LAS NIEBLAS MATINALES Y CENCELLADAS

Es habitual que en invierno nos podamos encontrar con este fenómeno en valles y grandes llanura, sobre todo en la cercanía de los ríos.

Su formación se produce en las últimas horas de la madrugada y las primeras de la mañana, cuando la temperatura es más baja.  Y es que cuando desciende la temperatura del aire, éste tiene menos capacidad para contener el vapor de agua (la humedad) que siempre tiene. Se produce así una saturación en el que el vapor de agua se convierte en diminutas gotas que crean una nube junto al suelo, es decir, una niebla matinal.

Este fenómeno es más normal cuando tenemos nuestro famoso anticiclón invernal por dos motivos. Por una parte, con anticiclón no tendremos nubes y las temperaturas nocturnas serán más bajas (pues el calor acumulado por la tierra durante el día se escapa rápidamente durante la madrugada). Por otra parte, el propio anticiclón “presiona” el aire sobre el suelo (muy frío) y no deja que la nube levante.

Este fenómeno es más habitual en donde exista agua (ríos o lagos), pues existe más humedad, como podéis ver en esta foto

Valle del Jarama. Madrid.

Estas nieblas sólo levantarán si sopla el viento o el sol es capaz de calentar el aire que superar el punto de saturación, quedando un típico cielo limpio de anticiclón (Por eso el refrán: mañanitas de niebla, tardes de paseo).

Si la niebla matinal coincide con temperaturas bajo cero se produce la llamada cencenllada. Las gotitas de agua se congelan sobre las plantas en finas láminas de hielo

Vicente Camarasa

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