¿Huesos sagrados o profanos?
La historia señala con precisión científica que el mayor tesoro religioso que alberga la magnífica catedral de Colonia llegó a la ciudad a bordo de una barcaza que atracó en el muelle construido en el Rin, el 23 de julio de 1164. En medio del júbilo y del repicar de las campanas, el arzobispo, Rainald von Dassel, entregó a la ciudad, «para gloria eterna de Alemania y de Colonia», los restos mortales de los tres reyes magos, que había logrado encontrar en Milán. Para celebrar el 850 aniversario del llamado Translatio, el traslado de los restos mortales de los Reyes Magos, la ciudad ha organizado una serie de festejos, exposiciones y servicios religiosos. Los motivos sobran para celebrar el nuevo aniversario, porque, sin la existencia de las osamentas, la ciudad jamás habría llegado a ser lo que es hoy.