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Hallado «Orilla de un lago con abedules», un nuevo cuadro desconocido de Klimt

Hallado «Orilla de un lago con abedules», un nuevo cuadro desconocido de Klimt

El Museo Belvedere de Viena ha confirmado que ha
encontrado un óleo, propiedad de una mujer holandesa, desconocido hasta
ahora del pintor austríaco Gustav Klim

El diario vienés «De Standard» ha publicado la imagen. DE STANDARD
El Museo Belvedere de Viena ha confirmado que ha encontrado un óleo desconocido hasta ahora del pintor austríaco Gustav Klimt, informa el diario vienés «Der Standard» en su edición de mañana, sábado. La obra, titulada «Orilla de un lago con abedules»,
se encuentra en propiedad de una mujer en Holanda, cuyos antepasados
Richard y Klara Koenigs-Bunge habían adquirido el óleo en el año 1902 en
Düsseldorf (Alemania).
El
subdirector del Museo, Alfred Weidinger, había editado en el año 2007
un catálogo con la obra completa de Klimt, pero el cuadro que la mujer
holandesa tenía expuesto en su salón no se encontraba en ese libro. Por
eso, la holandesa contactó en mayo de este año al experto austríaco para
poder confirmar la autenticidad de la obra, que tiene unas dimensiones
de 90 por 90 centímetros.
Antes
de ver personalmente el cuadro, Weidinger encontró en el legado de
Klimt una carta en la que éste dice haber pintado en el lago alpino
Attersee (oeste de Austria) una orilla con abedules.Pero no fue hasta
ver la obra y fotografiarla con una cámara especial de infrarrojos que
el experto vienés pudo confirmar la autenticidad de la obra, en base a unos bocetos debajo del óleo, típicos para Klimt (1862-1918). Citado por el diario «Der Standard», Weidinger asegura que el cuadro no es de los mejores del pintor, aunque destacó la importancia de haberlo encontrado. «En mi opinión, el cuadro es sólo de buena calidad, pero el hallazgo es sensacional», manifestó el experto.
Weidinger
agregó que se trata de un «caso de especial suerte», ya que podrá
incluir el cuadro en la nueva edición de su catálogo y también por el
hecho que el año que viene se conmemora el 150 aniversario del
nacimiento de Klimt, uno de los exponentes más importantes del
modernismo y secesionismo austríaco.
Subasta de »El Retrato de Ángel Fernández de Soto», de Pisasso

Subasta de »El Retrato de Ángel Fernández de Soto», de Pisasso

El Retrato de Ángel Fernández de Soto, un picasso de 1903, del periodo azul, objeto de litigios de propiedad en los últimos años, se confirmó anoche como estrella indiscutible de la gran subasta de arte impresionista y moderno de la casa londinense Christie’s, con una cotización de casi 42 millones de euros. La más que considerable cifra no estableció ninguno de los récords que ha venido flanqueando el mercado de pujas en los últimos meses, pero sobresalió a lo largo de una velada en la que el martillo de la sala no halló comprador para un cuadro de Claude Monet (Nymphéas, 1906), cuyo valor estimado era idéntico al de la obra del malagueño. El mercado del arte sigue emitiendo signos de recuperación, como revelaron las sólidas ventas de piezas de Matisse o Van Gogh o los números de la reciente feria de Basel, pero eso no significa que la era de las vacas gordas haya regresado definitivamente.

Un momento de la subasta del retrato pintado por Picasso, ayer, enAntes de la subasta se anunció: «Para la caridad, para la Fundación Lloyd Webber», destinada a la formación de nuevos actores e interpretes. A pesar de las expectativas y de la semana de grandes ventas y récords que llevan las dos grandes casas de subastas, Sotheby’s y Christie’s, el retrato de Ángel Fernández de Soto, también conocido como El bebedor de absenta, se vendió el 23 de junio de 2010 en Christie’s por 42,1 millones de euros en una puja recibida por teléfono. La casa era demasiado optimista, esperaba al menos dos millones de euros más. Sin embargo, en este caso, lo importante no era la cifra, sino el final de un litigio que arrastraba el cuadro desde 1995. La subasta, que incluía piezas de Monet, Renoir, Matisse,Magritte, Van Gogh y Klimt alcanzó los 186.297.898 euros. Todos para la FundaciónLloyd Webber

El retrato de Ángel Fernández de Soto, el amigo de juventud de Picasso, miraba impasible desde su marco de madera de purpurina a los potenciales compradores de la subasta en la casa Christie’s de Londres. Desde que el pasado 17 de marzo se anunciara su futura venta, a Ángel lo exhibieron en Londres, Nueva York y Hong-Kong como a un animal de feria. En Londres, Ángel no pudo beber absenta como hizo cuando le retrató su compinche malagueño, porque el consumo de esta bebida está restringido en Gran Bretaña. Por eso, quizás, tuerce los labios en gesto burlón, por el síndrome de la abstinencia.

Picasso retrató 18 veces a su amigo Ángel Fernández de Soto y Llasat, fallecido en accidente durante la Guerra Civil española, y algunos de estos retratos (en grupo o en solitario, a lápiz o tinta) pueden leerse como esbozos para el retrato en azul vendido; es el de mayores dimensiones y el más difícil por tratarse de óleo sobre lienzo. Picasso lo hizo en 1903 cuando los dos jóvenes compartían un destartalado cuchitril en la parte baja de Barcelona y sólo cenaban mientras duraba el sueldo de Ángel como mozo de recados de un almacén. Porque andaba todo el día por la ciudad, sus amigos le llamaban Patas’; era alto, delgaducho y tenía las piernas largas.

El retrato de un borracho con mucho recorrido

  • 1903. Picasso pinta el retrato de su amigo íntimo Ángel Fernández de Soto y Llasat cuando compartían apartamento en la parte baja de Barcelona.
  • 1904. Picasso se trasladó definitivamente a París y a la hora de hacer las maletas incluyó entre sus preferencias el retrato de Ángel en azul. Así fue a la capital francesa. Pasa completamente desaparecido entre esta fecha y el momento de su primera venta.
  • 1995. Lord Andrew Lloyd Webber compra el retrato por 29,1 millones de euros.
  • 2006. Se anuncia la venta del retrato de ‘El bebedor de absenta’ por un precio que oscilaba entre 40 y 60 millones de dólares, muy superior a la previsión por la que se ha vendido en esta ocasión en Londres.
  • 2006. El profesor de judaísmo, Julius Schoeps, reclamó la propiedad del cuadro aduciendo que había pertenecido a un hermano de su abuela, el banquero Paul Mendelssohn-Bartholdy. Este tuvo que venderlo de forma forzada por la persecución nazi, según el profesor alemán.
  • 2010. El pasado mes de enero Lord Andrew Lloyd Webber pagó una cifra secreta para que los herederos del banquero Mendelssohn-Bartholdy retiraran definitivamente sus reclamaciones sobre la propiedad de ‘El bebedor de absenta’, de Picasso.

En 1904, cuando Picasso se trasladó definitivamente a París, supo muy bien qué llevarse y qué dejar detrás. Ángel en azul fue empaquetado hacia la capital francesa hasta que fue vendido al compositor Lord Andrew Lloyd Webber por 29,1 millones de euros, en 1995. El retrato de Ángel residió, casi escondido. Giovanna Bertazzoni, jefa del departamento de Impresionismo y Arte Moderno de Christie’s, explica que para calcular el precio se basan en el interés que mostraron los coleccionistas cuando intentaron vender el cuadro en 2006, y desde entonces el mercado de las grandes obras de arte se mantiene firme. Las producciones del período azul de Picasso cuando hacía de pintor de la miseria humana no son habituales en el mercado. Comparado con Joven con pipa, de 1905, vendido por 104 millones de dólares en 2004, o Dora Maar con un gato negro, adjudicado por 95 millones de dólares en 2006, el precio pagado por el retrato parece prudente en época de crisis.

Desde que El bebedor de absenta entró en la pinacoteca de Lord Webber en 1995, el Patas no se encontró cómodo con los prerrafaelitas que formaban la colección. Él era el único bohemio del siglo XX. En 2006 se anunció la venta del retrato por un precio de 40 a 60 millones de dólares, muy superior a la previsión por la que se ha vendido esta vez. Ahí surgieron los problemas, cuando el profesor de judaísmo Julius Schoeps reclamó la propiedad del cuadro aduciendo que había pertenecido a un hermano de su abuela, el banquero Paul Mendelssohn-Bartholdy, el cual lo tuvo que vender de forma forzada por la persecución nazi, según el profesor alemán.

Ángel fue retirado de la venta unas horas antes de la subasta mientras empezaba un litigio en los juzgados de Nueva York y Londres. Julius Schoeps se enteró unos años antes de que su tío abuelo había poseído obras tan conocidas como El molino de la Gallete o Joven con pipa, de Picasso, o uno de Los girasoles, de Vincent van Gogh, e inició una cruzada legal para que museos y coleccionistas del mundo entero le compensaran por la incautación o venta forzada de arte a su antepasado. El pasado enero, Lord Webber pagó una cifra secreta para que los herederos del banquero Mendelssohn-Bartholdy retiraran sus reclamaciones sobre la propiedad de Patas, impasible al conflicto. Lucian Simmons, jefe del departamento de Restitución de Sotheby’s, lleva 13 años interviniendo en conflictos como este. «Nosotros siempre aconsejamos que se llegue a un acuerdo antes de litigar en los juzgados. Creamos el departamento para minimizar el riesgo, proteger a nuestros clientes y mantener limpio el mercado», asegura Simmons, cuyo departamento mira con lupa el paradero de obras de arte entre 1933 y 1945. El pago de una cifra compensatoria, como en el caso de este cuadro, es una de las soluciones que se aplican para restituir obras de arte expoliadas durante la persecución nazi.

Otro de los arreglos para resolver estos conflictos de propiedad histórica es la devolución de la pieza. En este sentido, Sotheby’s ha anunciado la venta, también para junio, del cuadro Joven en la fuente, de Jean Baptiste Corot (1796-1875). El retrato de una joven con un cántaro en una fuente de apariencia más inocente que Ángel ha sido devuelto por el museo holandés Kröller-Müller de Otterlo a los descendientes de Georg EduardBehrens, tras 66 años en la colección del museo. En este caso, el ministerio de Educación, Cultura y Ciencia holandés ha devuelto la obra de arte, valorada por Sotheby’s para la venta en un millón de euros.

Otra manera de resolver estos conflictos históricos y artísticos de propiedad de obras se plasmó el pasado febrero con la venta del paisaje de Gustav Klimt Iglesia de Cassone, un precioso cuadro, reclamado por los descendientes del magnate metalúrgico Victor Zuckerkandl. Sus propietarios anónimos hasta hace pocas semanas compraron el cuadro sin saber qué había sido de él en la década de 1930. Para resolver el litigio optaron por vender la obra y repartir el dinero, en proporción secreta, entre los reclamantes y los propietarios. Su preció se calculó en 10 millones de euros, y consiguió 30 millones, adjudicado a un comprador anónimo.

En el arte de las restituciones de cuadros, esculturas, manuscritos o antigüedades, Sotheby’s ha adelantado a su rival Christie’s creando en 1997 un departamento dedicado a investigar la historia o procedencia de obras de arte sospechosas de haber pasado por las manos o las listas de los nazis para requisar, robar, vender o incorporar a sus museos. En 13 años, Sotheby’s ha vendido más de 300 millones de dólares en arte restituido con devoluciones, compensaciones o distribuciones. «No hay una solución única para aplicar a los casos de restitución. A menudo hay dos inocentes, los compradores de buena fe y los reclamantes», explicaSimmons, quien ha hecho de intermediario en muchos de estos conflictos. El caso de Joven en la fuente, entregado por un museo a un ciudadano privado, es parecido a la reclamación que tiene el museo Thyssen de Madrid del cuadro La calle Saint Honoré, de Camille Pissarro, y que lleva nueve años de litigio judicial en EEUU. Simmons no quiere hablar de casos concretos, aunque en sus años de lidia en este campo ha visto que hay diferencias tratando con gobiernos o con ciudadanos privados. «Los gobiernos tienen una política pública y un status legal distinto al de los ciudadanos privados, pero al fin y al cabo todos tienes que resolver el litigio, y nosotros les aconsejamos que lo hagan evitando los juzgados, porque este es un campo único, todo depende de qué haya pasado en los últimos 70 años con la obra», explica el mercader del arte. En su opinión, «quedan centenares de importantes obras de arte, de las de museo, por reclamar, aunque hay muchos objetos personales, desde retratos de familia a manuscritos, que pasan por el mercado a 300 euros y no son reconocidos para ser restituidos».

Aparte de las vicisitudes de este lienzo, podemos comprobar que compradores procedentes de Estados Unidos, Rusia, los países del Golfo y potencias emergentes de Asia, además de europeos, han desfilado en los últimos días por la sede de Christie’s. Recientes hitos como la venta de una escultura en bronce de Giacometti, El hombre que camina por más de 84,7 millones han ejercido de acicate para que los coleccionistas y vendedores privados se animen a sacar a la luz sus propiedades y tesoros. «Vuelve a haber una gran demanda internacional de las obras de arte de máxima calidad», insiste Giovanna Bertazzoni, de Christie’s. Le da la razón la adquisición de un autorretrato de Manet con paleta (1878) a razón de 26,5 millones en la subasta organizada días antes por la competencia de Sotheby’s en sus locales londinenses, que registró una venta global de 136 millones. Quizá no haya llegado la hora de lanzar las campanas al vuelo pero, frente a lo volátil de los mercados financieros y los bajos intereses que hoy pagan los bancos, las obras de arte vuelven a asomar como una de las inversiones más sólidas.

Fuentes:

El entusiasmo regresa al mercado,

El entusiasmo regresa al mercado,

Autorretrato de Manet. EFELas subastas de verano de este año en Londres, que comienzan esta semana, prometen buenos resultados, a tenor de la calidad de las colecciones y las obras que presentan tanto Christie’s como Sotheby’s. Además, llegan precedidas del entusiasmo del mercado por el récord de Modigliani hace unos días en París (su escultura «Tête» se vendió por 43,1 millones de euros), los excelentes resultados de Art Basel y las altas cotizaciones en las ventas de mayo en Nueva York, donde Picasso volvió a recuperar su trono gracias a «Desnudo, hojas verdes y busto», rematado en Christie’s por 106,5 millones de dólares. Optimismo, desde luego, no falta en el mercado.

Abre plaza el martes Sotheby’s, que ofrece la primera parte de la dos de que consta la subasta de la colección del marchante francés Ambroise Vollard, cuyas obras habían permanecido depositadas en una caja fuerte en un banco durante 40 años. En 1939 falleció Vollard en un accidente de tráfico. Eric Slomovic, un joven yugoslavo socio del marchante, depositó una colección con más de 140 obras en el Banco Societé Génerale. Poco después, Slomovic huyó a Yugoslavia, donde en 1942 falleció a manos de los nazis. La caja fuerte permaneció cerrada durante 40 años. El Banco la abrió en 1979 para ver si podía recuperar cuatro décadas de impago de alquiler y quiso sacarlas a subasta, pero antes de que iniciara la puja hubo una demanda legal y no llegó a celebrarse. Tras un acuerdo con los herederos, habrá dos ventas: la primera, mañana en Londres. El lote más destacado es «Arbres à Collioure», obra maestra de André Derain (10-15 millones de euros).

Además, hay otros dos cuadros muy destacados en la subasta de pasado mañana en Sotheby’s. Por un lado, un autorretrato de Manet con paleta y pinceles (1878-79). Su precio estimado: 24-36 millones de euros. Según el vicepresidente de Sotheby’s, Charles Moffet, «es el mejor autorretrato de la historia de la pintura». Por otro, el lienzo «Odaliscas jugando a las damas», de Matisse (12-18 millones de euros), que sale por primera vez a subasta.

El miércoles le toca el turno a Christie’s. Dado el número de piezas relevantes que saca a la venta, la firma decidió reunirlas en una exposición, bajo el título «Yuxtapuestas: obras maestras a lo largo de los tiempos», que pudo verse del 14 al 17 de este mes en Londres. Hay dos cuadros que destacan muy especialmente. Por un lado, cómo no, Picasso, con una de sus codiciadas pinturas de la época azul, «Retrato de Ángel Fernández de Soto», también conocido como «El bebedor de absenta» (valorado entre 36 y 48 millones de euros). Este cuadro llega precedido por la polémica. Lo compró la Fundación del compositor Andrew Lloyd Webber en 1995 por 29,2 millones de dólares (procedía de la colección Stralem) y lo quiso revender años después, pero se encontró con un escollo. Los herederos del banquero judío Paul Mendelssohn Bartholdy denunciaron que la obra se vendió a la fuerza bajo la presión nazi en 1934 a un marchante berlinés y paralizaron la venta. Tras meses de litigios, ambas partes llegaron a un acuerdo cuyos detalles son confidenciales. Eso sí, los herederos del banquero renunciaron a la propiedad del cuadro. No sabemos a cambio de qué o de cuánto.

Otra obra maestra indiscutible de la subasta del miércoles es «Nenúfares», de Monet. Parte con una estimación similar al picasso. Son muy escasos y a su vez cotizadísimos los cuadros de la serie de nenúfares que el francés pintó tomando como modelo el estanque de su jardín en Giverny. Es la mayor de las nueve obras que sobreviven de las que pintó en 1906. Es de esperar que no falten coleccionistas dispuestos a pujar por estas dos grandes joyas. Pero hay otras muchas obras importantes: «Retrato de Ria Munk III», de Klimt; «Parque del hospital de Saint-Paul», de Van Gogh… Las próximas semanas habrá más obras maestras en Christie’s: el día 30 sale a subasta un retrato que Warhol hizo a Elizabeth Taylor, «Silver Liz» (1963), que no se ha visto en público en dos décadas y cuya estimación es de 7,2-9,6 millones de euros. Y el 6 de julio, en la venta de arte antiguo, destacan cuadros de Rubens y Bellini. Si, como dicen, no faltan compradores para las grandes piezas ni siquiera en época de crisis, muchos millones cambiarán de manos en este animado arranque de verano.

Natividad Pulido, Madrid: El entusiasmo regresa al mercado, ABC, 20 de junio de 2010

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