LAS CASCADAS DE TRILLO
Dividiendo el pueblo en dos partes, el río Cifuentes se despeña por cascadas y chorreras unos metros antes de tributar sus aguas al Tajo.
Nacido en la cercana Cifuentes en unas bellas surgencias típicas del relieve karstico, se encajona a la altura de Trillo, creando saltos de agua y zonas de tobas.
Su belleza natural tiene un complemento plenamente humano.
Aprovechando la caída de agua (y ya desde tiempos andalusíes) se establecieron una serie de industrias derivadas, como un molino que utilizaba su fuerza para mover sus ruedas que, muchos siglos después fue reconvertido en minicentral eléctrica ahora en desuso con la actual nuclear de Trillo.
Un museo recrea este paso de la agroindustria a la primitiva electricidad de turbinas.
Existió, además, un sistema de acequias derivadas del cauce fundamental a través de un caz que les hacía ganar altura para la creación de batanes (posiblemente también de origen andalusí, aunque ahora desaparecidos).
En la actualidad, las cascadas han sido reconvertidas en un reclamo turístico, creando una zona de restauración y un pequeño paseo fluvial