EL PLAN DE EVALUACIÓN

EL CONOCIMIENTO DEL GRUPO: LA EVALUACIÓN INICIAL.

Una de las sorpresas que encuentras cuando empiezas a evaluar por criterios es la cantidad de ítems que debes medir para cada alumna / o de cada grupo durante el curso. Si bien para algunas áreas o materias el currículo ofrece apenas una docena de criterios, para otras, en cambio, la cantidad es bastante mayor, llegando a superar los treinta criterios para un solo nivel. Puede ser realmente abrumador para el docente que se enfrenta a este reto.

Por tanto, una buena planificación para gestionar todo el proceso de evaluación se hace imprescindible. En estas líneas vamos a intentar esbozar un «plan de evaluación» que permita al docente llevar a cabo una evaluación completa y eficaz de la totalidad de los criterios de evaluación de un área o materia determinada.

El punto de partida para nuestro plan no puede ser otro que la evaluación inicial. Si tenemos la visión de la evaluación como herramienta para el aprendizaje, la evaluación inicial nos ofrece una oportunidad enorme para conocer los puntos fuertes y también los débiles de nuestro alumnado, tanto a nivel individual como a nivel grupal.

Para realizar una evaluación inicial útil es recomendable seguir estos principios:

  • usar diversidad de instrumentos de evaluación (tareas de clase, pruebas orales, pruebas escritas, etc.) De esta forma, obtendremos mucha más información. Una única prueba escrita no aporta información suficiente sobre las destrezas de nuestro alumnado,
  • ampliar el tiempo para la evaluación. La evaluación inicial no es algo puntual que debamos hacer un día concreto de clase, sino que es recomendable extenderla durante el primer mes del curso, al menos. Así, la información será mucho más completa,
  • analizar los datos obtenidos para tomar decisiones educativas. La evaluación inicial no sirve de nada si no analizamos con detalle la información que obtenemos, reflexionamos sobre ella y, a continuación, tomamos decisiones pedagógicas para dar respuesta a las dificultades que hemos detectado y potenciar también las destrezas que hemos observado,
  • informar al alumnado, a las familias y al equipo educativo. La comunicación en la evaluación es sumamente importante. Debemos procurar que nuestros alumnos sean conscientes de sus dificultades y, al mismo tiempo, sepan lo que deben hacer para mejorar, el camino que deben seguir. Y las familias pueden ser un punto de apoyo para facilitar este recorrido. Igualmente, es muy positivo que el equipo educativo intercambie información y acuerde vías de actuación que permitan trabajar en equipo.

 

QUÉ EVALUAR: ANÁLISIS DE LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN.

Tras la evaluación inicial, la siguiente pregunta debe ser ver qué dice el currículo que debo evaluar a lo largo del curso para un grupo. La normativa de referencia son las Órdenes de 30 de mayo de 2023, una para cada etapa: Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. En ellas se detallan los diferentes elementos curriculares (competencias específicas, criterios de evaluación, saberes básicos, etc.), nivel por nivel.

Pero para la evaluación nos centraremos especialmente en dos de estos elementos curriculares: las competencias específicas y los criterios de evaluación. La normativa establece que son los criterios los referentes fundamentales, mientras que las competencias específicas vinculan a estos con los descriptores operativos del perfil de salida y, por tanto, también con las competencias clave. Ambos elementos son referentes para la evaluación del aprendizaje.

Por tanto, en esta fase debemos ir al área o materia y al nivel que nos interese y acceder a las competencias específicas y a los criterios de evaluación. Una vez que los hayamos localizado, es recomendable copiarlos en un formato fácilmente modificable (por ejemplo, un documento de texto) para hacer más sencillo trabajar con ellos.

Hecho esto, toca leerlos con detalle, subrayando o poniendo en negrita lo fundamental de cada uno de ellos, pues algunos son realmente extensos. Además, hay que tener en cuenta que a la hora de evaluarlos debemos tratar de hacerlo desde una visión global, abarcando la totalidad del criterio siempre que sea posible. De esta forma, la información que se trasladará a los descriptores operativos no será sesgada.

Veamos un ejemplo práctico de un plan de evaluación para Lengua Castellana y Literatura de 3º de ESO:

Podemos observar en la imagen como aparecen las competencias específicas en la primera columna, en la segunda los criterios de evaluación asociados y en las siguientes columnas aparecen las situaciones de aprendizaje numeradas. Pues bien, en la situación de aprendizaje concreta en la que se planifique trabajar y evaluar un determinado criterio de evaluación se marca, indicando la evidencia que se va a generar y el instrumento que se va a usar para su evaluación.

 

CÓMO EVALUAR: LOS INSTRUMENTOS Y LAS EVIDENCIAS.

Una vez leídos, analizados y agrupados los criterios de un nivel, el siguiente paso consistirá en distribuirlos en las diferentes situaciones de aprendizaje que pensamos trabajar a lo largo del curso, pensando tanto en las evidencias que se van a generar como en el instrumento o instrumentos más adecuados para su evaluación.

Es posible usar varios instrumentos diferentes para un mismo criterio. Por ejemplo, para evaluar un criterio relacionado con la expresión escrita se puede usar una rúbrica, una lista de cotejo, etc. Sin ningún problema. De hecho, es lo más recomendable, pues así la información será más completa y real.

Es cierto que algunos criterios en su redacción «piden» un instrumento de evaluación en concreto. Por ejemplo, para aquellos relacionados con cuestiones actitudinales es preferible el uso de escalas de observación. Pero, en general, es posible optar por varios instrumentos

Y en cuanto a las evidencias, estas dependerán de la situación de aprendizaje que estemos trabajando. Hay que recordar que las evidencias son los productos generados por nuestro alumnado para evidenciar el grado en el que se ha desarrollado su propio aprendizaje. Evidentemente, estas son también un factor a tener en cuenta a la hora de seleccionar un instrumento concreto.

 

CUÁNDO EVALUAR.

Además de los instrumentos, el docente debe pensar en el momento en el que piensa evaluar cada criterio, es decir, es necesario secuenciar la evaluación a lo largo del curso, especialmente en aquellas áreas o materias con un elevado número de criterios de evaluación para un mismo nivel.

Se trata, en definitiva, de decidir el cuándo se va a trabajar y evaluar unos criterios y cuándo otros a lo largo del curso, sin que se escape ninguno. Lógicamente, unos criterios, por su relevancia, por su amplitud o por su dificultad, pueden y deben medirse en numerosas ocasiones. Otros, en cambio, no precisan evaluarlos muchas veces.

Por ejemplo, criterios relacionados con la comprensión lectora es imprescindible evaluarlos continuamente a lo largo de todo el curso, puesto que es evidente que una habilidad que requiere un trabajo constante y progresivo, empezando por textos sencillos y aumentando su complejidad poco a poco. Un alumno no aprende a leer con un solo texto. Además, es bastante probable que el trabajo de la lectura se incluya en muchas situaciones de aprendizaje.

También hay que tener muy en cuenta que la planificación en este aspecto debe ser muy flexible. Sería contraproductivo establecer plazos fijos e inamovibles, pues debemos considerar los distintos ritmos de aprendizaje. Es decir, si trabajando un criterio la evaluación nos indica que nuestros alumnos no han adquirido dicho aprendizaje, debemos retomarlo, repasarlo, etc. De nada sirve avanzar sin aprender.

Por tanto, la planificación temporal de la evaluación debe ser muy flexible e ir adaptándose al ritmo de aprendizaje de nuestro alumnado.

 

LA GESTIÓN DE LOS DATOS. EVALUAR PARA APRENDER.

Si ya la visión de la gran cantidad de criterios que establece el currículo para algunas asignaturas causaba sorpresa, la cantidad de datos que nos proporciona la evaluación criterial nos sorprenderá mucho más. La información puede ser realmente abrumadora.

Basta con pensar lo siguiente: para algunas áreas o materias el currículo establece alrededor de treinta criterios para un mismo nivel, teniendo en cuenta que en cada grupo tenemos unos treinta alumnos / as, muchos criterios los vamos a medir decenas de veces… El torrente de información es brutal.

Por eso, resulta casi imprescindible gestionar la evaluación con la ayuda de una plataforma digital. Séneca nos facilita enormemente la recopilación de datos y las operaciones necesarias. Si creamos actividades evaluables en Séneca, las vinculamos con sus correspondientes criterios y vamos metiendo las calificaciones poco a poco, podemos acceder a tablas en las que queda expuesto cómo se está desarrollando el aprendizaje de nuestro alumnado.

Y es importante que no nos quedemos ahí. De nada sirve la información si no se usa. Lo que debemos hacer es ir analizando los datos conforme los vayamos trabajando con la finalidad de ir tomando las decisiones educativas oportunas.

Por ejemplo, si estamos trabajando un criterio relacionado con la gramática (por ejemplo, reconocer una clase de palabra determinada) y observamos que, tras evaluarlo con varios instrumentos diferentes en varios momentos, los resultados del grupo son negativos en su mayoría, esto quiere decir que no han adquirido este aprendizaje y, por tanto, debo reaccionar para darle una respuesta educativa a esta realidad (retomando su trabajo, preparando una batería de tareas especialmente enfocadas a este aspecto, etc.)

 

CONCLUSIÓN.

En definitiva, la gestión de la evaluación es todo un reto para cualquier docente que se enfrente a ella. Por ello, es necesaria una cierta planificación -dentro de la inevitable flexibilidad- que nos permita llevar a cabo todo el proceso de una forma eficiente y eficaz.

 

PLANTILLA PARA EL PLAN DE EVALUACIÓN.

2 comentarios

  1. Juan Manuel

    Gracias a ti, Rocío.

  2. Rocío

    Muchas gracias por todas tus aportaciones Juan Manuel, me ha resultado muy clarificador ver el ejemplo práctico de un plan de evaluación para Lengua Castellana y Literatura de 3º de ESO.

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