Archivos históricos a cal y canto
Los historiadores son gente meticulosa, ajena a las premuras que impone la actualidad, acostumbrada a buscar hasta que encuentran ese dato que desmiente o avala su hipótesis de trabajo. Pero eso no quiere decir que no se pueda agotar su paciencia. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aún no ha cumplido su promesa de revisar un acuerdo del Consejo de Ministros, del 15 de octubre de 2010, que declara secretos casi todos los cables y notas diplomáticas, sin importar su fecha de elaboración. Además, el archivo de su departamento está cerrado a cal y canto desde hace un año, cuando se anunció por sorpresa la mudanza de sus fondos al Archivo Histórico Nacional y al Archivo General de la Administración, dejando en el aire un buen número de tesis doctorales e investigaciones académicas en curso, sin que nadie sepa cuándo podrán reanudarse. Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, dio carpetazo, poco después de llegar a su cargo, al proyecto de su antecesora, Carme Chacón, de desclasificar, y por tanto sacar a la luz pública, 10.000 documentos militares con más de 40 años.