EAST SIDE GALLERY
ARTE EN EL MURO DE BERLÍN
La historia de la humanidad está llena de paredes y muros, de construcciones que han tratado de evitar la libre circulación de las personas o que han pretendido inútilmente crear fronteras imposibles, aislando a unos pueblos de otros. Desgraciadamente, parece que en la Edad Contemporánea, y conforme las sociedades han avanzado en la conquista de la libertad y los derechos universales, esos muros de separación han proliferado por diversos lugares. He ahí, como ejemplos actuales, la frontera blindada entre EE.UU. y México o el muro que aisla a la franja de Gaza.
Por antonomasia, la más representativa de estas construcciones es el Muro de Berlín, símbolo no sólo de la división de la ciudad en dos mitades o de la fragmentación de Alemania en dos estados, sino de toda una época: la Guerra Fría (1945-1989). Iniciada su edificación en agosto de 1961, una vez terminado se trataba de un complejo anillo de 155 km. de extensión que aislaba la parte oeste de Berlín del resto de la ciudad, mediante estructuras murarias, cercas de alambre de espino (electrificadas en ciertos tramos), torres de observación y pasillos asfaltados para el paso de los vehículos de vigilancia. 245 personas pagaron con sus vidas el intento de cruzar este Muro de Berlín, en busca de una libertad que ellos creían instalada más allá de esa barrera.
Afortunadamente, ninguna de estas construcciones es eterna y la que nos ocupa no duró demasiado tiempo si lo consideramos, claro está, desde una perspectiva histórica, porque es evidente que para quienes debieron de sufrirlo durante años un instante de duración ya habría sido excesivo. Aquella vergüenza para la humanidad desapareció casi de la noche a la mañana en noviembre de 1989, cuando miles y miles de ciudadanos berlineses lo cruzaron masivamente sin que los guardias fronterizos hicieran nada para impedirlo. Desde entonces, y por lógicas razones, ha sido prácticamente desmontado y son muy escasos los restos que hoy pueden contemplarse en la ciudad, convertidos ya en una simple atracción turística.
Desgraciadamente pocos años después la East Side Gallery había sufrido no sólo los efectos de la erosión o de algunos actos vandálicos, sino de los graffitis de miles de visitantes anónimos que también querían dejar allí referencias de su paso o sus propias opiniones. De forma que ha sido necesario elaborar un proyecto de restauración de muchas de estas pinturas que no tienen más de veinte años. Así es nuestra historia: hay quienes levantan muros para tratar de separarnos, quienes se atreven a derruirlos con la fuerza de las ideas, quienes los transforman en arte e incluso quienes quieren ser protagonistas de una historia que no les corresponde. Seres humanos, en definitiva.
El proceso de restauración de la East Side Gallery es el objetivo de esta Web (en inglés, francés y alemán). Sobre la galería y el propio Muro encontraréis información en esta página en español, así como en la Wikipedia en ingles. Para concluir, os dejó aquí esta presentación muraria con fotos que tomé allí hace unos días.
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