OLIVO

Olivo silvestre, Acebuche. Olea europeae.

¿SABÍAS QUE…? El acebuche es el padre de todas las variedades de olivos que se cultivan en el mundo y aún se usa como patrón de injerto.

DESCRIPCIÓN

El acebuche es un pequeño árbol cuyo porte no sobrepasa los 8-10 m. El tronco es corto y no muy recto, ancho en la base y con entrenudos, huecos y aspecto retorcido en los ejemplares añosos. Sus ramas a menudo acaban en punta afilada, algo de lo que carecen las variedades cultivadas, que son los olivos. Las hojas son persistentes, opuestas, lanceoladas, de margen entero, puntiagudas, coriáceas, verde oscuras por el haz y plateadas por el envés debido a una capa de pelillos muy densa que sólo se ve con lupa. Las flores salen en primavera y son muy pequeñas, con 4 pétalos blanquecinos. El fruto es una drupa, la aceituna o acebuchina, carnoso y con un hueso grande en su interior, que cuando madura torna del verde al violeta o negro.

ECOLOGÍA

Se trata de una planta adaptada al clima mediterráneo, de inviernos no muy fríos, pues le afectan mucho las heladas, y veranos secos y calurosos. De forma natural se suele asociar a encinas, algarrobos, palmitos y lentiscos, pues sólo en ocasiones forma bosquetes llamados acebuchares. Es indiferente al tipo de suelo y crece desde el nivel del mar hasta los 1500 m en el sur, siempre en exposiciones de solana.

DISTRIBUCIÓN

El acebuche es una planta distribuida por el área mediterránea y algunos puntos del litoral atlántico del suroeste de Europa. Si el olivo aparece cultivado o como ornamental en toda la Península e Islas Baleares, el acebuche está más localizado y repartido por el territorio, con muy buenas representaciones en el valle del Guadalquivir y los montes de Cádiz y Huelva.