Etiquetado: Sáhara en el Corazón.

VERGÜENZA.Rosa Montero. LOS SAHARAHUIS, Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.

VERGÜENZA.Rosa Montero. LOS SAHARAHUIS, Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.


VERGÜENZA.Rosa Montero

Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.
La muerte del saharaui Brahim Saika reaviva una lucha olvidada.

EN el pozo más profundo de nuestro olvido. Ahí es donde están los saharauis. Ahora leo que el 15 de abril murió en un hospital de Agadir (Marruecos)el sindicalista saharaui Brahim Saika, de 32 años.
Brahim fue detenido el 1 de abril cuando salía de su casa para participar en una manifestación pacífica. “Fue llevado a la comisaría de Gulemin, donde le torturaron durante horas”, informa la delegación saharaui en España. Brahim decidió entonces comenzar una huelga de hambre para protestar por el maltrato. Supongo que lo habían dejado en muy mal estado, porque tan sólo cinco días después ya se encontraba tan grave que fue trasladado al hospital. 

Joven y fuerte, murió a una velocidad inusitada, y al parecer las autoridades se negaron a hacerle la autopsia. Escribo este artículo a los cuatro días de su defunción, y por ahora la noticia apenas ha salido en los medios de comunicación, sólo en algunos digitales. Imagino al pobre Brahim recurriendo a la única, extrema arma de lucha que le quedaba, la muerte por inanición, a la espera de que ese último grito de angustia y de denuncia fuera al fin escuchado. Pero ni siquiera su agonía consiguió alcanzarnos.


Ahora es a mí a quien me dan ganas de gritar mientras escribo esto, porque los saharauis también se me habían casi borrado de la memoria; y eso que he estado un par de veces en los campamentos de refugiados, y que siempre me he sentido muy próxima a su causa, y que en total habré escrito una veintena de reportajes y artículos sobre ellos.
Pero los años pasan como una lluvia de plomo, y la implacable política marroquí de represión y aplastamiento, junto con la atroz indiferencia de la comunidad internacional, han conseguido enterrar en vida a este pequeño, heroico, tenaz pueblo. Y lo peor es que la indiferencia no es sólo de los Gobiernos, sino también de las organizaciones supuestamente progresistas, porque de los palestinos se habla mucho, pero de los pobres saharauis nadie dice nada, aunque su situación sea aún más crítica. Pero, claro, son un puñado de gente sin petróleo ni interés geoestratégico. A nadie parece importarle su sufrimiento.

Vergüenza. Siento vergüenza personal por mi desmemoria, pero, sobre todo, siento una infinita vergüenza colectiva, porque España es la culpable de este drama. Durante casi cien años les colonizamos de manera indolente: en todo ese tiempo sólo hubo un saharaui que llegara a la universidad (se hizo médico). A mediados de 1975 les prometimos la independencia, y los inocentes saharauis se lo creyeron. Tres meses más tarde, el 14 de noviembre, se firmó en Madrid un acuerdo que dividía el Sáhara entre Marruecos y Mauritania: “Nos traicionaron y vendieron como ovejas”. Los españoles nos retiramos a todo correr y Marruecos invadió el Sáhara de manera brutal. Todas las personas que pudieron, hombres y mujeres, niños y viejos, huyeron a través del desierto sin víveres y con lo puesto, mientras los marroquíes los bombardeaban con napalm. En las primeras semanas llegaron a morir miles de niños 
por las enfermedades y el hambre. 
Por fin, Argelia les ofreció instalarse en la Hamada, que es el desierto más inhóspito del mundo, un infierno de piedra en donde sólo viven escorpiones y víboras. Y ahí están todavía.
Son unos 125.000 y llevan 40 años en tiendas provisionales de refugiados. Sensatos, pacíficos y estoicos, lo han intentado todo sin recurrir al terrorismo, y nosotros se lo premiamos así: con olímpica ignorancia de sus derechos y de su dolor. Marruecos ha incumplido una y otra vez las resoluciones de la ONU y ha cometido todo tipo de tropelías, pero España sigue besándose con ese monarca alauí al que tanto quiere nuestra Corona. Y no sólo no hemos defendido jamás a los saharauis, sino que además hemos sido el principal proveedor de armas a Marruecos, de esas armas con las que después los aniquilan. No quiero ni pensar en la desesperación que deben de sentir los refugiados, en su negro convencimiento de que no hay salida: “Marruecos nos está matando a fuego lento”. Puede que algún día todo ese sufrimiento se transmute en violencia terrorista y entonces les condenaremos y nos frotaremos las manos. Convertidos en malos, se acabó la culpa

FUENTE:


ARTÍCULO CON EL MISMO TÍTULO DE ROOSA MONTERO sobre el PUEBLO SAHARAUI. 19/5/2’014. EL PAÍS

VERGÜENZA.Rosa Montero. LOS SAHARAHUIS, Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.

VERGÜENZA.Rosa Montero. LOS SAHARAHUIS, Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.


VERGÜENZA.Rosa Montero

Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.
La muerte del saharaui Brahim Saika reaviva una lucha olvidada.

EN el pozo más profundo de nuestro olvido. Ahí es donde están los saharauis. Ahora leo que el 15 de abril murió en un hospital de Agadir (Marruecos)el sindicalista saharaui Brahim Saika, de 32 años.
Brahim fue detenido el 1 de abril cuando salía de su casa para participar en una manifestación pacífica. “Fue llevado a la comisaría de Gulemin, donde le torturaron durante horas”, informa la delegación saharaui en España. Brahim decidió entonces comenzar una huelga de hambre para protestar por el maltrato. Supongo que lo habían dejado en muy mal estado, porque tan sólo cinco días después ya se encontraba tan grave que fue trasladado al hospital. 

Joven y fuerte, murió a una velocidad inusitada, y al parecer las autoridades se negaron a hacerle la autopsia. Escribo este artículo a los cuatro días de su defunción, y por ahora la noticia apenas ha salido en los medios de comunicación, sólo en algunos digitales. Imagino al pobre Brahim recurriendo a la única, extrema arma de lucha que le quedaba, la muerte por inanición, a la espera de que ese último grito de angustia y de denuncia fuera al fin escuchado. Pero ni siquiera su agonía consiguió alcanzarnos.


Ahora es a mí a quien me dan ganas de gritar mientras escribo esto, porque los saharauis también se me habían casi borrado de la memoria; y eso que he estado un par de veces en los campamentos de refugiados, y que siempre me he sentido muy próxima a su causa, y que en total habré escrito una veintena de reportajes y artículos sobre ellos.
Pero los años pasan como una lluvia de plomo, y la implacable política marroquí de represión y aplastamiento, junto con la atroz indiferencia de la comunidad internacional, han conseguido enterrar en vida a este pequeño, heroico, tenaz pueblo. Y lo peor es que la indiferencia no es sólo de los Gobiernos, sino también de las organizaciones supuestamente progresistas, porque de los palestinos se habla mucho, pero de los pobres saharauis nadie dice nada, aunque su situación sea aún más crítica. Pero, claro, son un puñado de gente sin petróleo ni interés geoestratégico. A nadie parece importarle su sufrimiento.

Vergüenza. Siento vergüenza personal por mi desmemoria, pero, sobre todo, siento una infinita vergüenza colectiva, porque España es la culpable de este drama. Durante casi cien años les colonizamos de manera indolente: en todo ese tiempo sólo hubo un saharaui que llegara a la universidad (se hizo médico). A mediados de 1975 les prometimos la independencia, y los inocentes saharauis se lo creyeron. Tres meses más tarde, el 14 de noviembre, se firmó en Madrid un acuerdo que dividía el Sáhara entre Marruecos y Mauritania: “Nos traicionaron y vendieron como ovejas”. Los españoles nos retiramos a todo correr y Marruecos invadió el Sáhara de manera brutal. Todas las personas que pudieron, hombres y mujeres, niños y viejos, huyeron a través del desierto sin víveres y con lo puesto, mientras los marroquíes los bombardeaban con napalm. En las primeras semanas llegaron a morir miles de niños 
por las enfermedades y el hambre. 
Por fin, Argelia les ofreció instalarse en la Hamada, que es el desierto más inhóspito del mundo, un infierno de piedra en donde sólo viven escorpiones y víboras. Y ahí están todavía.
Son unos 125.000 y llevan 40 años en tiendas provisionales de refugiados. Sensatos, pacíficos y estoicos, lo han intentado todo sin recurrir al terrorismo, y nosotros se lo premiamos así: con olímpica ignorancia de sus derechos y de su dolor. Marruecos ha incumplido una y otra vez las resoluciones de la ONU y ha cometido todo tipo de tropelías, pero España sigue besándose con ese monarca alauí al que tanto quiere nuestra Corona. Y no sólo no hemos defendido jamás a los saharauis, sino que además hemos sido el principal proveedor de armas a Marruecos, de esas armas con las que después los aniquilan. No quiero ni pensar en la desesperación que deben de sentir los refugiados, en su negro convencimiento de que no hay salida: “Marruecos nos está matando a fuego lento”. Puede que algún día todo ese sufrimiento se transmute en violencia terrorista y entonces les condenaremos y nos frotaremos las manos. Convertidos en malos, se acabó la culpa

FUENTE:


ARTÍCULO CON EL MISMO TÍTULO DE ROOSA MONTERO sobre el PUEBLO SAHARAUI. 19/5/2’014. EL PAÍS

CARAVANA POR LA PAZ 2015. Sáhara en el Corazón.

CARAVANA POR LA PAZ 2015. Sáhara en el Corazón.

CARAVANA POR LA PAZ 2015

Sáhara en el Corazón.

Comienza en nuestra provincia la recogida de alimentos no perecederos con destino a los campamentos de población refugiada saharaui. 

Un año más, con el proyecto Caravana por la Paz, pretendemos recoger el mayor número de toneladas de alimentos posibles (principalmente arroz, aceite y azúcar), gracias a la solidaridad de los amigos y amigas del pueblo saharaui, cientos de personas que desinteresadamente en diversas asociaciones, instituciones, colegios, colaboran contribuyendo al sustento de la población saharaui. 

Una vez recogidos y almacenados, los alimentos son llevados en caravana al puerto de Alicante desde donde parten en barco hasta el puerto de Orán en Argelia. Llegados a este punto, son recogidos por la Media Luna Roja Saharaui y transportados en camiones hasta alcanzar los Campamentos Saharauis en Tinduf.

Puedes hacer tu aportación en los siguientes lugares:

Sede de la AAPSS.
C/ Virgen de la Antigua 4, bajo derecha, Sevilla. Lunes – Jueves, de 10 a 19h. Viernes, de 8 a 15h.

Nave de la AAPSS.
Carretera de Valdezorras-Miraflores s/n. Sábado, de 11 a 20h.

Dos Hermanas:Grupo Municipal de IU en el Ayuntamiento entre las 10 y las 14 o en la sede IU a partir de 19:00 

Dos Hermanas:Grupo Municipal de IU en el Ayuntamiento entre las 10 y las 14.

GRACIAS. JUNTOS SEGUIMOS ALIMENTANDO ESPERANZAS

Guerras voraces. El Sáhara y Palestina.  Eduardo Galeano

Guerras voraces. El Sáhara y Palestina. Eduardo Galeano

Guerras voraces. El Sáhara y Palestina Eduardo Galeano

En 1975, el rey de Marruecos invadió la patria saharaui y expulsó a la mayoría de la población.
El Sáhara es, ahora, la última colonia de África.
Marruecos le niega el derecho de elegir su destino, y así confiesa que ha robado un país y que no tiene la menor intención de devolverlo.

Los saharauis, los hijos de las nubes, los perseguidores de la lluvia, están condenados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Las Naciones Unidas les han dado la razón, mil y una veces, pero la independencia es más esquiva que el agua en el desierto.
Mil y una veces, también, las Naciones Unidas se han pronunciado contra la usurpación israelí de la patria palestina.
En 1948, la fundación del Estado de Israel implicó la expulsión de ochocientos mil palestinos. Los palestinos desalojados se llevaron las llaves de sus casas, como habían hecho, siglos antes, los judíos que España echó. Los judíos nunca pudieron volver a España. Los palestinos nunca pudieron volver a Palstina.
Los que se quedaron fueron condenados a vivir humillados en territorios que las continuas invasiones van encogiendo cada día.
Susan Abdallah, palestina, conoce la receta para fabricar un terrorista:
Despójelo de agua y de comida
Rodee su casa con armas de guerra.
Atáquelo por todos los medios y a todas las horas, especialmente en las noches.
Demuela su casa, arrase su tierra cultivada, mate a sus queridos, especialmente a los niños, o déjelos mutilados.
Felicitaciones: ha creado usted un ejército de hombres-bomba. 


Eduardo Galeano. Espejos.Una historia casi universal

Sáhara Occidental, nuestra Palestina cercana. Economistas sin Fronteras

Sáhara Occidental, nuestra Palestina cercana. Economistas sin Fronteras

Sáhara Occidental, nuestra Palestina cercana


Ni Israel ni Marruecos obedecen los dictámenes de Naciones Unidas, encontrándonos ante estas dos agresiones coloniales, la de Palestina, llevada a cabo por europeos, y la del Sáhara Occidental, por árabes
FUENTE:

Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y, de aquí a poco, será quince veces más largo que el Muro de Berlín.
Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace veinte años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara Occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.
¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?
Eduardo Galeano

En 1402 se inició la conquista de las Islas Canarias por parte de la Corona de Castilla, que culminó en 1496. Veinte años antes, en 1476, con la llegada al trono de los reyes católicos, Diego García de Herrera, conocido como el señor de las Canarias Menores, construyó la primera instalación naval en la costa atlántica africana, Santa María de la Mar Pequeña, que luego se llamó Ifni (frente a la isla de Lanzarote), a la que siguieron algunas más con objeto de controlar los peligros que pudieran acechar a las tropas reales que combatían en el archipiélago canario. Su carácter era defensivo respecto del exterior, pero se mantenían buenas relaciones con los nativos de la zona.   
La población saharaui era nómada, pasaba su vida en constante desplazamiento buscando pastos para su ganado, por lo que eran conocidos como los “Hijos de la Nube” debido a la incesante persecución de la ansiada lluvia para sus rebaños de cabras y camellos, elementos fundamentales en la vida de los saharauis.
Ellos no se metían en las guerras que en el norte mantenían entre sí los sultanes marroquíes. Tampoco éstos entraron nunca en el Sáhara Occidental, ya que, por el interior, el perfecto conocimiento del desierto que tenían los saharauis, en particular las poderosas tribus Erguibat e Izarguien, suponía un peligro para quien lo intentara; y por la costa atlántica, a partir del siglo XV, se encontraba la entonces potente flota naval española, que, sin duda, persuadía a los sultanes marroquíes de adentrarse por el mar.
Más recientemente, en 1881, durante el reinado de Alfonso XII, el gobierno de Cánovas mandó construir una fortaleza en la península de Río de Oro, al sur del Sáhara, que bautizaron con el nombre de Villa Cisneros. Tres años después, en 1884, el mismo gobierno firmó con los saharauis un tratado que colocaba el territorio bajo el protectorado de España, sin que se registrara oposición internacional alguna (incluida la del sultán de Marruecos).
No obstante, las tropas españolas nunca penetraron en el Sáhara Occidental, limitándose a sus instalaciones costeras, hasta que en 1934 se firma con las tribus saharauis un acuerdo, por el que desde entonces pasa a denominarse «Sahara Español» (aunque ya hacía 50 años que España llevaba en la región de manera oficial), y ese año ondeó por primera vez la bandera española (entonces  la tricolor de la República), en el interior del territorio saharaui, concretamente en Smara, la ciudad santa de los saharauis.  
Cuando en 1956 se independiza Marruecos de España y de Francia (desde 1912 era protectorado de las dos naciones), el sultán Mohamed V se autoproclama rey, produciéndose ciertas convulsiones en la zona, por lo que en 1958, a fin de proteger el entonces Sahara Español, el gobierno de Franco le convierte en la 53 provincia española con capital en El Aaiún, considerando desde esa fecha a todos sus habitantes ciudadanos españoles de pleno derecho, hasta el punto de que tenían representación en las Cortes Generales (aún podemos ver telediarios anteriores a 1975 en los que los representantes saharauis, la Yemma General, se sentaban en los escaños de las Cortes de la Carrera de San Jerónimo, con sus inconfundibles turbantes y sus majestuosas túnicas). 
Al ingresar España en la ONU en el año 1955, debe someterse a sus dictámenes; y así, diez años más tarde, en 1965, la Resolución 2072 de Naciones Unidas proclamó el derecho del Pueblo Saharaui a la autodeterminación, y España, aunque se mostró renuente en un principio, no tuvo más remedio que terminar por convocar el citado referéndum y anunciar su celebración para 1975. Siendo a partir de entonces cuando, con intención de paralizar el proceso, surgen más enérgicamente las reivindicaciones marroquíes sobre el Sáhara Occidental.    
Las insistentes presiones de Marruecos respecto de sus derechos sobre esa parte del Sáhara, pese a la mencionada Resolución de Naciones Unidas, obligó a que la decisión se sometiese al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, el cual en septiembre de 1975 dictaminó: “Este tribunal niega cualquier derecho histórico o territorial de Marruecos sobre el Sahara Occidental”, y además recomendó el Alto Tribunal “celebrar el Referéndum de Autodeterminación decretado por la ONU”.
No obstante, en contra de la legalidad internacional, dos meses después, el 14 de noviembre de 1975, principalmente por presiones de Francia y de EEUU, y tras producirse la “Marcha Verde” (al parecer, organizada por Henry Kissinger en colaboración con la CIA), se firman los acuerdos tripartitos de Madrid, por los que España entrega una parte del Sahara Occidental a Marruecos y otra a Mauritania, dejando sin ninguna protección a los saharauis (que desde 1958 también eran españoles), teniendo que huir muchos de ellos a la región argelina de Tindouf.
En febrero de 1976, tras proclamar la República Árabe Saharaui Democrática, los saharauis declaran la guerra a Marruecos y a Mauritania (Mauritania se retira del Sáhara en 1979, apropiándose Marruecos de la parte que aquélla abandonó), durando la guerra 15 años. Marruecos construyó un muro de 2.700 kms de longitud, sembrándolo de minas para proteger los territorios que ya empezaban a recuperar los saharauis por el este, en la zona de Tifariti. Siendo a partir de esa fecha, en abril de 1991, cuando la MINURSO, la fuerza de paz de la ONU se hace cargo de las fronteras para mantener la paz hasta la celebración del referéndum ordenado por la ONU, que estaba señalado para Noviembre de ese mismo año. Pero, estamos en 2014, han pasado 23 años más y Marruecos sigue haciendo casoomiso de ese mandato. 
A los saharauis les ha ocurrido como a los palestinos, ya que, desde 1967, en que tuvo lugar la Guerra de los Seis Días, Cisjordania y la Franja de Gaza han estado bajo ocupación militar israelí, siendo para los palestinos un estado de excepción permanente.
En 1979, el Consejo de Seguridad de la ONU en su Resolución 446 declara que “la creación de asentamientos por parte de Israel en los territorios árabes ocupados no tienen validez legal”.
Y sin embargo, las cosas siguen igual desde entonces, ni Israel ni Marruecos obedecen los dictámenes de Naciones Unidas, encontrándonos ante estas dos agresiones coloniales, la de Palestina, llevada a cabo por europeos, y la del Sáhara Occidental, por árabes. Con el agravante de que los gobiernos de Israel y de Marruecos, los ilícitos ocupantes de esos territorios, violan en ellos los derechos humanos de forma sistemática, desoyendo las leyes internacionales y sin que organismo mundial alguno les obligue a cumplirlas. 

Como tampoco han hecho nada nuestros distintos gobiernos democráticos por restituir la terrible injusticia que España cometió con el pueblo saharaui en el ocaso del franquismo. Tristemente, parece ser que la conocida frase “si quieres la paz, trabaja por la justicia” no significa nada para ellos, ya que parecen estar subordinados a intereses superiores al de la justicia.  
No obstante, los saharauis siguen luchando por sus derechos, y lo hacen firme pero pacíficamente, como Aminetu Haidar, conocida por el sobrenombre de “La Gandhi saharaui”, que permaneció en huelga de hambre en el año 2009 durante 32 días en el aeropuerto de Lanzarote, volviendo a su país sin ceder al chantaje marroquí, ni al del gobierno español, que, para no incomodar al rey Mohamed VI, le ofreció la nacionalidad española a fin de que depusiera su actitud, a lo que la activista se negó, y además no quiso otra nacionalidad que no fuera la suya, la saharaui. Y el ejemplo caló tan hondo en su pueblo que al año siguiente, como icono de su lucha, montaron el campamento de Gdim Izik a las afueras de El Aaiún ocupado, conocido como el campamento de la dignidad, que tan cruel y despiadadamente arrasaron poco después las tropas marroquíes.
Y la ignominia continúa, pues la ausencia de guerra no supone que haya paz en el Sáhara Occidental.
Vergüenza. Rosa Montero. Sáhara en el Corazón

Vergüenza. Rosa Montero. Sáhara en el Corazón


Vergüenza.

Sáhara en el Corazón


Además de traicionar, vender y abandonar a los saharauis, encima les perseguimos e incumplimos la ley como sucios y tramposos trileros


Rosa Montero
No pierdas ni una palabra de lo que voy a decir porque es importante. Zahra Abdallahi Lefdil tiene 31 años y es saharaui. De niña, en los campamentos de refugiados, la atropelló un camión que la dejó coja. Más tarde llegó a España en 1995 para pasar el verano: «Fui acogida por una familia española tan generosa como muchas otras». La operaron aquí varias veces, su pierna mejoró. Hasta aquí, todo bien. Ahora Zahra es enfermera y trabaja en un hospital de Madrid. Pero, aunque lleva 18 años viviendo en España, y aunque es hija de ciudadanos españoles, no ha podido obtener esa nacionalidad española a la que tiene derecho, tanto por filiación familiar como por residencia. Esta clamorosa injusticia la sufren todos los saharauis: «¿Por qué personas como yo, simples inmigrantes que trabajan y pagan sus impuestos, tenemos que sufrir estas represalias?». A los saharauis se les exige una partida de nacimiento «de un país reconocido» por España. Y todos los documentos expedidos por las autoridades saharauis, aunque lleven el sello del Ministerio de Exteriores de Argelia y del Consulado de España en Argel, son rechazados aquí como no válidos. La estrategia consiste en aplastar a los saharauis con eternas respuestas de «en trámite», con décadas de colas, pagos de tasas, papeleos inútiles. Mientras tanto ofrecemos la nacionalidad a los sefardíes: estupendo, pero es una discriminación añadida. Harta de burocracia e «indignada con la paralización intencionada de todos los expedientes de nacionalidad de saharauis», Zahra puso una querella contra los responsables del Registro Civil Central. No ha sido admitida y ha presentado recurso. Además de traicionar, vender y abandonar a los saharauis, encima les perseguimos administrativamente, incumplimos la ley, nos comportamos como sucios y tramposos trileros. Hagamos de este caso un escándalo.

FUENTE:

¿Conoces el Sáhara Occidental?. Conoces a los SAHARAUIS?  La última Colonia española.

¿Conoces el Sáhara Occidental?. Conoces a los SAHARAUIS? La última Colonia española.

¿Conoces el Sáhara Occidental?. Conoces a los SAHARAUIS?
La última Colonia española.
¿Para cuando la descolonización?
Los Hijos de los Días. Eduardo Galeano. Edit. S.XXI.
En 1.987, el Reino de Marruecos culminó la construcción del muro que atraviesa el Desierto del Sáhara, de Norte a Sur, en tierras que no le pertenecen.
Éste es el muro más extenso del mundo, sólo superado por la antigua muralla china. Todo a lo largo, miles de soldados marroquíes cierran el paso de los saharauis hacia su patria usurpada.
Varias veces, las Naciones Unidas han confirmado el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, y han apoyado un plebiscito: que la población del Sáhara decida su destino.
Pero el Reino de Marruecos ha negado y se sigue negando. Esa negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos confiesa que ha robado un país.
Desde hace cuarenta años, los saharauis esperan. Están condenados a pena de angustia perpetua y perpetua nostalgia.
Ellos se llaman “Hijos de las Nubes”, porque desde siempre persiguen la lluvia.
También persiguen la Justicia, más esquiva que el agua en el desierto.
Los Hijos de los Días. Eduardo Galeano. Edit. S.XXI.
 
Sáhara Occidental: Perfil del País
Los grupos dominantes en Sáhara Occidental son los árabes y bereberes. Debido a la situación climática de la zona, desértico y clima seco subtropical, los saharauis se han dedicado, generalmente, al pastoreo y comercio. Los saharauis son, en su práctica mayoría, musulmanes. Artesanía, ganadería caprina y camellar, hierro e hidrocarburos, además del turismo son los principales recursos del territorio.
Nombre Oficial: República Árabe Saharaui Democrática
Lengua oficial:
Árabe (y español)
Presidente actual:
Mohamed Abdelaziz (desde 1976)
PIB per capita:
Información no disponible.

GEOGRAFÍA

Localización: Noroeste de África, en la parte oeste del desierto del Sáhara en la costa del Océano Atlántico. Sáhara Ocidental limita en sus fronteras con Marruecos, al norte, Mauritania al sur y este y con una pequeña zona frinteriza con Argelia en el noreste. Al oeste tiene el Océano Atlántico. Ver mapa.
Capital: Laâyoune (también escrito Aaiún, El Aiun, La’youne, etc.)
Superficie: 266.000 kms2.
Zona costera: 1.110 kms.
Composición étnica: árabe y bereber.
Lengua:
árabe hassaniya (oficial), árabe marroquí y español también se hablan de una forma extendida.Datos demográficos
Población total:
720.000, de los que 300.000 viven en la zona ocupada por Marruecos y 220.000 en los campos de refugiados. No se incluyen aquí los 200.000 marroquíes ocupantes. (estadísticas de 1999)
Incremento de población:
3,4% anual.
Densidad de población:
1,15 p/km2 (aunque la cifra es irrelevante, ya que la mayoría de la población vive fuera del país)
Población menor de 15 años:
datos no disponibles.
Población mayor de 65 años:
datos no disponibles.
Urbanización:
85% rural y 15% urbana.
Principales ciudades:
(Tindouf) Argelia, El Aaiún (Laâyoune), Dajla (Dâkhla), Smara, Bojador, Guelta Zemmur.

DATOS SOCIALES
Esperanza de vida: 64,0 años.
Tasa de mortalidad infantil:
78/1.000 (estadísticas del año 2000).
Tasa de alfabetización de adultos:
75,0%
Tasa de alfabetización infantil:
100% en los campamentos de refugiados, 60% en los Territorios Ocupados por Marruecos.
Servicios médicos:
3.125 personas por médico
Tasa de matriculación de alumnos:
57%
Acceso a agua potable:
82%
Acceso a servicios médicos:
88%

 SAHARAUIS. LOS OJOS DEL DESIERTO. 

1ª y 2ª Parte. Documental
Un acercamiento a la cultura saharaui, identidad de un pueblo que se manifiesta a pesar de la dureza de la vida cotidiana en los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia), y en la zona de los territorios liberados de Tifariti.

El Sáhara. Historias de un Olvido. La última Colonia de África.Historia de una indignidad.
¡¡Sáhara en el Corazón!!
Sahara

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Viñeta de Eneko

Festival Internacional de Cine del Sahara (FiSahara) 2014

Festival Internacional de Cine del Sahara (FiSahara) 2014

Festival Internacional de Cine del Sahara (FiSahara). 2014

FiSahara, o eFestival Internacional de Cine del Sáhara Occidental, es un extraordinario festival de cine, cultura y derechos humanos celebrado en los campamentos de población refugiada saharaui, en el corazón del desierto del Sáhara (Sureste de Argelia). El FiSahara recurre al cine para empoderar y entretener al pueblo refugiado que lleva 38 años exiliado de su tierra, ocupada militarmente por Marruecos. El Festival ayuda a visibilizar internacionalmente el conflicto del Sáhara Occidental.
FUENTE:


 El Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara) es una iniciativa de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara). Su objetivo es denunciar ante la comunidad internacional la situación que vive la población refugiada saharaui y llevar a cabopropuestas educativas y culturales a través del cine.
El FiSahara es uno de los pocos festivales de cine que se realiza en un campamento de refugiados, más concretamente en Tinduf (Argelia), en la Wilaya de Dajla. El pueblo saharaui, exiliado desde hace 38 años, no encuentra demasiadas oportunidades para mostrar su cultura ni para recibir la de otros países. El FiSahara permite que éstas se mezclen por medio del cine, actuando como una ventana al mundo y haciendo de altavoz para denunciar la difícil situación en la que viven.
El proyecto del FiSahara nació hace doce años con el fín de llevar a cabo propuestas educativas de entretenimiento, ocio y cultura a través del cine con la finalidad de difundir la situación del pueblo saharaui y dar una parcial solución a las necesidades detectadas, en lo referente a ocio, actividades culturales y de formación audiovisual, entre la población de refugiados saharauis de los campamentos de Tindu

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