CARTAS – Jane Austen
Hay comienzos de novela que, por su rotunda sonoridad —como el inolvidable Llamadme Ismael, de bíblicas resonancias—, perduran en la memoria del lector; otros —como La heroica ciudad dormía la siesta— suscitan sonrisas con su irónica bienvenida; y hay algunos, tan aparentemente simples y, a la vez, tan brillantes que constituyen no sólo un testimonio […]