Albolote

El Colegio Ave María de Albolote es uno de los nueve centros que forman actualmente el Patronato de las Escuelas del Ave María. La incorporación de nuestro colegio a la Institución Avemariana se produjo en el año 1965, cuarenta y dos años después de la muerte de Don Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María. Nuestra institución, hoy es presidida por un Patronato que tiene la misión de continuar con la exitosa labor desarrollada por el fundador. En Albolote vivía a mediados del siglo pasado, un matrimonio formado por don Felipe Fernández Quirós y doña Francisca Fernández Robles. La pareja no tenía descendencia, fue un matrimonio bondadoso y muy creyente. El día 30 de julio del año 1953, sucedió un hecho importantísimo para el futuro del centro Ave María de Albolote. Doña Francisca, en su último testamento, destinó parte de su patrimonio a la creación de la Fundación Benéfico-Docente María Isabel, para niños de la localidad y alrededores. Los objetivos principales de esta institución serían fomentar la educación y la fe católica en la localidad.
Doña Francisca no pudo hacer realidad su hermoso sueño ya que el día 02 de octubre del año 1953, le sorprendió la muerte sin haber constituido la Fundación anhelada. Don Felipe, conocedor de las últimas voluntades de su esposa, la constituyó poco después, cumpliendo fielmente los deseos manifestados por su esposa en el testamento.
Don Pedro Manjón Lastra, Presidente del Patronato del Ave María de Granada, y sobrino de don Andrés Manjón, aconsejó y ayudó a don Felipe a establecer unos estatutos para la constitución de la Fundación María Isabel, la cual se hizo realidad y empezó a funcionar tiempo después de la muerte de Doña Francisca.
En los inicios del centro, bajo la tutela de la Fundación María Isabel, funcionaban pocas clases, con escaso número de alumnos de distintas edades. Todos eran vecinos de la localidad y de cortijos cercanos. Pero la escasez de alumnos y la carga que le suponía a Don Felipe dirigir la institución debido a su edad, le condujeron a la fusión entre el Patronato del Ave María y la Fundación María Isabel, el día 9 de agosto de 1965.
Actualmente en el colegio se conserva, en la sala de profesores, junto a una escultura de una virgen, un cuadro al óleo, del matrimonio de Don Felipe y Doña María Isabel, donado por D. Felipe en el momento de la fusión.
La llegada de don José Montero al colegio fue como un soplo de aire renovador, lo mejoró todo, tanto que Don Felipe escribió: “Cuando ya por circunstancias diversas de la vida, había perdido la fe en la Fundación, este ejemplar sacerdote, con su entusiasmo, cooperación y aliento, ha puesto en marcha el colegio y ha hecho realidad la continuación de la Fundación, creando cuatro clases donde reciben educación social y religiosa más de cien niños, que Dios premie su abnegada y valiente ayuda a tan fecunda labor.”
Como todos los centros de la Institución, en el colegio Ave María de Albolote seguimos la línea metodológica trazada por don Andrés fundador de las escuelas del Ave María. Se puede decir que el centro desde sus inicios, ha estado y está permanentemente vivo, siempre ha sido objeto de constantes obras de remodelación y ampliación para responder a las necesidades de la infancia y de la juventud alboloteña.
Muchas de las obras que se realizaron, fueron en gran medida fruto del entusiasmo y aportación de las familias, de tantos y tantos padres y madres que han apostado por nuestro centro, por nuestra pedagogía manjoniana, por nuestro estilo y forma de hacer.

El Centro ha experimentado importantes cambios gracias al esfuerzo y la ilusión de toda la comunidad educativa y esperemos que siga en esa dinámica de constante evolución y adaptación a los tiempos y a las personas. Somos un centro que siempre buscamos la calidad en el trabajo realizado, hacemos grandes esfuerzos por responder de una manera adecuada y efectiva a los cambios del sistema educativo y que la sociedad demanda. Somos una Escuela Activa, pues siempre hemos buscado y perseguido unas metas claras que funcionen de acuerdo a nuestros ideales educativos avemarianos.

“Educar es instruir y mucho más, es enseñar a pensar, querer, sentir y vivir. Hay hombres instruidos que no saben pensar, y otros muchos que teniendo cultivada la inteligencia, tienen yermo el corazón y hacen inútil su vida” (Andrés Manjón).