Ben Gurión y la proclamación del Estado de Israel

David Ben Gurion lee el acta de fundación del Estado de Israel en el Parlamento hebreo
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Autor: Ramón Álvarez.

Fuente: lavanguardia.com 18/04/2020

EL CONTEXTO

“La paz duradera sólo será posible con una Estado de Israel fuerte”. La conocida controvertida máxima de David Ben Gurión no convenció en absoluto ni a los árabes palestinos ni a los países de mayoría árabe de alrededor, aunque sí fue una acicate definitivo para unir a la dividida y diversa comunidad hebrea y para persuadir a la comunidad internacional a establecer un nuevo orden en Oriente Medio, empezando por Estados Unidos y acabando por la Unión Soviética.

Atribuir al medio millón de judíos que vivían en Palestina acabada la Segunda Guerra Mundial el papel de arbitraje de la región que hasta ese momento ostentaba Reino Unido podría haber sido un brindis al sol de no haberse apoyado en una firme política de hechos consumados, en la creación de estructuras políticaseconómicas culturales de cohesión y en la cobertura legal de Naciones Unidas tras la intensa labor del lobby judío.https://www.youtube.com/embed/ejwM1sJZR0g?enablejsapi=1

Aunque los historiadores coinciden en atribuir a su determinación y a su liderazgo el paso definitivo: la proclamación por parte del denominado Consejo de Estado provisional de Israel en Tel Aviv un histórico 14 de mayo de 1948 el Estado de Israel mediante el discurso pronunciado por el propio Ben Gurión que sigue a estas líneas.

La declaración se amparaba en la resolución del 29 de noviembre de 1947 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con los horrores del Holocausto muy recientes y un acelerado proceso de descolonización de Oriente Medio. En un intento de encontrar una solución salomónica a la división política y cultural de la región, la Asamblea General –que ya acogía a Israel como Estado fundador de la organización que sustituyó a la inoperante Liga de Naciones– aprobó el Plan de Partición de Palestina.

El proyecto preveía la constitución de dos estados, uno árabe y otro judío, aunque ni compactos ni homogéneos, divididos en tres porciones. El nuevo Estado judío ocupaba el 55% del territorio y su población debía constituirse por el medio millón de judíos que habían emigrado hasta ese momento a Palestina desde el siglo XIX en las diversas aliyot u olas migratorias a la Tierra Prometida por parte de la comunidad judía de todo el mundo.

La declaración se amparaba en la resolución del 29 de noviembre de 1947 de la Asamblea General de Naciones Unidas

El Estado árabe palestino, por su parte, ocuparía el 44% y acogería a una minoría de unos 10.000 judíosJerusalén y su área circundante, incluido Belén, estarían bajo la administración de Naciones Unidas. La resolución ordenaba la retirada de las tropas y el desmantelamiento de los organismos de gestión británicos.

Sin convencer a ninguna de las partes, el pragmatismo de Ben Gurión se acabó imponiendo en la autoridad provisional hebrea, que rechazó la lucha armada que mantenían en la región grupúsculos paramilitares judíos y árabes y llamó a cerrar filas, en tanto que el Alto Comité Árabe, el organismo de representación árabe-palestina, muy deudor de los estados de mayoría árabe de la región, lo rechazó por injusto irrealizable.

Pese al trabajo diplomático israelí, liderado por la futura primera ministra Golda Meir, un día después de la declaración del Estado de IsraelLíbanoSiriaTransjordaniaIrak Egipto declararon la guerra a lo que calificaron como “ente sionista”. Bien organizadas y con un mando único, las tropas hebreas no sólo resistieron, sino que tras más de un año de guerra incrementaron su control sobre un 23 % más del territorio asignado. La franja de Gaza Cisjordania fueron ocupadas por Egipto Transjordania, respectivamente.

Fue la primera de las cinco guerras declaradas hasta hoy entre Israel y los estados de la región, pero la que comportó un mayor número de desplazados y estableció un statu quo que hoy en día sigue vigente.

EL DISCURSO

“La tierra de Israel fue la cuna del pueblo judío. Aquí se formó su identidad políticareligiosa espiritual. Aquí alcanzó por primera vez la soberanía nacional, creó valores culturales de relevancia nacional y universal, y le dio al mundo el eterno Libro de los Libros. Tras haberse visto obligado a exiliarse de su tierra, el pueblo conservó la fe a lo largo de su diáspora y nunca dejó de rezar ni de albergar esperanzas de regresar restablecer su libertad política.

”Impulsadas por este compromiso tradicional e histórico, todas las generaciones posteriores de judíos lucharon por volver a establecerse en su patria ancestral. Durante las últimas décadas han regresado en masa. Colonos, retornados desafiantes, defensores que han hecho florecer los desiertos, que han devuelto la lengua hebrea a la vida, que han construido pueblos ciudades,que han creado una comunidad próspera que controla su propia economía y su cultura, en el amor por la paz, si bien conscientes de cómo defenderse, ofreciendo las bendiciones del progreso a todos los habitantes del país y con la aspiración de convertirse en una nación independiente.

”En el año 5657(1897), en respuesta a la llamada del padre espiritual del Estado judíoTheodore Herzl, el Primer Congreso Sionista se reunió y proclamó el derecho del pueblo hebreo a un renacimiento nacional en su propio país. Este derecho fue reconocido en la declaración Balfour, el 2 de noviembre de 1917, y reiterado con el mandato de la Liga de Naciones que, en concreto, otorgó validez internacional al vínculo histórico entre el pueblo judío y Eretz Israel, así como al derecho del pueblo judío a reconstruir su patria nacional.

Éste es el derecho natural del pueblo judío a ser dueño de su propio destino ,al igual que todas las naciones, en su propio Estado soberano”

David Ben Gurión

”La catástrofe que ha sobrevenido recientemente al pueblo hebreo –la masacre de millones de judíos en Europa– ha sido otra clara demostración de cuán apremiante es resolver el problema de su carencia de patria mediante la nueva fundación en Eretz Israel de un Estado judío, que abriría de par en par las puertas de la patria a todos los judíos y conferiría al pueblo hebreo la categoría de miembro de pleno privilegio de la comunidad de naciones.

”Los supervivientes del holocausto nazi de Europa, además de los judíos de otras partes del mundo, no han dejado de emigrar a Eretz Israel, impertérritos ante las dificultades, las restricciones y los peligros, y nunca han dejado de reivindicar su derecho a una vida de dignidadlibertad trabajo honrado en su patria.

”Durante la Segunda Guerra Mundial, la comunidad judía de este país contribuyó cuanto pudo a la lucha de las naciones amantes de la libertad y la paz en contra de las fuerzas de la ignominia nazi y, con la sangre de sus soldados y su lucha en la guerra, se ganó el derecho a ser incluida entre los pueblos fundadores de las Naciones Unidas.

”El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que pedía la proclamación de un Estado judío en Eretz Israel; la Asamblea General requirió a los habitantes de Eretz Israel para que dieran los pasos que fuesen necesarios en la puesta en práctica de esa resolución. Este reconocimiento por parte de las Naciones Unidas del derecho del pueblo judío a proclamar su Estado es irrevocable. Éste es el derecho natural del pueblo judío a ser dueño de su propio destino,al igual que todas las naciones, en su propio Estado soberano.

El Estado de Israel asegurará la total igualdad de derechos sociales y políticos para todos sus habitantes, sin hacer distinción de religión , raza o sexo ”

David Ben Gurión

”Por consiguiente, nosotros, miembros del Consejo del Pueblo, representantes de la comunidad judía de Eretz Israel y del movimiento sionista, nos hemos reunido aquí en el día del fin del mandato británico sobre Eretz Israel y, en virtud de nuestro derecho histórico y natural, así como de la fuerza de la resolución de la Asamblea General de la ONU, declaramos por la presente la proclamación de un Estado judío en Eretz Israel, que será conocido como el Estado de Israel.

”Declaramos que, con efecto a partir del momento del fin del mandato británico, esta noche, víspera del sabbat 6 de iyar de 5708 (15 de mayo de 1948), y hasta la proclamación de las autoridades del Estado electas y habituales, de acuerdo con la Constitución que será adoptada por la Asamblea Constituyente electa en una fecha no posterior al 1 de octubre de 1948, el Consejo del Pueblo actuará como Consejo de Estado provisional, y su organismo ejecutivo, la Administración del Pueblo, será el Gobierno provisional del Estado judío, que será llamado Israel.

”El Estado de Israel estará abierto a la inmigración judía y al regreso de los exiliados; fomentará el desarrollo del país en beneficio de todos sus habitantes; se asentará sobre los cimientos de la libertad, la justicia y la paz, tal como las concibieron los profetas de Israel; asegurará la total igualdad de derechos sociales y políticos para todos sus habitantes, sin hacer distinción de religiónraza sexo; garantizará la libertad de credo,de pensamiento,de lengua,de educación y de cultura;salvaguardará los lugares sagrados de todas las religiones, y será leal a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Apelamos al pueblo judío de toda la diáspora para que acuda a ayudar a los judíos de Eretz Israel en las tareas de inmigración y construcción”

David Ben Gurión

”El Estado de Israel está dispuesto a cooperar con las agencias y los representantes de las Naciones Unidas en la puesta en práctica de la resolución de la Asamblea General del 29 de noviembre de 1947, y dará los pasos necesarios para efectuar la unión económica de todo Eretz Israel.

”Apelamos a las Naciones Unidas para que asistan al pueblo judío en la construcción de su Estado y para que acoja al Estado de Israel en su comunidad de naciones. Apelamos –en mitad de una ofensiva lanzada contra nosotros desde hace ya meses– a los habitantes árabes del Estado de Israel para que preserven la paz y participen en la construcción del Estado sobre la base de una ciudadanía total e igualitaria,así como de la debida representación en todas sus instituciones, provisionales y permanentes.

”Tendemos nuestra mano a todos los estados vecinos y a sus pueblos con una oferta de paz y de buena convivencia, y apelamos a ellos para que se establezcan vínculos de cooperación ayuda mutua con el pueblo judío soberano, asentado en su propia tierra. El Estado de Israel está dispuesto a cumplir su parte en un esfuerzo común para el avance de todo Oriente Medio. Apelamos al pueblo judío de toda la diáspora para que acuda a ayudar a los judíos de Eretz Israel en las tareas de inmigración construcción, y para que los apoye en su enorme lucha por la realización del sueño ancestral: la redención de Israel.

”Con nuestra confianza depositada en el Todopoderoso, rubricamos esta proclamación durante esta sesión del Consejo de Estado provisional, en suelo patrio, en la ciudad de Tel Aviv, en esta víspera de sabbat, el 5 de iyar de 5708 (14 de mayo de 1948).”

Los otros lugares contemplados para un Estado judío antes de la creación de Israel en territorio palestino

El primer primer ministro israelí, David Ben-Gurion, en la proclamación oficial del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, en Tel Aviv. AFP/GETTY IMAGES

Fuente: BBC Mundo, 5/11/2017.

¿Pudo haber un Estado judío en África o Argentina? Tal vez.

Esta semana se cumplió el centenario de la Declaración Balfour, un documento que cambió la historia de Medio Oriente para siempre y que desencadenó uno de los conflictos más difíciles de resolver de los tiempos modernos.

La Declaración Balfour fue el documento en el que por primera vez el gobierno británico respaldó el establecimiento de «un hogar nacional para el pueblo judío» en Palestina.

Sin embargo antes de esa declaración, se debatieron otras opciones territoriales para establecer un futuro Estado judío.

Judíos ortodoxos en Jerusalén.
Image captionPor razones religiosas e históricas Palestina siempre fue la opción preferida. Pero se consideraron otras.

La Declaración Balfour fue hecha a través de una carta enviada por el ministro de Exteriores británico, Arthur Balfour, al barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña.

La idea de establecer «un hogar para el pueblo judío» parte del I Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897, explicó a BBC Mundo José Antonio Lisbona, historiador y experto en Historia del Judaísmo Contemporáneo.

En ese primer momento, había una línea dentro de los pensadores judíos que considera que lo importante es tener un Estado para que dejen de ser perseguidos, le dijo a BBC Mundo Carmen López Alonso, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

Otros, en cambio, son defensores desde el primer momento de establecer ese futuro Estado en Palestina, argumentado los vínculos históricos del pueblo judío con ese territorio.

Foto del texto de la declaración de Balfour.
Image captionFoto del texto de la declaración de Balfour.

Pero a fines del siglo XIX, época en la que ese territorio estaba bajo dominio del Imperio Otomano, la tarea parecía imposible.

Quizá por eso, sobre la mesa también se barajaron otras posibilidades, al menos como un «hogar nacional» provisional para el pueblo judío.

El plan Uganda

Así se conoce el que fue, según Lisbona, el «único plan oficial y serio» para establecer un Estado judío en un territorio que no fuera Palestina.

Según este historiador, se trató de un plan oficial porque fue el propio gobierno de Reino Unido el que ofreció en 1903 otorgar una parte del antiguo territorio británico en África Oriental al pueblo judío como patria.

El presidente de Uganda en una visita al Museo del Holocausto.
Image captionEl presidente de Uganda en una visita al Museo del Holocausto.

Aunque se le conoce como plan Uganda, en realidad la oferta de territorio también contemplaba parte del de Kenia.

Fue ofrecido por el propio Balfour a Jaim Weizmann —quien se convertiría después en el presidente de Israel y en ese entonces era presidente de la Agencia Judía— y al padre de la teoría sionista, Theodor Herzl.

El propio Herzl, autor del libro «Der Judenstaat» (El Estado Judío, 1896) y considerado el padre del Estado de Israel, planteó la idea en el Sexto Congreso Sionista celebrado en Basilea, Suiza, en 1903.

El sionismo era un movimiento que abogaba por la creación del Estado para los judíos en el territorio palestino, por lo que la idea de que ese Estado se creara en un lugar diferente generó numerosos debates dentro de la organización sionista, explicó Lisbona.

Finalmente, dicha posibilidad fue rechazada en 1905, cuando ganó la opción de que el territorio para el futuro Estado judío fuera en Palestina.

«¿Palestina o Argentina?»

Theodor Herzl, fundador del sionismo político.
Image captionTheodor Herzl, fundador del sionismo político.

La opción de Argentina también apareció en varios textos y fue una corriente defendida por algunos líderes judíos, aunque Lisbona considera que «fue más bien una entelequia».

El propio Herzl considera Argentina como una posibilidad para un asentamiento masivo de judíos en una parte de su libro «Der Judenstaat», bajo el epígrafe «¿Palestina o Argentina?», en el que hace referencia al al país sudamericano como «uno de los más fértiles de la tierra, de inmensa superficie, población escasa y clima templado».

Leon Pinsker, autor de «Autoemancipación» (1882), considerado un texto fundacional del sionismo y que sirvió de inspiración a Herzl para su «Estado judío», fue un defensor de la opción argentina, al igual que Maurice de Hirsch, uno de los impulsores de las colonias judías en América.

Argentina, al igual que Uganda, ofrece una clara ventaja: un vasto territorio vacío, en el que no había que expulsar a ningún pueblo ya establecido, explicó la profesora López Alonso.

Ese era uno de los principales inconvenientes de la opción Palestina: ya había una población árabe establecida.

Cómo una carta cambió el destino de Medio Oriente

«De 1893 a 1921 hubo emigraciones importantes de judíos de Polonia, Ucrania y Rusia a Argentina», explica Lisbona, «pero no hubo ninguna oferta oficial por parte del gobierno argentino, como sí hubo en el caso de la Declaración Balfour por parte de Reino Unido, que sí tenía algún derecho geoestratégico una vez que expulsa a los turcos de lo que sería Palestina».

¿Un Estado judío en Siberia?

Aunque fue una opción posterior a la Declaración Balfour, algunos consideran que el precedente del Estado judío se encuentra en los límites de Siberia.

Los dirigentes de la antigua URSS entregaron una región a cada una de las naciones que la conformaban, y así, en 1934 se creó la Región Judía Autónoma de Birobidzhan, situada en la frontera entre Rusia y China.

Birobidzhan Regional Museum
Image captionUna imagen de archivo de la Región Judía Autónoma de Birobidzhan.

Aunque miles de judíos se establecieron allí, y la lengua oficial era el yiddish, la idea de crear en este lugar el Estado judío no prosperó, ya que el sionismo era la corriente principal, y Palestina, su objetivo.

En la segunda mitad de los años 30, los líderes judíos de Birobidzhan fueron víctimas de las purgas de Joseph Stalin.

10 propuestas de Hefter fuera de Palestina

Joseph Otmar Hefter, creador de Nai Judá (Nueva Judea), fue defensor de crear un hogar en forma de Estado para el pueblo judío en el continente americano.

En un panfleto de 1938, Hefter manifiesta su rechazo al movimiento sionista, y defiende la creación de un Estado judío en el continente americano.

Barco cargado de refugiados judíos procedentes de Europa llegando al puerto de Haifa, durante el Mandato Británico sobre Palestina, en 1947.
Image captionUn barco cargado de refugiados judíos procedentes de Europa llegando al puerto de Haifa, durante el Mandato Británico sobre Palestina, en 1947.

Hefter publicó un mapa con 10 propuestas de «hogar» para el pueblo judío, entre ellas una opción en un territorio entre la Guyana Británica, Venezuela y Brasil y otra entre Brasil y Paraguay.

También propuso Birobidzhan, Australia, Alaska, Canadá, una parte de Egipto, parte de la África Oriental o el sudeste de Asia como un posible Estado para el pueblo judío.

Sin embargo, como le indicó la profesora López Alonso a BBC Mundo, una vez que se impuso la corriente sionista, ningún otro lugar rivalizó en términos reales con el territorio palestino para ser el hogar del futuro Estado judío.

Vista de la ciudad de Jerusalén.
Image captionEl plan aprobado por la ONU planteaba un régimen especial para la ciudad de Jerusalén.

Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, la Declaración Balfour fue respaldada por las potencias aliadas e incluida en el Mandato Británico sobre Palestina, aprobado por la Liga de las Naciones (organismo que antecedió a la ONU) en julio de 1922, mediante el cual Reino Unido quedaba formalmente encargado de la administración de esos territorios.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, y tras el Holocausto, la presión por establecer un Estado judío aumentó.

El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General aprobó un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén.

Celebraciones tras la proclamación del Estado de Israel.
Image captionEl 14 de mayo de 1948 fue proclamado el Estado de Israel.

El plan fue aceptado por los israelíes, pero no por los árabes, que lo veían como una pérdida de su territorio. Por eso nunca se implementó.

Pero un día antes de que expirara el Mandato Británico de Palestina, el 14 de mayo de 1948, la Agencia Judía para Israel, representante de los judíos durante el Mandato, declaró la independencia del Estado de Israel.

Ahí comenzó el largo conflicto entre israelíes y palestinos que llega hasta nuestros días.

Nakba, la «catástrofe» de los palestinos.

Sentados en camiones cargados con burros o caballos, o sencillamente a pie. En interminables filas avanzaban en el verano de 1948 miles de personas que, tras la fundación de Israel, perdieron su patria y debieron huir.

Autor: Kersten Knipp (DZC/CT), 13/05/2018

Fuente: dw.com

Durante mucho tiempo se había anunciado la «Nakba», o la catástrofe, como conocen los palestinos a las consecuencias del surgimiento de Israel. Más de 30 años antes, el 1 de noviembre de 1917, el ministro de Exteriores británico, lord Arthur James Balfour, le había explicado al presidente de la Federación Sionista Británica, Lionel Walter Rothschild, que Gran Bretaña respaldaría y apoyaría con fuerza la creación de una «patria» para el pueblo judío.

Poco tiempo antes, miles de judíos escapaban de Europa y de los pogromos, las acciones antisemitas, hacia Palestina. Entre 1882 y 1939 fueron cerca de 380 mil personas. Llegaron a un país donde vivían 450 mil personas, de los cuales cerca del 90 por ciento eran árabes musulmanes.

Los árabes se sienten amenazados

Desde la década de 1920, las tensiones provocadas por la inmigración aumentaron. Pronto, dos movimientos nacionales se enfrentaron: el judío-sionista por un lado y el palestino por el otro. Los árabes veían su propia existencia cada vez más amenazada, un sentimiento que llevó a un primer levantamiento entre 1936 y 1939.

Libro sobre la Nakba.
Libro sobre la «Nakba».

 

Para aminorar las tensiones, Gran Bretaña restringió la llegada de más judíos, a pesar de la creciente presión generada por los judíos que querían abandonar la Alemania nacionalsocialista. Esto llevó a cada vez más grupos sionistas a enfrentarse contra los británicos del Mandato. Ya en 1942, sus dirigentes exigieron la creación de un Estado judío una vez que finalizara la Segunda Guerra Mundial.

Después de 1945, luego de que los nazis asesinaran a un estimado de seis millones de personas, las tensiones continuaron. Gran Bretaña pidió la mediación de las Naciones Unidas, que decidió en noviembre de 1947 la partición de Palestina. El Estado judío se quedaría con el 57 por ciento del territorio, quedando el 43 por ciento restante para los árabes.

Guerra tras la fundación

El 14 de mayo, el ministro de Gobierno provisional David Ben Gurión, leyó la proclamación de independencia del nuevo estado de Israel. Poco después comenzó la guerra entre israelíes y árabes. Por un lado peleaban cinco estados (Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Siria), y por el otro los israelíes, para los que las fronteras establecidas ya no se aplicaban más debido a los enfrentamientos. La guerra no finalizó hasta la firma de numerosos tratados de paz.

El conflicto significó para los árabes de la región una verdadera catástrofe. Ellos, escribió el autor palestino Sari Nusseibeh, uno de los grandes defensores del entendimiento entre ambas partes, fueron desde un comienzo inferiores a los combatientes sionistas. Estos habían formado un «Ejército de espíritu espartano, templado por los horrores de Europa. Además, estaban mucho mejor equipados: disponían de un enorme arsenal de armas que habían sido introducidas de contrabando en el país desde el Viejo Continente o que habían sido robadas durante la guerra a los británicos. En pequeños talleres fabricaban vehículos blindados, morteros y granadas», escribió Nusseibeh en sus memorias «Érase una vez un país. Una vida en Palestina».

Naqba Nakba Palästina Gedenkfeier Gedenken Vertreibung
Las llaves, símbolo de una esperanza.

Un enorme número de personas debió abandonar sus casas ubicadas en barrios ahora controlados por las fuerzas israelíes. Alrededor de 530 aldeas fueron destruidas deliberadamente, tras una cuidadosa planificación, con el único fin de impedir que los palestinos tuvieran chances de sobrevivir en ellas. En ciudades como Tel Aviv, Jaffa, Haifa y Jerusalén apenas quedaron árabes. Tanto en el campo como en la ciudad, los colonos judíos se apropiaron de las pertenencias de los desplazados.

«Como toda Palestina, Jerusalén también entró en una guerra civil», dice Nusseibeh. «Profesores, médicos y comerciantes de ambos bandos tomaron posiciones y dispararon a personas que, en otros tiempos, felices habrían recibido en sus casas como visitantes. Las reglas de la civilización fueron redefinidas, dos pueblos amantes de la paz ahora solo pensaban en la batalla».

Las llaves, símbolo de esperanza

«750.000 personas perdieron con la fundación de Israel sus bienes y propiedades. Esa fue la cantidad que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) registró desde que comenzó su trabajo, en 1950», escribió la experta en Medio Oriente Marlène Schnieper en su libro «Nakba. Las heridas abiertas». Las consecuencias de ese éxodo masivo son visibles hasta el día de hoy. «Con sus hijos e hijos de sus hijos, los refugiados han llegado a ser cinco millones», apunta Schnieper. «Y la cifra sigue creciendo». Por ahora, los refugiados palestinos registrados viven en campos reconocidos oficialmente en Líbano, Jordania y Siria, así como en la Franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental. Muchos, al ser expulsados, se llevaron consigo las llaves de sus casas, con las que reflejan la esperanza de los palestinos por alguna vez volver a ellas.

La masacre de Deir Yassin perpetrada por soldados israelíes.
La masacre de Deir Yassin perpetrada por soldados israelíes.

El conflicto árabe-israelí sigue sin ser resuelto hasta hoy. Al contrario, los enfrentamientos entre los bandos se han repetido a lo largo de los años. Entre los más relevantes se cuenta la llamada «Guerra de los Seis Días» en 1967, en la que Israel se defendió exitosamente de ataques coordinados por fuerzas egipcias, sirias y jordanas. Como consecuencia, ocupó la Franja de Gaza, Cisjordania y parte de la Península del Sinaí.

Conflicto latente

A raíz de la guerra de 1967, Israel comenzó a construir asentamientos en Cisjordania. La resistencia contra la anexión no reconocida por Naciones Unidas ha llevado a dos levantamientos: la primera (1987-1993) y la segunda Intifada (2000-2005). Los palestinos, claramente superados militarmente, dependen de acciones armadas aisladas, como atentados suicidas contra el transporte público, para hacer patente su malestar. Los israelíes, por su parte, ejercen una fuerte presión a los palestinos a través de sus fuerzas de seguridad. Uno de los medios más polémicos ha sido la destrucción de las casas de los atacantes suicidas.

El conflicto sigue sin resolver 70 años después. En la primavera, a propósito del aniversario de la fundación de Israel, miles de personas se han manifestado en la Franja de Gaza, en la frontera con Israel. La «catástrofe», como llaman los palestinos a la creación del Estado judío, sigue negándose a una solución.