Álamo blanco. Populus alba.
¿SABÍAS QUE…?
La Gioconda, de Leonardo da Vinci, está pintada sobre una tabla de álamo.
DESCRIPCIÓN
Árbol caducifolio de hasta 25 m de altura, de tronco recto y cilíndrico. La corteza es blanco-verdosa o grisácea y se agrieta longitudinalmente con la edad. Las hojas son alternas, anchas y de forma muy variable (dentado-angulosas o palmeado-lobuladas), simétricas o no, verde claras por el haz y con un característico tomento blanquecino o plateado por el envés. Las flores femeninas aparecen en ramos colgantes alargados (amentos). Los frutos son cápsulas que se abren al madurar y liberan las semillas envueltas en un tejido algodonoso que favorece su dispersión por el viento. Se suele confundir esta pelusa, que producen todos los álamos y sauces, con el polen.
ECOLOGÍA
Es un árbol que prefiere las zonas bajas y no sube tanto como sus congéneres en altitud, pues no aguanta mucho las heladas, por lo que en general ocupa las zonas más fértiles de las vegas en los cursos medios y bajos de los ríos. Vive asociado a los sistemas fluviales, fuentes y manantiales, formando bosquetes que a veces se mezclan con otras especies de ribera. Aguanta los suelos arcillosos y se da bien en los calcáreos, pero desaparece donde son salinos.
DISTRIBUCIÓN
Habita en el centro y sur de Europa, oeste de Asia y norte de África, si bien es una especie que se usa mucho como ornamental o para repoblaciones. En la Península crece como natural en casi todas las regiones, a excepción de las zonas más húmedas del noroccidente y de la Cornisa Cantábrica. En Baleares se considera introducida.