MAGNOLIA

Magnolia. Magnolia grandiflora.

¿SABÍAS QUE…? El magnolio, considerado un auténtico ‘fósil viviente’, tiene unas flores tan primitivas que cuando se desarrollaron todavía no existían las abejas, por lo que evolucionaron hacia una polinización por escarabajos.

DESCRIPCIÓN

Majestuoso árbol de follaje persistente que puede sobrepasar los 25 m de altura. La copa amplia, densa y oscura presenta ramas macizas y algo nudosas desde la base. El tronco gris oscuro y casi liso al principio se vuelve rugoso y algo escamoso con los años. Tanto brotes como ramillas jóvenes están cubiertos por pelos lanosos pardo rojizos o blanquecinos que les dan un aspecto aterciopelado. Las hojas son simples, alternas, elípticas o inversamente ovadas, coriáceas y grandes: llegan a medir unos 15-25 cm de longitud por 6-9 cm de anchura. Son de margen entero —a veces un poco ondulado— y de color verde oscuro, muy brillantes y lampiñas por el haz, lo que las asemeja a las del delfino o coderno (Pleiomeris canariensis), de las cuales se diferencian por su envés aterciopelado y de color pardo rojizo. Muchos magnolios tienen cortezas y hojas muy aromáticas. Esta especie florece desde mediados de mayo a julio y sus flores, solitarias y dispersas por el ramaje, son grandes, blancas y vistosas, hasta de 25 cm de diámetro cuando están totalmente abiertas. Su perfume tiene un característico aroma a limón. Los frutos, con aspecto de piña, son un agregado de numerosos frutillos (folículos) cubiertos de fino tomento que se agrupan en torno a una estructura leñosa. En la madurez, los frutillos se abren longitudinalmente y dejan salir unas semillas negras cubiertas por una carnosa capa rojiza anaranjada (arilo). Cada frutillo contiene una única semilla, a veces dos.

ECOLOGÍA

Este árbol crece de forma natural casi siempre en zonas forestales algo pantanosas, próximo a ríos y ciénagas o en bosques cercanos a la costa y de poca altitud. Es sensible a los fríos intensos y prolongados, pero también a la sequedad ambiental, por lo que prefiere lugares templado-cálidos. Resiste los suelos calcáreos, aunque crece mucho mejor en suelos de naturaleza algo ácida o neutra, profundos, frescos, bien drenados y con cierta abundancia de materia orgánica. Se desarrolla más fácilmente en una exposición no demasiado soleada y preferiblemente resguardado de vientos fuertes. El magnolio blanco se ha adaptado con gran facilidad al clima de Canarias, donde crece naturalizado desde el nivel del mar hasta las medianías (zonas que se sitúan entre los 600 y los 1500 metros de altura).

DISTRIBUCIÓN

Nativa del sureste de EEUU, es muy frecuente encontrar esta especie en España cultivada como ornamental.