VUELVE ENSEÑ-ARTE

Hace justo ahora tres años, el autor de este blog, Juan Diego Caballero, escribió su última entrada. Desde entonces, todos los que le queríamos y admirábamos su labor docente hemos regresado de tanto en tanto, en un gesto casi automático, a aquellas últimas palabras. Siempre el muralismo mexicano y una letanía de comentarios de seguidores que reclamaban su regreso. Desde aquí os damos las gracias por vuestro interés y por vuestro cariño.
Con el tiempo, para su familia, pasear por el blog se nos antojó como una vuelta al pasado, un mágico viaje en el tiempo que, de alguna manera, nos permitía volver a conversar con él. Hallar una entrada que desconocíamos porque en su día no la leímos, toparnos con un comentario divertido o con una matización a un alumno. Porque no hay que olvidar que esta bitácora nació como una herramienta para acercar la Historia del Arte a sus estudiantes, por los que nunca dejó de trabajar. Nosotros, sus hijos, también fuimos sus pupilos, en esta y en otras muchas materias de la vida. «Sois mis genes andando», solía decirnos. Y qué razón tenía.
Este verano hará tres años que nos falta. Un tiempo en el que nos hemos dado cuenta de la presencia infalible de esos genes. En mí, que soy la mayor, late su amor por la escritura y su sensibilidad; en Gema, su valentía, su capacidad de decisión y su intuición. Pero es en Diego, el pequeño, en el que la consigna de los genes se repite de forma constante. Desde muy niño se interesó por la historia, el arte, la cultura… Como nuestro padre, Diego fijó la duda como máxima y una pregunta ¿Por qué? como pacto para comprender el mundo. Daba gusto escucharles discutir.
Diego estudió Historia y sabemos bien que nuestro padre vivió con el orgullo de que su hijo siguiera sus pasos, aunque él nunca se lo hubiera pedido. Es hora de que los genes sigan andando y de que este blog salte el muro mexicano para llevarnos a otros lugares, culturas, corrientes artísticas… Desde hoy, Diego recoge el testigo de nuestro padre, como sabemos que él habría querido, para que Enseñ-arte tenga la continuación que merece, para seguir celebrando la memoria, la vida y el compromiso educativo de su primer autor, a través de los ojos también expertos de su hijo menor.
Adelante, Diego, te esperamos.