LA EVALUACIÓN DE PENDIENTES

INTRODUCCIÓN.

Un reto al que tiene que enfrentarse todo docente y que se repite curso tras curso consiste en cómo darle una respuesta educativa que sea al mismo tiempo eficaz y eficiente y que respete la legislación educativa al alumnado con un área o materia suspensa del curso anterior, es decir, al alumnado «con pendiente».

En estas líneas voy a intentar exponer cómo afrontar este reto educativo, de una forma práctica y relativamente sencilla.

 

EL PUNTO DE PARTIDA: LA LEGISLACIÓN EDUCATIVA.

La legislación educativa hace referencia al alumnado con pendientes en diversas ocasiones. En concreto, en la Orden de 30 de mayo de 2023 se dice lo siguiente:

Quienes promocionen sin haber superado todas las materias seguirán un programa de refuerzo del aprendizaje que se podrá elaborar de manera individual para cada una de las materias no superadas, o se podrá integrar en un único programa, si el equipo docente lo considera necesario y así se recoge en el Proyecto educativo del centro. El equipo docente revisará periódicamente la aplicación personalizada de las medidas propuestas en los mismos, al menos, al finalizar cada trimestre escolar y en todo caso, al finalizar el curso. En caso de que se determine un único programa de refuerzo del aprendizaje para varias materias, estas han de ser detalladas en el mismo» (apartado 4, artículo 18).

Estos programas deberán contener los elementos curriculares necesarios para que puedan ser evaluables. La superación o no de los programas será tenida en cuenta a los efectos de promoción y titulación» (apartado 5, artículo 18).

Será responsable del seguimiento y evaluación de este programa el profesorado de la materia que le dé continuidad en el curso siguiente. Si no la hubiese, será responsabilidad de la persona titular del departamento o persona en quien delegue, preferentemente, un miembro del equipo docente que pertenezca al departamento de coordinación didáctica propio de la materia. En caso de que se decida que el alumnado tenga un único programa de refuerzo del aprendizaje, su seguimiento será responsabilidad de la persona que ejerza la tutoría o de un miembro del departamento de orientación cuando el alumnado se encuentre en un programa de diversificación curricular, de acuerdo con lo que se disponga en el Proyecto educativo del centro» (apartado 6, artículo 18).

El alumnado con materias pendientes del curso anterior deberá matricularse de dichas materias, realizar los programas de refuerzo del aprendizaje a las que se refiere el apartado 4 y superar la evaluación correspondiente. Una vez superada dicha evaluación, los resultados obtenidos se extenderán en la correspondiente acta de evaluación, en el expediente y en el historial académico del alumno o alumna» (apartado 7, artículo 18).

La normativa lo dice claro: es función de los centros docentes darle una respuesta educativa al alumnado con pendientes. Y lo debe hacer por medio de los equipos de ciclo o departamentos didácticos, quienes elaborarán un programa de refuerzo del aprendizaje especialmente destinado para este alumnado.

La pregunta que nos surge aquí no puede ser otra: ¿y cómo hacemos esto?

 

EL PRANA: PROGRAMA DE REFUERZO PARA LA RECUPERACIÓN DE LOS APRENDIZAJES NO ADQUIRIDOS.

Todos los equipos de ciclo o departamentos didácticos deben proceder a elaborar un programa específico para dar una respuesta educativa al alumnado con pendientes. Evidentemente, este plan debe estar incluido en la correspondiente programación didáctica.

El programa en cuestión debe estar orientado especialmente a la superación de las dificultades detectadas de cada uno de estos alumnos que han promocionado sin haber aprobado el área o materia del curso anterior, esto es, a los aprendizajes no adquiridos. Y, lógicamente, debe ser individualizado, pues las dificultades no tienen que ser las mismas en todos ellos. Cada persona es diferente y sus dificultades también lo serán.

Por tanto, nuestro PRANA contemplará las siguientes actuaciones:

Plantilla para la inclusión del PRANA en la programación didáctica.

-PASO 1: Análisis de los aprendizajes no adquiridos.

En primer lugar, el docente analizará las dificultades que cada alumno / a destinatario de este programa ha tenido para no superar el área o materia del curso anterior, esto es, qué aprendizajes no ha adquirido. Para ello, puede servirse de dos importantes fuentes de información:

-el informe individualizado de evaluación del curso pasado: este documento debe contener los objetivos no alcanzados, así como los criterios de evaluación no superados. Proporciona una información detallada de qué ha aprendido el alumno / a y qué no durante el desarrollo del curso anterior,

-la información de la evaluación inicial: esta evaluación -que debe ser más cualitativa que cuantitativa- ofrece también una valiosa información sobre qué aprendizajes de nuestra asignatura domina y cuáles en cambio no.

Del análisis de estas dos fuentes se deben extraer conclusiones individualizadas. Por ejemplo, en un alumno concreto se puede detectar que tiene problemas de comprensión lectora, que tiene dificultades en expresión escrita, etc.

Plantilla para la elaboración del PRANA personalizado.

-PASO 2: establecimiento de las medidas educativas y la propuesta de trabajo individualizada.

Una vez realizado el diagnóstico de los aprendizas no adquiridos, el siguiente paso consistirá en establecer las medidas educativas y la propuesta de trabajo individualizada que se aplicará en cada caso.

Para ello, se partirá de una selección de los elementos curriculares que sean necesarios (sobre todo, competencias específicas, criterios de evaluación y saberes básicos que no se hayan desarrollado convenientemente en el curso anterior) teniendo en cuenta las dos fuentes de información citadas y, a partir de ahí, se establecerá una línea de trabajo encaminada a que la alumna / o supere sus dificultades.

Es importante señalar aquí que las medidas contempladas en el PRANA no deben considerarse una carga extra de trabajo para la alumna / o, sino que más bien se debe intentar integrar dentro de la propia planificación de trabajo de las situaciones de aprendizaje del curso -siempre que esto sea posible, claro-. Es decir, no es algo que este alumnado tenga que hacer fuera del aula o en un tiempo extra, sino que debe formar parte de las dinámicas de aula.

Lógicamente, todas las actuaciones contenidas en este plan de trabajo serán objeto de un seguimiento periódico, analizando analizando la progresión personal de cada alumno / a, con la finalidad de darle una respuesta educativa lo más adecuada posible a las dificultades detectadas en cada caso.

O sea, la evaluación de pendientes no puede consistir únicamente en la realización de un par de exámenes durante el curso actual. Y no puede ser así por multitud de razones: no sería una evaluación realmente, no se trabajarían los aprendizajes no adquiridos, no se usarían instrumentos de evaluación diferentes, etc.

Por supuesto, el docente debe comunicar las medidas educativas que va a tomar y la línea de trabajo que va a seguir durante el curso, tanto al alumno en particular como a su familia con la finalidad de superar la asignatura pendiente del curso anterior.

Con estos dos pasos y el conveniente seguimiento continuo durante el curso, estaríamos realizando un PRANA adecuado, eficaz con el aprendizaje de nuestro alumnado y respetuoso con la legislación educativa.

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