2.4. Polarógrafo ES

Polarógrafo

Finalidad

Análisis cuantitativo y cualitativo de las especies electroactivas presentes en una disolución, identificándolas y midiendo sus concentraciones, a partir de las curvas intensidad – potencial.

Descripción

Un polarógrafo es en esencia una celda electroliítica, por lo que necesariamente ha de estar compuesto por:

Un electrodo de trabajo de gotas de mercurio, compuesto por un capilar del que va saliendo, a velocidad constante y formando pequeñas gotas, el mercurio contenido en un  recipiente.

Un electrodo de referencia, que puede ser simplemente un depósito de  mercurio o bien un electrodo estándar de calomelanos o de platino.

Un electrolito de fondo, al que se le añade la disolución de las sustancias electroactivas que queremos analizar.

A esto hemos de añadirle, para poder obtener las curvas de intensidad  – potencial:

Una fuente de alimentación,  que nos permita suministrar un potencial variable a la celda.

Un microamperímetro, para medir la intensidad de la corriente generada durante la electrolisis de las sustancias electroactivas.

Funcionamiento

La celda polarográfica se llena con la disolución de la sustancia problema y el electrolito de fondo, se le colocan los electrodos y se hace burbujear  a través de ella nitrógeno o helio, para eliminar el oxígeno disuelto que interferiría en las medidas. A continuación, se le aplica una  diferencia de potencial conocida, con lo que se genera una corriente eléctrica cuya intensidad se  mide con el microamperímetro  incorporado en el aparato. En sucesivas medidas, aumentamos  el voltaje aplicado y registramos  las nuevas intensidades. Representando gráficamente los valores obtenidos, se obtiene una curva sigmoidal (en forma de S), que nos permite identificar las sustancias presentes en la disolución y su concentración.

Historia

La polarografía surge cuando Jaroslav Heyrovsky inventa, en 1925, el electrodo de gotas de mercurio.