MIS VIAJES A LAS CANARIAS – Richard F. Burton
“Tu oro está más seguro que tu cuchillo si los dos están al alcance de un español”.
Un pequeño libro de viajes escrito por dos ingleses en la época victoriana. Una curiosidad prescindible de no reparar en el autor: Richard F. Burton, el descubridor de las fuentes del Nilo, el explorador de las montañas de la luna.
Aprovechando sus obligados tránsitos hacia su puesto consular en Fernando Poo, Burton y su esposa describen la situación de las islas canarias, pero especialmente de Tenerife, a mediados del XIX. Como en el caso de muchos otros viajeros de la época, destacan tres constantes, que casi parecen tópicos manidos por el uso, de no ser tan vivaz y detallada la descripción de Burton y su esposa:
La belleza física de los nativos, mujeres y hombres por igual, pero especialmente de las primeras. Algo que sorprende casi más a Lady Burton que a su esposo, aunque también podríamos decir, ya que ella fue la encargada de censurar las obras de su marido, que encontró menos ofensivo afirmarlo ella antes que ponerlo en labios de su cónyuge.
La belleza del paisaje, la bondad del clima y lo saludable del lugar. “El calor seco nunca ha matado a un hombre”. Las pésimas comunicaciones, los espantosos hospedajes, la mala calidad de la comida y la nula colaboración de los lugareños que les hospedaban y servían.
En cualquier caso, Burton compone una visión pintoresca, muy llena del a acidez que le hizo famoso, y con consideraciones sobre la historia local, en la que destaca, naturalmente, la frustrada invasión británica al mando de Horacio Nelson. Esto último es causa especial de reflexión para él, sobre todo al contemplar el pésimo estado de las defensas de la plaza, y la nula defensa de las costas y plazas del resto de la isla, o de la propia ciudad respecto a un ataque terrestre.
En suma, un libro curioso, que destaca de entre la literatura de viajes decimonónico por su brevedad (solo son fragmentos de obras más amplias), su frescura y el encanto innegable del autor.
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