Arquitectura combativa contra la mediocridad

El jurado, que presidía Jordi Garcés, calificó el IES Rafal de Francisco Leiva, director junto a la paisajista María García del multidisplinar Grupo Aranea, de «oasis» y resaltó la «espléndida naturalidad» con la que resuelven el programa educativo. Para Levia fue «un trabajo de emergencia, un reto complicado ante un contexto en el que tienes que posicionarte». «Es un proyecto militante, combativo, aunque no queremos encasillarnos y nos gusta también hacer edificios sensuales y abiertos».

Es curioso que el otro gran premio arquitectónico de estos FAD, el de ciudad y paisajismo, también se haya ido a Alicante. Aquí lo que se ha premiado es la bella sutileza de Carles Ferrater, último Premio Nacional de Arquitectura, y de Xavir Martí a la hora de coser la relación entre los rascacielos de Benidorm y su playa de poniente. Su proyecto de paseo marítimo es ya uno de los grandes hitos del paisajismo reciente gracias, según el jurado, a su «espléndida y sofisticada topografía».
En interiorismo los premios han demostrado en esta edición mayor originalidad. El galardón ha recaído en una propuesta de Merche Alcalá y Marion Dönneweg que consiste en una barra para cócteles que puede ser trasladada a través de módulos al estilo de las suitcases de los conciertos. «Lo que nos interesa es definir el proyecto desde el inicio, no solo la forma sino también su concepto, como antes hicimos con las Happy pills«, comenta Alcalá. Más tradicional, el galardón en la categoría de espacíos efímeros recayó en el montaje de los hermanos Aires Mateus para la exposición Weltliteratur en la lisboeta Fundación Gulbenkian.