… y Picasso se copió

(English Version)

En los primeros días del verano de 1891 el alumno Pablo Ruiz Picasso hacía en el Instituto de Segunda Enseñanza de Málaga sus pruebas de ingreso. Reproducimos aquí su examen escrito, así como la propia solicitud cursada a tal efecto. Las circunstancias que rodearon estas pruebas fueron referidas por el propio pintor a Jaime Sabartés, amigo y secretario personal desde 1936 (“Picasso. Retratos y recuerdos”, Madrid, 1953). El relato, que aquí seguimos, resulta divertido al igual que la crónica anterior de su paso por la escuela, y se nos antoja de una aceptable veracidad, reflejando los escasos conocimientos del niño a su edad.

– Algo tenías que saber… – ¡Te juro que no, hombre!… Nada. Absolutamente nada, te juro que fue una verdadera comedia.

  En la parte teórica el profesor hace algunas preguntas que no obtienen respuesta alguna por parte del niño. En la parte práctica cuenta Picasso que tras copiar los números de la pizarra, subió al estrado del profesor y pudo observar en una mesa la operación ya realizada. Retiene en la memoria sus números y los reproduce en su examen como un dibujo.

– ¡Muy bien! ¡Muy bien! –dice el profesor-. Ya se ve que sabe. Lo demás irá viniendo con el tiempo. Ya ves, niño… ¿De qué vale azorarse?

Al volverse a casa llevan el certificado. Por el camino, Pablo no piensa sino en que mamá estará contenta.

 

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