LA TUMBA DE SENNEDJEM
UN EJEMPLO DE PINTURA EGIPCIA
Es bien sabido que en el antiguo Egipto la pintura tenía hasta cierto punto un carácter complementario, al emplearse para la decoración tanto de interiores de edificios como de recubrimiento de muchas esculturas. Sin embargo, ello no impide que a veces las realizaciones pictóricas alcancen una gran brillantez y calidad. Suele ocurrir esto en las tumbas de personajes de segunda categoría, en las que la menor capacidad económica de sus propietarios explica a veces el recurso a la expresión pictórica, cuyos costos eran más reducidos que los de la escultura. Por otra parte, la pintura no sólo mostraba los ritos del paso del cadáver hacia la vida eterna. Con frecuencia narraba también escenas de la vida cotidiana, que nos permiten establecer abundantes deducciones sobre el funcionamiento de la antigua sociedad egipcia.
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La tumba se organiza a partir de un amplio patio rematado por tres capillas con forma de pequeñas pirámides, dedicadas una de ellas al propio Sennedjem, otra a su suegro y otra a uno de sus hijos. Ya en el interior, las diversas estancias se disponen en torno a un pasillo, una antecámara y una cámara mortuoria.
El dios Annubis momifica el cadáver de Sennedjem.
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En su conjunto, las pinturas de esta tumba presentan una factura y calidad superior a la de la mayoría de las realizadas en la misma época (hacia fines del primer tercio del siglo XIII a.C.). Muchas de ellas están consagradas a la representación de las típicas escenas funerarias egipcias (momificación del cadáver por el dios Annubis, la momia de Sennedjem custodiada por las diosas aladas Isis y Nephtys, etc.).
Por otra parte, hay también otro conjunto de pinturas en el que se narran diversas escenas de la vida cotidiana. Así, al final del pasillo, en lo más alto, podemos encontrar como Sennedjem y su esposa, Lineferti, están plácidamente ocupados en una partida de senet, el antiguo juego de mesa agipcio. Una escena con mucha carga simbólica, ya que el movimiento de las piezas sobre el tablero puede entenderse como el de alma a la llegada al inframundo.

Estas representaciones, aparte de proporcionarnos valiosas informaciones sobre la tecnología agrícola del país, nos indican también la mentalidad que respecto a la agricultura tenían las capas medias y altas de la población, las únicas alejadas de ese tipo de faenas. Es cierto que las escenas que comentamos se atienen a los caracteres generales de la pintura egipcia (no hay perspectiva, se aplica la conocida ley de la frontalidad, etc), pero su tono, a veces marcadamente naturalista, nos señala una evidente relación entre la idea de la segunda vida y su asociación a formas de vida campestre, que serían, a la postre, las que proporcionarían la felicidad eterna al fallecido. Sennedjem debió al canzarla, pues en su tumba una frase se repite con frecuencia: «Sennedjem, justificado«. Así sea.
Para adentrarnos en esta interesantísima página únicamente es necesario recurrir en Internet a dos espléndidas fuentes: de una parte, en inglés, el proyecto Osirisnet nos ofrece una extensa descripción de la tumba, con abundantes planos y fotografías. De otra parte, en catalán, podemos descargarnos en PDF (en catalán) todos los capítulos de la tesis doctoral de Marta Saura Sanjaume, titulada precisamente, «La tumba de Seneddjem en Deir el-Medina, TT1».