LA EVALUACIÓN DEL PROCESO DE ENSEÑANZA

INTRODUCCIÓN.

Siempre que los docentes hablamos sobre evaluación nos referimos, en realidad, a la evaluación del proceso de aprendizaje, esto es, a cómo se está desarrollando el aprendizaje de nuestro alumnado y qué dificultades están encontrando.

Sin embargo, ¿qué ocurre con la evaluación del proceso de enseñanza? ¿Debemos realizarla también? ¿Es obligatorio hacerla o solo recomendable? ¿Y cómo la hacemos?

Pues bien, en estas líneas vamos a intentar dar respuesta a todos estos interrogantes que surgen inevitablemente cuando pensamos en la evaluación de la enseñanza, un tema poco tratado en nuestro día a día.

 

QUÉ DICE LA NORMATIVA.

La evaluación del proceso de enseñanza no es un tema olvidado por la normativa, ni mucho menos. Se hacen numerosas referencias a ella en distintos documentos. Así, por ejemplo, en la Orden de 30 de mayo de 2023, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad autónoma de Andalucía, se dice que «los docentes evaluarán tanto el proceso de aprendizaje del alumnado como su propia práctica docente, para lo que concretarán los oportunos procedimientos en las programaciones didácticas» (apartado siete, artículo 11).

Si bien es cierto que se dedica la mayor parte de la atención a la evaluación del aprendizaje del alumnado, también se menciona que debe realizarse una evaluación del proceso de enseñanza y que este debe concretarse en las programaciones didácticas, sin especificar más sobre el tema.

 

LA EVALUACIÓN DEL PROCESO DE ENSEÑANZA.

La evaluación del proceso de enseñanza debe hacerse mediante una serie de indicadores que aparezcan recogidos en la programación didáctica y, además, debe servir para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Aquí nos surgen dos preguntas: qué indicadores puedo incluir en mi programación y cómo puedo llevar a cabo esta evaluación.

a/ Indicadores para la evaluación del proceso de enseñanza.

En la normativa no se concreta qué mecanismos se deben seguir para realizar la evaluación del proceso de enseñanza. Por tanto, queda a juicio del equipo de ciclo o departamento didáctico la decisión sobre qué indicadores recoger en la programación correspondiente, a qué aspectos concretos deben hacer referencia, etc. teniendo en cuenta las características su contexto educativo. Existe un cierto margen de acción en este sentido.

Para ayudar en la decisión de qué indicadores incluir, podemos pensar, en primer lugar, las fuentes de información que vamos a usar y, a continuación, los temas o ámbitos que necesitamos analizar para poder saber si el proceso de enseñanza se está desarrollando convenientemente y poder detectar cualquier dificultad o incidencia que tenga lugar en su desarrollo.

Con respecto a las fuentes de información, podemos usar dos fundamentalmente dos: las reflexiones del docente analizando evidencias y, por otro lado, las reflexiones del propio alumnado. En una y otra fuente podemos, al mismo tiempo, diferenciar varios temas para nuestra evaluación.

Aunque la concreción de los indicadores debe hacerse teniendo muy en cuenta el contexto educativo en el que se trabaja, podemos esbozar aquí algunas sugerencias sobre temáticas para analizar:

-Ideas para indicadores para la evaluación del docente del proceso de enseñanza:

-indicadores sobre la adecuación y el desarrollo de la programación didáctica: la adecuación de los objetivos, la selección y secuenciación de los contenidos, las tareas propuestas, las estrategias metodológicas utilizadas, la eficacia de las medidas de atención a la diversidad, los materiales usados, las idoneidad de las actividades complementarias o extraescolares realizadas, etc.

-indicadores sobre el trabajo y la convivencia en el aula: el nivel de participación del alumnado en las tareas de clase, el nivel de trabajo, la gestión de la convivencia, la organización de los agrupamientos, el nivel de atención del alumnado, la organización del espacio, la atención del docente a las dificultades de cada alumno/a, etc.

-indicadores sobre la comunicación con las familias: la implicación de las familias, las vías de comunicación utilizadas, la información solicitada, la retroalimentación recibida, etc.

-Ideas para indicadores para la evaluación del alumnado del proceso de enseñanza:

-indicadores sobre el desarrollo del curso: cómo se ha sentido en clase, el grado de dificultad que ha tenido la asignatura, su grado de interés…

-indicadores sobre el propio aprendizaje: el nivel de atención en clase, el grado de atención, el nivel de trabajo y esfuerzo diario, el nivel de trabajo y esfuerzo fuera del aula, etc.

-indicadores sobre la evaluación: si comprende la evaluación criterial, si comprende la información que recibe, si está de acuerdo con la calificación, si es consciente de sus dificultades y sus fortalezas, si sabe cómo mejorar…

-indicadores sobre el ambiente en el aula: sobre la convivencia entre compañeros, sobre el ambiente de trabajo en el aula, sobre la relación del grupo con el docente, etc.

-propuestas de mejora: ideas para mejorar el ambiente, la convivencia, las notas de clase, para hacer más interesantes las clases, etc.

b/ Cómo llevar a cabo la evaluación del proceso de enseñanza.

Una vez decididos, concretados y recogidos en nuestra programación didáctica los indicadores que vamos a utilizar para la evaluación del proceso de enseñanza, toca ahora reflexionar sobre cómo realizarla.

La evaluación del proceso de enseñanza debe hacerse de una forma bastante parecida a como se hacemos la evaluación del aprendizaje de nuestro alumnado: utilizando como referentes fundamentales los indicadores y usando diferentes instrumentos para recoger la información. Lo primero es muy sencillo para el docente que realiza una evaluación criterial del aprendizaje, y, con respecto a lo segundo, podemos usar como instrumentos rúbricas, listas de cotejo, escalas de valoración, etc. Si es el alumnado el que tiene que realizar esta evaluación, el proceso se puede agilizar mediante el uso de un formulario digital que recoja la información y gestione los datos.

La lista de cotejo es un instrumento útil para que el docente analice cómo se está desarrollando el proceso de enseñanza, reflexionando ítem por ítem -o sea, indicador por indicador- sobre en qué grado se está logrando algo, qué está funcionando bien, qué dificultades están apareciendo, etc. Además, es fundamental que incluya un espacio para propuestas de mejora, pues el objetivo de hacer esto no es otro que mejorar.

Muchos indicadores están especialmente dirigidos a que el alumnado reflexione sobre cómo se está desarrollando su propio aprendizaje, es decir, recogen el punto de vista del alumno. Y el mejor instrumento para recoger toda esta información -teniendo en cuenta la gran cantidad de alumnos/as que suele tener todo docente- es mediante un formulario o encuesta digital que permita recogerla de una forma ágil y sencilla.

Además, este tipo de herramientas digitales posibilitan representar gráficamente los resultados de la información recogida, facilitando su análisis de forma significativa. Y, por tanto, la toma de decisiones será consecuentemente más rápida y sencilla.

Lógicamente, la evaluación de la enseñanza no será algo puntual de un momento determinado del curso, pues entonces sólo nos daría una información parcial y sesgada. Debe realizarse a lo largo de todo el proceso de aprendizaje-enseñanza, para de esta forma tener margen de acción y tomar las decisiones educativas que sean necesarias.

Diana de autoevaluación
La diana de autoevaluación es una buena forma de representar los datos.

 

CONCLUSIÓN.

La evaluación del aprendizaje de nuestro alumnado es fundamental, pero no debemos descuidar la evaluación del proceso de enseñanza. Tanto una como otra conforman en realidad un todo único que tiene como objetivo fundamental recoger información que permita mejorar el proceso de aprendizaje-enseñanza. Por tanto, ambas se complementan y retroalimentan a la perfección.

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