Posteriormente este tipo de urbanismo troglodita fue apareciendo debido a presiones históricas (refugio de grupos perseguidos, como puede aparecer en Capadocia), geográficas (en terrenos sedimentarios -yesos, areniscas- fáciles de excavar) y /o climática (protección ante climas muy calurosos y que, debido a su especial aridez, no tienen una erosión continua)
En España, este tipo particular de hábitat fue especialmente utilizado por las minorías religiosas (moriscos) o étnicas (gitanos), aunque no de forma total, apareciendo casas cuevas en otros contextos.
Su extensión es amplia, aunque cobra especial dimensión la la zona sureste de la Península (Granada, Almería).
Guadix
Excavadas a pico y pala muestran al exterior una fachada encalada que, a menudo, forma placetas, que unen distintas entradas (muy relacionada por lazos familiares).
En otras ocasiones la edificación, ya tradicional, amplia la de la propia cueva
En su parte alta muestra las características chimeneas de aireación, distribuyéndose las viviendas en función de la propia morfología del terreno que obliga a desmontes, rampas y accesos.
En si interior, las soluciones arquitectónicas están condicionadas por la compactación del terreno, siendo habituales las formas abovedadas (con mejor sujeción), los arcos de medio punto y las tradicionales hornacinas como base del propio mobiliario.
Curiosamente, estos hábitats trogloditas solían asociarse a lugares peligrosos y poco recomendables (lugares de temor), aunque de unos años a esta parte se comienzan a utilizar como recurso turístico tanto por el exotismo que aportan como por su fuerte carga etnográfica