Aparece en Nueva York una ‘Piedad’ que podría ser de Miguel Ángel

¿La Piedad perdida? Los expertos están detrás de ese cuadro hace años.
El militar retirado contó también al periódico que durante años tuvieron el cuadro envuelto y colocado detrás del sofá, porque sus hijos lo habían golpeado con una pelota de tenis en la década de los setenta. Forcellino, dice el periódico, menciona la posible pintura renacentista en su último libro titulado La Piedad Perdida, en el que señala que lo que más le alarmó «fue que hubiera estado expuesto al calor que normalmente hay en la sala de estar de una familia de clase media». Aunque escéptico inicialmente, el experto italiano visitó a los Kober en Búfalo y, según el diario, afirmó que la pintura «es más bella que muchas de las versiones que cuelgan (en museos) de Roma y Florencia».
Asimismo dijo al New York Post que ya se han hecho pruebas de rayos X a la pintura, que está realizada sobre un panel de madera, y en la que se han observado numerosas alteraciones hechas por el artista según iba pintando, así como una parte inacabada de la pierna de la Virgen María. «Las pruebas hechas sobre las partes inacabadas del cuadro muestran que nunca podría ser una copia de otra pintura», según el experto, que data la obra en torno a 1545 y que habría sido un regalo de Miguel Ángel a su amiga Vittoria Colonna (1490-1547). El cuadro, según el diario, pasó después a ser propiedad de dos cardenales católicos y finalmente llegó a manos de una familia aristócrata alemana a través de la esposa de uno de ellos, Nicoletta Villani, quien se lo dejó en herencia a Gertrude Young Young se casó con un antepasado de los Kober y envió la obra a Estados Unidos como regalo en 1883, dijo su actual propietario.
Según el profesor de arquitectura e historia de la universidad de Washington, en St. Louis (Misuri), William Wallace, otro experto, citado por el rotativo quien también revisó la obra, ésta podría valer «millones y millones» de dólares, dado que los últimos dibujos vendidos del maestro renacentista en los últimos años superaron los 20 millones.
Clarín, 11 de septiembre de 2010