USOS DE UNA SILLA

Hola a todos!

Ya que como trabajo de clase debemos escribir en el blog sobre algo que hemos hecho en clase, con que hemos aprendido y que nos aporta en nuestro día a día, yo he elegido la dinámica de “La silla”, con la que trabajamos, descubrimos y pusimos en práctica qué es el pensamiento divergente y convergente.

¿Para qué usamos normalmente una silla?

La primera respuesta que se nos pasa por la cabeza es para sentarnos. Con esta respuesta estaríamos usando el pensamiento convergente, aquel pensamiento que encuentra una única  respuesta correcta y no usa, o no desarrolla, nuestra creatividad. Sin embargo, con la dinámica de clase se pretendía que usásemos el pensamiento divergente, que es aquel en el que el uso o el desarrollo de la creatividad juega un papel muy importante, en este caso para dar  a la silla  otro uso distinto al cotidiano.

Al comenzar la dinámica estábamos bastante pensativos y se nos ocurrían menos usos para la silla, ya al final,  estábamos más motivados y surgían más ideas. Finalmente, creo que la actividad sirvió para aclarar  y vivenciar los conceptos de pensamiento divergente y convergente.

¿En qué consistía la  dinámica?

Colocada la clase en círculo  íbamos diciendo ideas en orden, de uno en uno, y si no se te ocurría ninguna, se pasaba la palabra al compañero de al lado. La dinámica duro aproximadamente unos 20-30 minutos, y la verdad es que al final salieron unas ideas bastante locas e interesantes que nunca me había parado a pensar que podría hacer con una silla.                                                                         

¿Cómo podemos usar lo aprendido en otros momentos de nuestra vida?

En cualquier momento  de nuestra vida puede aparecer tanto el pensamiento convergente como el divergente, ya que en nuestro día a día estamos constantemente buscando soluciones, aunque en ocasiones el pensamiento divergente lo tengamos un poco olvidado.