EL ALGARROBO

Árbol típico del paisaje mediterráneo aunque la lentitud de su crecimiento y su abandono como cultivo productivo ha hecho que su presencia sea cada vez menor.

Perfectamente adaptado a las sequías estivales, su fruto, envuelto en una dura vaina, puede perdurar varios años en el suelo, esperando las situaciones más propicias para germinar.

Tradicionalmente sus hojas más bajas se utilizaban para el ramoneo del ganado mientras que sus frutos se utilizaban para el consumo humano ya fuera a través de harinas o de cocimientos

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