Etiquetado: Rubens

Cuando Picasso vio a Rubens en Florencia

Cuando Picasso vio a Rubens en Florencia

El periodista Baltasar Magro, gran conocido de Televisión Española, donde ha dirigido programas como «Informe Semanal», es también un consumado escritor. Autor de títulos como «El círculo de Juanelo», «En primera línea» o «La hora de Quevedo», en su nuevo libro, «La luz del Guernica» (Roca Editorial), aborda la creación de uno de los cuadros más icónicos de la Historia. Ayer estuvo firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid.
«Los desastres de la guerra», de Rubens. PALAZZO PITTI. FLORENCIA
«Los desastres de la guerra», de Rubens. PALAZZO PITTI. FLORENCIA
 
-¿Por qué ha escogido un icono como el «Guernica» de Picasso como protagonista de su nuevo libro?
-El motivo por el que yo intenté abordar este tema era conocer más al personaje, a Pablo Ruiz Picasso. Tiene una dimensión gigantesca. Entré en dos momentos críticos de su vida, que además están relacionados de alguna manera. Por un lado, un viaje a Italia en 1917; por otro, el momento en el que pinta el «Guernica», veinte años después. Uno de sus grandes biógrafos, John Richardson, mencionaba el desplazamiento que hizo a Florencia y tuve la oportunidad de comprobar que Picasso estuvo en el Palazzo Pitti delante de un cuadro extraordinario: «Los desastres de la guerra», de Rubens. Es un momento muy delicado de su vida. Acaba de morir Eva Gouel, una mujer que amaba. Decide cambiar de vida. Pasa del cubismo, tiene una época neoclásica y se casa con una bailarina rusa. El «Guernica» también viene de una etapa muy crítica en Picasso. Ha dejado de pintar y se ha dedicado a escribir. Durante un año no tocó un pincel. El Gobierno de la República le encarga que pinte un cuadro para la Exposición Universal de París. Lleva cinco meses y es incapaz de hacerlo. Ocurre el bombardeo de Guernica. Así es como vino Guernica a mi novela.

Realidad o ficción

-¿Se ha permitido licencias de ficción en el libro o es fiel a los hechos?
-Me he permitido muy pocas licencias. Escribo que en ese viaje a Italia conoce a otro español, el general Mola. Pudo haber ocurrido, aunque no hay constancia de que ocurriera. Cuando Picasso termina de pintar el «Guernica», Mola muere en un accidente de aviación. Yo he ido buscando los testimonio de personas que estuvieron en el proceso de creación del «Guernica». La base es completamente real. Hasta ahora no se había abordado el relato a través de esas personas.
-¿Han sido testimonios directos o a través de archivos?
-He hablado con muchos especialistas en la obra de Picasso y he consultado documentos, como el relato que hace esos días su secretario. Me han dado la secuencia, casi día a día y hora a hora, de lo que ocurrió durante el mes que creó esa pintura extraordinaria y que se ha convertido en todo un símbolo.

La obra de un genio

-Del «Guernica» se ha escrito hasta la saciedad. ¿Por qué decide abordar un tema del que parece que ya se había dicho todo? ¿Qué novedades aporta?
-La diferencia que tiene este relato respecto a los anteriores es que éstos parten de ideas preconcebidas y aquí no. Lo que hay es un reflejo de los hechos reales a partir de los testimonios de las personas que vieron ese proceso y de lo que Picasso hablaba, que hablaba poco. He intentado recrear esa atmósfera, ese ambiente, novelado por supuesto, con mucho material. No he querido hacer un ensayo. Hubiera tenido que defender una tesis sobre el cuadro y no quiero hacerlo. Pretendo que la gente saque sus propias consecuencias.
-¿En qué medida está plasmada la crisis personal que sufría Picasso en aquellos años en el «Guernica»? ¿Fue para él una especie de catarsis?
-Creo que con el «Guernica» Picasso dio un salto, supera con este cuadro toda la crisis que venía arrastrando. Rompe con todo lo anterior. Y le ayuda a salvarse. Es una obra magistral. Atrae o inquieta a todo tipo de personas. Hay que verla como la obra de un genio.
-La relación de Picasso con las mujeres ha dado mucho de sí. También en su libro. ¿Fueron víctimas del artista?
-Son víctimas voluntarias, pero víctimas. En algunos casos hubo una relación de dependencia hacia él exagerada y dañina cuando se rompe la relación. Podemos incluso considerar que alguna fue su esclava sexual. De la única mujer que creo que estuvo enamorado en su vida fue Eva Gouel, que murió. El resto de relaciones son muy complicadas. Hoy sería considerado casi, casi como un delincuente.
-Sin embargo, Eva Gouel no forma parte de ese selecto club de mujeres picassianas del que siempre se habla: Olga Koklova, Marie-Thérèse Walter, Dora Maar, Françoise Gilot y Jacqueline Roque.
-No tuvo una vida después de Picasso, como ha ocurrido con las demás; no fue madre de ninguno de sus hijos, no escribió nada…
-Hablaba antes de que en el viaje a Florencia descubre «Los desastres de la guerra», de Rubens. Sí hay un cierto parecido entre ambas obras.
-Una de las aportaciones de mi novela es que él estuvo delante de ese cuadro. Alguna vez se había hablado de esa vinculación, pero jamás se había demostrado que estuvo físicamente delante de ese cuadro. Pero Picasso no sólo bebió de él, sino de otras muchísimas cosas. Esa cabeza que se desliza por el espacio dejando su huella con el brazo alargado está en «La matanza de los inocentes», de Guido Reni. Un pintor español que ha leído mi novela me comentó que el caballo del «Guernica» está en otro cuadro de Reni. Hay una cita en mi libro de Bertolt Brecht, que dice: «Todo pertenece a aquel que es capaz de mejorarlo y dotarlo de nueva vida». No estoy llamando copista a Picasso, ni mucho menos. Es un devorador de imágenes.
-¿De dónde sacó la certeza de que vio el cuadro de Rubens en Florencia?
-Mi hijo encontró en Estados Unidos, en el ámbito universitario, un trabajo donde se hablaba más de ese viaje. Estuvo en los Uffizi y en el Palazzo Pitti. Es imposible no ver el cuadro más espectacular que hay colgado allí. Cuando ves el «Guernica» no hay ninguna duda. Lo vio. La mujer con el brazo levantado de Rubens es Europa y la de Picasso con los brazos levantados que sale de la casa en llamas es España. Es indiscutible. La grandiosidad del «Guernica» es que nadie entiende lo que hay ahí: sabemos que hay dolor, una madre con un hijo, un caballo, un toro… Pero da igual. La gente se engancha a esa poesía. 
-El dolor de Picasso por España es innegable…
-Cuando está pintando el «Guernica», aparte de ser español y su apoyo a la República, se están produciendo los sucesos de Barcelona, en las calles hay centenares de muertos. Y allí vive su madre, su hermana, su cuñado, sus sobrinos… Lo pasa mal. Vive al segundo lo que está ocurriendo en nuestro país.

Picasso y el Prado

-Aparte de Picasso, desfila por la novela una galería de personajes muy interesantes.
-La relación con su secretario, Jaime Sabartés, yo creo que nunca ha estado tan contada. También aparecen el embajador de España en Francia, Luis Araquistain; Max Aub, Juan Larrea, Alberto Sánchez, Bergamín… Están en el entorno de ese momento y le visitan continuamente. También Kahnweiler, su marchante, el que creó a Picasso a nivel de marketing comercial. 
-Una curiosidad. ¿Le parece que el cuadro está bien en el Reina Sofía? El Prado quiso recuperarlo.
-A mí no me gusta mucho el Reina Sofía, es un espacio muy duro. Si hubiera podido elegir, hubiera escogido el Prado, sin ninguna discusión. No hay que olvidar que Picasso fue director honorífico de este museo. Admiraba a los clásicos españoles: Velázquez, El Greco… Le habría encantado estar ahí.

Otros libros sobre el «Guernica»

Rubens, Van Dyck y Jordaens, lo próximo del Hermitage Ámsterdam

Rubens, Van Dyck y Jordaens, lo próximo del Hermitage Ámsterdam

pintores_flamencos_en_el_hermitageDel 17 de septiembre de 2011 al 16 de marzo de 2012, el Hermitage de Ámsterdam (Países Bajos) presentará una relevante selección de la colección de arte flamenco del Museo Hermitage de San Petersburgo (Rusia). Una exposición de 75 pinturas y cerca de 20 dibujos, entre los que se encuentran numerosas obras maestras de los tres gigantes de la escuela de Amberes: Peter Paul Rubens, Antoon van Dyck y Jacob Jordaens, así como obras de sus contemporáneos más conocidos.

Con 17 cuadros y numerosos dibujos, Peter Paul Rubens (1577-1640) acaparará gran parte de la atención en esta muestra. No es de extrañar, ya que fue el más importante, talentoso e influyente de los pintores flamencos del siglo XVII. Además, se le consideraba un noble afable, un diplomático y un coleccionista, y su estudio era una empresa floreciente. Fue un fenómeno de su tiempo, un homo universalis. Tanto sus obras religiosas como las profanas ilustran su inigualable talento. Uno de los puntos culminantes es su famoso Descendimiento de la cruz (aprox. 1618), en el que Rubens representa el sufrimiento de Cristo de forma convincente y llena de dramatismo. Esta pintura nunca ha sido prestada con anterioridad.

El mejor alumno de Rubens

Su influencia y las imitaciones de que fue objeto están también muy presentes en la exposición. Los elegantes y refinados retratos de Antoon van Dyck (1599-1641), el mejor alumno de Rubens, ocupan un lugar muy importante. En torno al año 1638 retrató al monarca inglés Carlos I y a su esposa Enriqueta María, hija del rey de Francia. Van Dyck, quien llevaba algunos años como pintor de la corte real, ya había recibido el título de sir.

El tercer gran maestro de la escuela flamenca, Jacob Jordaens (1593-1678), no fue alumno de Rubens pero sí estuvo influenciado por él. Sus majestuosas pinturas permiten al que las contempla disfrutar de la chispeante alegría de vivir flamenca. Incluso sus obras históricas estaban impregnadas del ambiente flamenco.

Por primera vez en Holanda

Pájaros cantores, piezas de caza recién capturadas y ramilletes florales decoran los bodegones de Frans Snijders, pero también estarán presentes las escenas costumbristas con imágenes cotidianas que hicieron famoso a David Teniers el Joven. Hay un conmovedor retrato de familia de Cornelis de Vos. Y también obras de otros importantes pintores flamencos se mostrarán en todo su esplendor en el Hermitage de Ámsterdam.

Esta colección visita por primera vez los Países Bajos. Muchas de las obras expuestas fueron adquiridas por Catalina la Grande en el siglo XVIII. Antes, pertenecieron a exquisitas colecciones, como las de Pierre Crozat o Heinrich von Brühl. La mayoría de las pinturas fueron hechas por encargo de iglesias y por mecenas seculares de Amberes y de otras ciudades europeas. Vieron la luz en el contexto de la Guerra de los Ochenta Años y la Contrarreforma. La respuesta católica a la reforma estimuló a iglesias y a particulares a encargar obras religiosas a gran escala.

Ámsterdam. Rubens, Van Dyck & Jordaens Pintores flamencos en el Hermitage Ámsterdam. Hermitage Museum. Del 17 de septiembre de 2011 al 16 de marzo de 2012.

Conoce a Rubens

Conoce a Rubens

El Museo del Prado abre al público una exposición dedicada a su espectacular colección de Peter Paul Rubens (Siegen, actual Alemania, 28 de junio de 1577 – Amberes, actual Bélgica, 30 de mayo de 1640), que reúne 90 obras, lo que la convierte en la más importante del artista existente en una única institución.

Coincidiendo con la clausura de sus salas de exhibición habitual, debido al avance del plan de reordenación de colecciones, el Prado realiza una «presentación especial» de las obras del prolífico pintor flamenco y su taller que atesora la pinacoteca con el propósito de recordar la importancia, amplitud y variedad de esta colección, compuesta por muchas de sus mejores obras maestras, entre las que se cuentan algunas de las que llevó a cabo en España durante las dos visitas que el pintor realizó en 1603 y 1628.

El Museo del Prado luce el poderío abrumador de las formas de Rubens

El Museo del Prado luce el poderío abrumador de las formas de Rubens

El Museo del Prado ha decidido reunir todas las obras de Rubens en un solo montaje >- Atlas/EFE


La muestra, que se inaugura este viernes, pretende acercar al público la complejidad de este artista, maestro «abrumador» de las formas, y pintor favorito de Felipe IV. Además, como novedad, el Museo del Prado completa esta muestra con un «didáctico» documental, ‘Rubens, el espectáculo de la vida’, dedicado al pintor y realizado en co-producción con el Centro de Estudios Europa Hispánica y Angular Producciones, bajo la dirección de Miguel Angel Trujillo.

Según Alejandro Vergara, comisario de la muestra y jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Museo del Prado, Rubens consigue trasmitir con sus cuadros una «visión exaltada de la vida» y acercarnos a los valores de los poetas antiguos.

«Su pintura se planta en nuestras almas de manera poética», agrega. Además, en esta ocasión el Prado ha ideado un singular montaje en el que las noventa obras se exponen en esta muestra siguiendo un único criterio, el cronológico, y se muestran como secuencias concatenadas de un plano panorámico continuo.

Entre las obras maestras que se exhiben, figuran ‘Lucha de San Jorge y el dragón’ (h. 1607), ‘San Pablo’ (h. 1611), ‘El jardín del Amor’ (h. 1633), ‘Las tres Gracias’ (h. 1635), ‘Ninfas y sátiros’ (h. 1635), ‘Hércules y el Cancerbero’ (h. 1636) o ‘Saturno devorando a su hijo’.

Dos salas, dos etapas de Rubens

El montaje de la exposición, dividido en dos grandes salas, permite descubrir a un Rubens muy «michelangelesco», como un gran escultor antiguo que quiere transmitir el poderío de las formas y su fuerza expresiva. ‘Lucha de San Jorge y el dragón’ es un claro ejemplo de la monumentalidad propia de esta etapa juvenil, con figuras fuertes y rotundas. Otra de las grandes series que el público podrá admirar reunida es la serie de la Torre de la Parada, que ocupa parte de la segunda sala de la exposición.

Por primera vez después de más de una década, se muestra la serie completa encargada por Felipe IV para el pabellón de caza de los montes del Pardo. Además, en esta sala están presentes las obras de la última etapa de su carrera, en la que se volcó en la potencia narrativa de los cuadros y en transmitir su contenido poético. Asimismo, su versatilidad hizo que tratara tanto temas mitológicos, religiosos, de historia o retratos y paisajes.

Con esta exposición, el Museo del Prado cerrará su programación expositiva de 2010 y tras su cierre, reubicará las grandes obras de Rubens junto a las de Velázquez y Tintoretto en la parte sur de la galería central y en el marco de la reordenación de la colección, según ha explicado el director del Prado, Miguel Zugaza.

Sus poderosas formas

Pedro Pablo Rubens (1577-1640) fue el artista más admirado de su época en Europa. Su arte emana de una creatividad portentosa, y se caracteriza por su retórica expresiva y sus poderosas formas. Los temas fundamentales de su pintura fueron el amor, especialmente, la tragedia y la pérdida, según ha explicado Alejandro Vergara. Rubens también trabajó como diplomático al servicio de la Monarquía Española y fue un importante y activo conocedor de la cultura clásica, lo cual nos da una medida de la grandeza del personaje. Por ser natural de los Países Bajos meridionales (la actual Bélgica), Rubens tuvo una fuerte vinculación con la familia real española, que gobernaba la región. Felipe IV sintió una gran predilección por este artista y le encargó decenas de cuadros para decorar sus palacios madrileños, estas es la razón principal por la que el Museo del Prado conserva la mayor colección de sus obras que existe.

Europa Press, Madrid: El Museo del Prado luce el poderío abrumador de las formas de Rubens,
La Vanguardia, 4 de noviembre de 2010
El Guggenheim acoge a los grandes maestros flamencos y holandeses

El Guggenheim acoge a los grandes maestros flamencos y holandeses

'Retrato de un hombre, Retrato de una mujer' del pintor holandés Frans Hals que forman parte de la exposición 'La edad de oro' que acoge el Museo Guggenheim Bilbao, una muestra de los fondos del Städel Museum de Fráncfort, que se considera una de las colecciones de pintura holandesa y flamenca del siglo XVII más importantes de Europa. El Museo Guggenheim de Bilbao ha abirto sus salas a la pintura de la Edad de Oro holandesa y flamenca con una exposición que incluye 130 obras que abarcan desde finales del siglo XVI hasta principios del XVII y que reflejan el gusto de la élite comercial y financiera de los Países Bajos. Jan Vermeer, Rembrandt, Frans Hals, Peter Paul Rubens, los Brueghel y Jordaens son algunos de los más de 80 artistas que firman estas obras, algunas de ellas maestras, y muchas, que se exhiben por primera vez en España, dentro de La Edad de Oro de la pintura holandesa y flamenca, como se titula la muestra.

El director general del Guggenheim-Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, la ha presentado este miércoles junto al director del Städel Museum de Fráncfort (Alemania), Max Hollein, de donde proceden todas las obras, y del comisario de la exposición, Jochen Sander. Hollein ha explicado que el Städel Museum abrió sus puertas en 1816 y que su origen estuvo en la donación de obras realizada por el comerciante y banquero Johan Friedrich Städel (1728-1816), quien dejó patente en su selección el gusto de la elite comercial del momento. Ha destacado el reto que supone para su museo que obras clásicas sean presentadas en un espacio como el Guggenheim, con un público acostumbrado a un arte moderno, y ha asegurado que este hecho, unido al «elevado nivel de confianza y amistad» con el museo bilbaíno, ha motivado su elección para acoger esta muestra fuera de Alemania. Por su parte, el comisario de la exposición ha explicado las obras en su contexto y su época y ha indicado que la muestra, en la que predominan los retratos, las naturalezas muertas y los paisajes, refleja una sociedad civil alejada de los gustos de la Corte, que buscaban cuadros para decorar habitaciones de mercaderes y banqueros. De ahí que la exposición no contenga cuadros de grandes dimensiones, sino de pequeños y medianos tamaños, en los que se recrean los asuntos «más minuciosos» de la vida cotidiana. «El siglo XVII es el siglo de Holanda en cuanto a economía y cultura y esto se refleja en las obras», ha resumido Sander, quien de entre los cuadros que se podrán ver ha destacado «El geógrafo», una de las obras maestras del pintor holandés Jan Vermeer firmado en 1668, que se muestra en España por primera vez y que es el único que aparece colgado en solitario en una sala.

La exposición ocupa la tercera planta del museo y está dividida en cinco secciones, donde se pueden ver desde bodegones de Brueghel el Viejo (Ramos de flores en un jarrón de vidrio) y Cornelis de Heem (Bodegón suntuario con gorriones copulando), hasta pinturas de historia de Jacob Jordaens, como La adoración de los pastores, y David toca el arpa ente Saúl, de Rembrandt. También ocupan un lugar destacado los paisajes, especialmente de litorales, como Fragata disparando salvas de cañón y balandro con mar en calma, de Simon de Vlieger; y los retratos familiares como el Retrato de Susanna de Vos, de Cornelis de Vos.

Está previsto que la muestra, patrocinada por la Fundación BBVA y que abre el ciclo de otoño del museo bilbaíno, permanezca abierta al público desde el 7 de octubre de 2010 y hasta el próximo 23 de enero de 2011.

EFE Bilbao: El Guggenheim acoge a los grandes maestros flamencos y holandeses, Público, 6 de octubre de 2010
El Prado expondrá su espectacular colección de Rubens

El Prado expondrá su espectacular colección de Rubens

El Museo del Prado cerrará su año expositivo 2010 con la inauguración el próximo 3 de noviembre de una exposición dedicada a su colección de Rubens (1577-1640), la más importante del artista que se conserva reunida en una única institución. Coincidiendo con la clausura de las actuales salas dedicadas a estas obras, el Prado realizará una presentación especial, comisariada por Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte, del casi centenar de obras del prolífico pintor flamenco y su taller que atesora la pinacoteca con el propósito de recordar la importancia, amplitud y variedad de esta colección.

El Prado cuenta con muchas de las mejores obras maestras de Rubens, como Lucha de San Jorge y el dragón (h. 1607), San Pablo (h. 1611), El jardín del Amor (h. 1633), Las tres Gracias (h. 1635), Ninfas y sátiros (h. 1635), Hércules y el Cancerbero (h. 1636), Saturno devorando a su hijo (1636-1638), Danza de aldeanos (1636-1640), Diana y sus ninfas sorprendidas por sátiros (1638-1640) o Diana y Calisto (1638-1640). La muestra permitirá llamar especialmente la atención sobre la desbordante y singularísima expresión creadora del que fue pintor favorito de Felipe IV hasta su muerte y uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos.

Pedro Pablo Rubens (1577-1640) fue el artista más admirado de su época en Europa. Su arte emana de una creatividad portentosa, y se caracteriza por su retórica expresiva y sus poderosas formas. Su objetivo era transmitir una visión exaltada de la vida que ayudara a acercarse a un ideal de excelencia humano. Rubens también trabajó como diplomático al servicio de la Monarquía Española y fue un gran conocedor de la cultura clásica, lo cual nos da una medida de la grandeza del personaje. Por ser natural de los Países Bajos meridionales (la actual Bélgica), Rubens tuvo una fuerte vinculación con la familia real española, que gobernaba la región. La infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, le utilizó como consejero y apoyó su carrera artística. La posterior predilección de de Felipe IV por el artista, al que le encargó decenas de cuadros para decorar sus palacios madrileños, es la razón principal por la que el Museo del Prado conserva la mayor colección de sus obras.

Con motivo de esta exposición, el Prado presentará un documental dedicado al pintor que se ha venido realizando durante los últimos años en co-producción con el Centro de Estudios Europa Hispánica y con Angular Producciones, bajo la dirección de Miguel Angel Trujillo.

Madrid. Rubens. Museo Nacional del Prado. Del 3 de noviembre de 2010 al 23 de enero de 2011. Comisario: Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado.

El Prado expondrá su espectacular colección de Rubens, hoyesarte.com, 9 de Septiembre de 2010
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