EL DESIERTO ARENOSO. EL ERG CHEBBI. MERZOUGA

Un polvo tan fino como la harina, rojizo, que se escurre entre los dedos como recuerdos antiguos. Millones de años de erosión implacable han sido necesarios para crear estos pequeños moviditos  nacidos de la ruptura de las grandes rocas volcánicas que una vez vivieron allí

Es un paisaje siempre distinto y siempre igual a sí mismo. Unas pocas horas, una tormenta de viento es suficiente para tumbar y reconstruir estas montañas frágiles de más de cien metros de altura.

Ellas se amontonan en un mar sin agua formando grandes conjuntos (ergs), con un viento que clasifica los granos, dejando en el fondo de las depresiones la arena volcánica más gruesa, las plantas de largas raíces que buscan el agua con desesperación.

 

Y el hombre, tan pequeño, se adapta a la miseria y crea pequeñas tiendas (jaimas)

 hechas con las pieles de los propios camellos que le sirven para navegar sin rumbo,

y excavan enormes pozos buscando el agua

Durante el día los colores cambian durante el día sin cesar

.Pero al caer la tarde

todavía queda un regalo más: la noche estrellada. Un mosaico reluciente en donde el cielo se entiende curvo, tan plagado de tan estrellas que un vértigo momentaneo te fascina… Muchas de esas mismas estrellas que ahora ves hace milenios que dejaron de existir y sólo es su luz la que sobrevive.

Si quieres saber más cosas del desierto (clima, fauna y flora, habitantes…) entra en este artículo

También puedes saber más cosas y ver fotos en

https://vicentecamarasa.wordpress.com/2009/02/14/el-desierto-pedregoso-hamada

Vicente Camarasa

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