hablábamos de la recuperación de las Tablas de Daimiel gracias a las lluvias invernales.
Ahora os muestro otro ejemplo, en el sureste (Almería), que nos vuelve a demostrar la capacidad de regeneración que puede tener la naturaleza.
Se trata de los humedales que han resurgido casi por encanto en todos los antiguos saladares, desecados por años de sequía (pero también por la acción del hombre)
Y ante esto, una pregunta:
¿Qué hubiera ocurrido si estas zonas hubieran estado ya edificadas masivamente, como ocurre en tantas zonas del Mediterráneo?