El jardín del Instituto
En la construcción original de nuestro Instituto, diseñada para encontrarse en espacios abiertos con patios y galerías de amplias dimensiones, había algunos ajardinados que contribuían a esa sensación de apertura. No eran un elemento añadido, sino que como apuntaba el propio Fisac, “lejos de ser un aditamento supletorio, ocupa el rango que le corresponde de parte importante de vivir”. Algunos de ellos se han perdido con las ampliaciones, pero quedan los más interesantes que, además, encierran un especial interés botánico al que permanecemos un poco ajenos desde la comunidad escolar y ante los que merece la pena detenerse y observar con atención.
En estos jardines compiten en altura las araucarias con la jacaranda, se esconde un espectacular pitosporo –conocido como azahar de la china- y nos traen recuerdos de versos y paisajes conocidos el algarrobo, la yucca, el almez o el madroño. Entre ellos ha crecido un espectacular olivo que sembrara hace años el profesor Antonio del Pozo. Permanecen eternos los naranjos. Y entre todos ellos asoman arbustos, plantas herbáceas y flores de exóticos orígenes algunos, y otros tan cercanos como el romero, el rosal o el trompetero. De muchos de ellos podemos encontrar buena cuenta en el blog jardindelinstituto.blogspot.com que con un excelente trabajo coordinara el profesor Juan Carlos Trigo. Entre las fotos escogidas, las flores le pertenecen.