NOGAL

Nogal. Juglans regia.

¿SABÍAS QUE…? El nogal es un árbol muy importante desde el punto de vista comercial. Con su madera se elaboran piezas de lujo, planchas, paneles, salpicaderos de autos, culatas de escopetas y revólveres, etc., y son famosos los retablos y coros de muchas catedrales hechos exclusivamente con ella. Además está el valor de sus frutos, las nueces, que son muy nutritivas y energéticas y tienen fama de retrasar el envejecimiento, reducir el colesterol, aumentar la potencia sexual y favorecer la memoria.

DESCRIPCIÓN

El nogal es una planta regia, majestuosa, que alcanza los 25 o 30 m de altura y con una copa amplia que proyecta una sombra densa bajo su dosel. La corteza es gris plateada y agrietada longitudinalmente. Las hojas son caducas, alternas y compuestas por 5 a 9 hojuelas, siempre en número impar (imparipinnadas), ovaladas y de margen entero. Las flores estás separadas en el mismo árbol; las femeninas pasan más desapercibidas por ser poco aparentes, pero las masculinas son más vistosas y se disponen en largos pedúnculos colgantes denominados amentos, para favorecer la dispersión del polen por el viento. El fruto es la nuez, que viene envuelta por una cubierta carnosa y verde que al madurar se seca y adquiere un tono pardo o morado.

ECOLOGÍA

El nogal prefiere los fondos de valle con suelos ricos y profundos, siempre que no sean en exceso ácidos o encharcados, con el fin de desarrollar mejor su potente sistema radical. Aguanta bien el frío, pero no las heladas tardías, la sequía excesiva ni las podas severas. En el suelo donde hay nogales es raro encontrar otras plantas creciendo bajo su sombra. Se da un efecto alelopático, es decir, los restos de hojas que caen contienen taninos y otros compuestos que inhiben la germinación y el crecimiento de otras especies.

DISTRIBUCIÓN

Hay bastante controversia sobre el carácter autóctono del nogal. Registros polínicos fósiles indican su presencia después de las glaciaciones, lo que apunta a que quedaran acantonados en algunos refugios y luego recolonizaran la Península ayudados por el ser humano o bien se hibridaran con las razas cultivadas y desparecieran de forma silvestre. La otra posibilidad es que desaparecieran del todo y fueran traídos después. Lo que sí hicieron los romanos fue extender su cultivo, fundamentalmente por sus frutos. Actualmente se cultiva en casi todo el territorio.