El genocidio del sádico Leopoldo II de Bélgica en el Congo: el peor crimen europeo en África

Autor: César Cervera.

Fuente: ABC Historia. 22/11/2017.

Mientras la Europa del siglo XIXseguía tachando a los españoles de asesinos de indios, por algo que había ocurrido dos siglos antes y fue causado, sobre todo, por las enfermedades; en la África Negra la explotación de caucho estaba provocando en esas mismas fechas la muerte de diez millones de personas. Como recuerda Josep Pérez en su conocido libro « La Leyenda Negra», «la colonización europea de los siglos XIX y XX fue culpable de crímenes semejantes a los cometidos por los españoles en América. La única diferencia es que no encontró a un Las Casas [el fraile que protestó con cifras dudosas por el trato a los indios] para denunciar». El Congo belga fue el caso más salvaje.

Un maestro del disimulo

Léopold de Saxe-Cobourg et Gothase, Leopoldo II, Rey de los belgas a finales del siglos XIX, auspició durante su reinado que el Congo pasara de una población de 20 millones de habitantes a 10 millones. Lo más sorprendente de todo es que el Monarca, perteneciente a la dinastía Sajonia-Coburgo Gotha, no tuvo que disparar una sola bala para hacerse con este territorio. Leopoldo no heredó o conquistó el Congo (de hecho solo a su muerte se integró en Bélgica), le bastó con convencer a la comunidad internacional de que si le daban su soberanía protegería a sus habitantes de las redes de traficantes de esclavos árabes. Nada más lejos de la realidad, el verdadero objetivo del belga, que solía definir a su pequeño reino europeo como «Petit pays, petit gens» («Pequeño país, gente pequeña»), era hacerse con una colonia y exprimir hasta la última gota de sus recursos económicos.El verdadero objetivo del belga era hacerse con una colonia y exprimir hasta su última gota

Leopoldo, no obstante, supo disimular su afán económico generando una imagen de monarca humanitario y altruista, que financiaba asociaciones benéficas para combatir la esclavitud en el África Occidental y costeaba el viaje de misioneros a esas regiones. En 1876 convenció con su elegancia y buenos modales a un selecto grupo de geógrafos, exploradores y activistas humanitarios en una Conferencia Geográfica, celebrada en Bruselas, de que su interés era «absolutamente humanitario». Fue, además, elegido aquí presidente de la recién creada Asociación Africana Internacional, transformada con el tiempo en la Asociación Internacional del Congo.

Como consecuencia de estos movimientos sibilinos, en febrero de 1885, catorce naciones reunidas en Berlín, y encabezadas por Gran Bretaña, Francia, Alemania y los Estados Unidos, le regalaron a Leopoldo II todo el Congo a través de la asociación que él presidía. Un territorio 20 veces el tamaño de Bélgica, donde se comprometió a «abolir la esclavitud y cristianizara a los salvajes» a cambio de su cesión. Las grandes potencias concedieron al rey de los belgas el Congo, sin saber qué clase de persona era y, sobre todo, porque desconocían el gran tesoro que se escondía entre sus árboles.

Mutilizaciones, en nombre del caucho

Además del marfil de sus elefantes, Leopoldo se sintió atraído por el Congo debido a sus grandes reservas de caucho. Durante su reinado se disparó la demanda internacional de goma, que se extraía de los árboles del caucho que se contaba muy numerosos en el Congo. El problema de la recolección de esta materia resultaba la ingente cantidad de mano de obra que se necesitaba y las duras condiciones para estos empleados. Para solventar el asunto, el rey de los belgas diseñó un sistema de concesiones que, en esencia, condenó a la esclavitud a la totalidad de los congoleños.

El explorador Henry Morton Stanley (el primer europeo en recorrer los varios miles de kilómetros del río Congo) y otros enviados del Rey se encargaron, entre 1884 y 1885, de que los jefes indígenas de la geografía congoleña firmaran, sin saberlo, contratos por los que cedían la propiedad de sus tierras a la Asociación Internacional del Congo. En estos «tratados», los caudillos se comprometieron a trabajar en las obras públicas de aquella institución que, creyeron, iban a servir para expulsar a los esclavistas y modernizar el país.Leopoldo II de Bélgica estaba perfectamente al corriente de los crímenes e incluso llegó a sugerir que se implementaran equipos de niños para que apoyaran el trabajo

De esta forma tan descarada, Leopoldo II se valió del trabajo local para la recolección del caucho y para que sirvieran a los funcionarios, soldados y policías belgas que vinieron a instalarse en el país. Una esclavitud que ocupaba las 24 horas del día de los congoleños; y que deparaba sádicos castigos para los recolectores que no entregaban el mínimo exigido. El catálogo de violaciones de los derechos humanos podría ocupar libros enteros: desde latigazos, agresiones sexuales al robo de sus poblados. Las mutilaciones de manos y pies dejaron a tribus enteras mancas y cojas, cuando no eran directamente exterminadas aldeas enteras.

El castigo por desobediencia era la amputación de una mano
El castigo por desobediencia era la amputación de una mano

El Monarca hizo del Congo su cortijo particular entre 1885 y 1906, siendo plenamente consciente de lo que estaba pasando en el interior del país. Como explica Adam Hochschild en su libro «El fantasma del rey Leopoldo» (Mariner Books), Leopoldo II de Bélgica estaba perfectamente al corriente de los crímenes e incluso llegó a sugerir que se implementaran equipos de niños para que apoyaran el trabajo, de tal modo que miles de menores fueron arrancados de sus familias.

El sádico Leopoldo no tuvo que realizar ningún disparo para conquistar el Congo, pero ni siquiera debió enfrentarse apenas a resistencia cuando estableció su sistema esclavista, puesto que el Congo se extendía por un terreno gigantesco en el que cada tribu vivía de forma aislada. El historiador Adam Hochschild calculó que murieron diez millones de personas basándose en investigaciones llevadas a cabo por el antropólogo Jan Vansina.

Tampoco se enfrentó a las críticas de la comunidad internacional ni a las de Bélgica, que todavía hoy recuerdan a Leopoldo II como un entrañable estadista. Cuando pastores bautistas norteamericanos lanzaron la primera voz de alarma, la misma propaganda belga que había elevado a Leopoldo II a benefactor de la humanidad salió al paso para llevar las acusaciones ante los tribunales por calumnias. Todavía, en 1889, Leopoldo se atrevería, en un gran ejercicio de hipocresía, a hacer de anfitrión de la Conferencia Antiesclavista.

La tardía respuesta internacional

Debieron pasar años para que Europa y Bélgica empezaran a hacer autocrítica y a asumir los crímenes en el Congo. Los británicos palidecieron al conocer sus salvajes crímenes por un informe de Roger Casement al Foreign Office, pero solo el empeño particular de políticos extranjeros como el vicecónsul británico en el Congo, Roger Casement, o el periodista Edmund Dene Morel, ex-empleado de una compañía naviera de Liverpool, sacaron a la luz el genocidio belga en los últimos años de vida del Monarca. Morel visitó personalmente al presidente norteamericano Theodore Roosevelt para exigirle que su Gobierno hiciera algo al respecto, además de lograr que personalidades como el arzobispo de Canterbury se manifestaran en contra de aquellos horrores.

Un niño víctima de atrocidades belgas en el Congo se encuentra con un misionero
Un niño víctima de atrocidades belgas en el Congo se encuentra con un misionero

Los crímenes serían dados a conocer al gran público por el famoso escritor anglopolaco Joseph Conrad en la conocida novela «Heart of darkness» (El corazón de las tinieblas). Por su parte, Conan Doyle, el creador del personaje de Sherlock Holmes, escribiría un opúsculo «Crimen en el Congo» (1909) demostrando su vena más comprometida.

Poco antes de su muerte, Leopoldo legó a Bélgica la propiedad del Congo ante la presión internacional y se estableció una colonia que recibió los problemas estructurales causados por tanto maltrato y tantísimas muertes. La millonaria indemnización posterior de Bélgica al Congo hizo que la empresa esclavista solo le fuera rentable a Leopoldo.

Operación Bagratión, el Día D soviético que verdaderamente destruyó a Hitler y que ha sido silenciado

Autor: Daniel Bellaco.

Fuente: digitalsevilla.com, 6/06//2019

Hoy muchos medios del mainstream mentirán diciendo que el Desembarco de Normandía fue la batalla clave de la victoria aliada sobre Hitler tergiversando la Historia. Quizás en aras de dar valor a EEUU y Reino Unido, países símbolo del ultraliberalismo y buques insignia de la OTAN o por simple desconocimiento, quién sabe.

El gran público desconoce la operación que por aquellas fechas puso en jaque a la Alemania nazi y que realizó el Ejército Rojo, el que realizó el mayor esfuerzo para conseguir la destrucción de las tropas de Hitler.

La apertura de un segundo frente en Francia, se retrasó por parte de EEUU y Gran Bretaña, y sólo se hizo ante el temor de que la URSS acabara conquistando toda Europa.

A pesar de la tremenda derrota de la Alemania nazi en Stalingrado y el duro varapalo recibido en Kursk, el régimen de Hitler seguía siendo una amenaza para la URSS y seguía controlando gran parte de su territorio.

El mando soviético decidió en la primavera de 1944 dar un golpe mortal en el Frente del Este, donde Alemania perdió el 80% de sus tropas en la guerra. El nombre elegido fue Operación Bagratión (en honor a un príncipe ruso que había luchado contra Napoleón). Tendría lugar el 22 de junio, justo 3 años después de que la Alemania nazi invadiera la URSS causando millones de muertos, la gran mayoría civiles.

Stalin decidió sorprender a Hitler atacando en Bielorrusia a través de ríos, pantanos y bosques, algo muy difícil de realizar por el terreno y por las posibilidades de ser detectado. Allí estaba el Grupo de Ejército Centro Alemán, si este caía se acorralaba el Grupo Ejército Norte en las Repúblicas bálticas y se amenazaba seriamente al Grupo Ejército Sur en Ucrania. En resumen, un golpe decisivo en la guerra que significaría poner a las tropas soviéticas en la frontera alemana.

El alto mando soviético destinó 2,3 millones de soldados, 5.800 tanques y 7.000 aviones para el combate, agrupados en 200 divisiones. Los nazis tenían 400.000 soldados así como centenares de tanques y aviones.

Toda esa masa fue ocultada, en la mayor operación de camuflaje y desinformación de la historia. Se usaron enormes movimientos de tropas y tanques para despistar, convoyes nocturnos que viajan sin luces y órdenes dadas verbalmente o por escrito con mucho tiempo de antelación para que no fueran detectadas por los espías enemigos.

El 23 de junio se lanza la ofensiva avanzando en profundidad tras tremendos bombardeos que provocan la desbandada nazi y la captura de miles de soldados alemanes que quedan aislados.

Un ataque soviético hacia Lituania consigue reconquistar los países bálticos y gracias a los partisanos polacos conquistan además Varsovia en agosto.

El 29 de este mes, finaliza la operación ante el riesgo de sobreextender las líneas de batallas y de suministro.

Bagratión supuso el hundimiento del III Reich consiguiendo causar al Ejército alemán 350.000 bajas entre muertos, heridos y capturados, más que Stalingrado y Normandía juntas. Algunas fuentes alemanas apuntan a más de medio millón de bajas en la Wehrmacht en esos dos meses con lo cual el descalabro pudo ser incluso mayor.

Tanto en número como en consecuencias, fue la batalla más decisiva de la II Guerra Mundial, mucho más que el Desembarco de Normandía.

En la Operación Bagratión, Alemania envío el 75% de sus fuerzas militares contra el 25% del Desembarco de Normandía. Si los soviéticos no hubiesen realizado esta ofensiva, Francia no hubiese sido liberada y la historia habría cambiado.

Esta derrota costó al III Reich 1000 tanques y 2000 vehículos de todo tipo. Las bajas alemanas se estimaron en 60 000 muertos, 230 000 heridos y unos 116 000 prisioneros.

Fue con mucho la mayor victoria en términos numéricos para los aliados, reconquistando la URSS una inmensa extensión de territorio en 2 meses, recuperando prácticamente todas las áreas controladas por la URSS antes de la invasión alemana y colocándose a pocos kilómetros de Berlín.

Las mayores pérdidas sufridas hasta entonces por la Wehrmacht eran las bajas sufridas durante los 155 días de la ofensiva en Stalingrado, pero la Operación Bagratión les causó un número de bajas mucho mayor en tan solo 58 días. La ofensiva del Ejército Rojo aisló además al Grupo de Ejércitos Norte del Grupo de Ejércitos Sur, obligando a este último a retirarse prontamente del territorio soviético situado en los límites entre Ucrania y Rumanía, a fin de evitar ser cercado masivamente. Este hecho causó, indirectamente, que Rumanía y Bulgaria abandonaran su alianza con el Tercer Reich en agosto y septiembre de 1944, respectivamente, facilitando la penetración de la URSS en los Balcanes.

En el Desembarco de Normandía y en la invasión de Italia los Aliados se enfrentaron a solo un 25% de la fuerza total de unidades de la Wehrmacht disponibles en Europa; el 75% restante de las fuerzas germanas se encontraba combatiendo al Ejército Rojo en algún lugar del terrorífico Frente del Este.

Comparada con las cifras de la Operación Bagratión, la invasión de Normandía fue un teatro numéricamente inferior donde ambos bandos emplearon mucho menos hombres y recursos que en la Operación Bagratión, la cual ratificó que en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial, Alemania había perdido ya ante la URSS, país que después de años de sufrimiento y millones de muertos logró vencer, a la maquinaria nazi con la ayuda de sus aliados.

La Primera Guerra Mundial: Todo lo que necesitas saber

 

Autor: Luis Martín MIllán.

Fuente: geopolitico.es. 08/10/2018

El ser humano es la criatura más inteligente del planeta tierra, y por eso su nombre científico es Homo Sapiens, pero, a pesar de esto, en la historia de la humanidad han existido desacuerdos y peleas que han llevado estas diferencias al siguiente nivel, llegando así al punto de matar con el propósito de cumplir su cometido. Una de las guerras más significativas de la historia fue La Primera Guerra Mundial que para su momento fue la más grande conocida y existente, que no solo dejo una historia que contar sino también una huella en el continente europeo y en el resto del mundo. Pero surgen muchas preguntas sobre esta guerra, sobre las razones por las cuales estalló, cuantas vidas se perdieron o quien gano finalmente esta sangrienta batalla. Aquí encontrarás respuesta tanto a estas como a otras preguntas sobre este amargo episodio de la historia mundial, ¡La Primera Guerra Mundial!

La Primera Guerra Mundial

Se le llamó Primera Guerra Mundial cuando surgió la Segunda Guerra Mundial, pero, cuando estalló solo se le conocía como La Gran Guerra o La Guerra Mundial, y fue básicamente una confrontación bélica ocurrida principalmente en el continente europeo, su duración fue de un poco más de cuatro años, desde el 28 de Julio de 1914 hasta el 11 de Noviembre de 1918 cuando Alemania se sujetó a las condiciones y términos del Armisticio.

El numero de muertes cobradas por la Primera Guerra Mundial no se sabe con exactitud, lo que los registros arrojan es que mas de nueve millones de combatientes y al menos siete millones de civiles perdieron la vida, lo que representa según la cantidad de personas en el mundo en aquel momento, que el 1% de la población mundial perdió la vida debido a la guerra, una cifra que resulta absurdamente elevada dada la sofisticación tecnológica e industrial de los beligerantes.

Por esta razón la Primera Guerra Mundial es considerada como el quinto conflicto más mortífero que ha experimentado el mundo en la historia de la humanidad.

Protagonistas de la Primera Mundial

Muchas de las naciones envueltas en la Gran Guerra, también forman parte hoy día de Europa, esto no significa que es algo que los enorgullece, pero sin duda alguna, si es algo que ha quedado plasmado para la historia internacional. Algo que caracterizaba la guerra eran las alianzas existentes entre naciones y una de ellas era la “Triple Alianza” que era conformado principalmente por las potencias centrales, es decir: El Imperio Alemán como principal protagonista, y así también junto con Alemania, Austria-Hungría. Por otro lado, el papel de Italia, figuraba sumándose a la Triple Alianza junto a Alemania, Austria y Hungría, pero la nación dio un giro inesperado al no se unirse a las potencias centrales, dando como razón que Austria, violando los términos pactados, fue la nación agresora que desencadeno el conflicto.

Por otro lado, se encontraba otra alianza de igual manera compuesta por tres naciones, a tal alianza se le llama La Triple Entente que era básicamente compuesta por El Reino Unido, Francia y también El Imperio Ruso.

Por supuesto estas alianzas experimentaron cambios y terminaron creciendo con la integración de otras naciones a las ya establecidas alianzas, sea a uno u otro de los bandos según como fuera evolucionando La Gran Guerra, como fue el caso por ejemplo de la Triple Entente a la cual se le juntaron El Imperio del Japón, los Estados Unidos y curiosamente después de haber formado parte de la Triple Alianza, Italia terminó sumándose a la Triple Entente.

No obstante, El Imperio Otomano El Reino de Bulgaria tiempo después de haberse desarrollado la guerra, se sumaron a la Triple Alianza, compuesta por las potencias centrales. La cuenta de los participantes en la guerra era más de 70 millones de combatientes, y al menos unos 60 millones eran militares provenientes de Europa, que se movilizaron y pasaron a ser protagonistas activos del conflicto mas grande de la historia.

El Inicio de La Primera Guerra Mundial

Cuando los austrohúngaros el 28 de Julio comenzaron los actos ofensivos al intentar invadir Serbia. A su vez Rusia estaba movilizándose cuando Alemania invadió Bélgica, que por su parte había tomado la decisión de declararse neutral, y Luxemburgo en vía a Francia.

Este primer acto hostil invadido sobre la soberanía belga, llevo al Reino Unido a tomar cartas en el asunto declarando la guerra a Alemania. Aunque la Gran Guerra o Guerra Mundial se desarrolló en múltiples locaciones terrestres y marítimas dentro y fuera del territorio europeo, uno de los más importantes y concurridos de ellos fue el Frente Occidental en el cual parte de los alemanes se encontraban detenidos por las autoridades francesas a 120 kilómetros de la capital París, luego de haber intentado tomar parte del país para transportar libremente su armamento balístico; comenzando de esta manera una guerra de desgaste en las cuales las líneas de trincheras, las cuales servían como protección y resguardo para los combatientes, fueran siquiera modificadas hasta el año 1917.

Por otro lado, en el Frente Oriental, el ejército de Rusia consiguió algunas victorias frente a los astro-húngaros, pero prontamente estos fueron detenidos por el ejercito de Alemania en su esfuerzo por apoderarse de Prusia Oriental. El Imperio Otomano se unió a la guerra en noviembre de 1914, lo que tuvo como consecuencia la apertura de diversos frentes en el Cáucaso, Mesopotamia y el Sinaí. Al año siguiente Italia y Bulgaria se sumaron al conflicto, luego en 1916 se anexo Rumania y un año más tarde en 1917 los Estados Unidos, como ultimo participante del atroz conflicto.

Una característica que hizo destacar a esta guerra o conflicto de todas las demás fue la implementación de armas químicas, su empleo o utilización fue masivo a pesar de estar prohibido en las conferencias de la Haya de 1899 y 1907. Durante la Gran Guerra fue utilizado una amplia gama de gases, entre los cuales podríamos mencionar el Cloro, gas Mostaza, y el Fosgeno; mientras que se iban implementando el uso ilegal de estas armas en la guerra, también se fueron creando junto con ellas contramedidas eficaces, como las mascaras de gas, lo cual hizo que se redujera el peligro y no solo eso, también obtuvieron beneficios de usarlos ya que solo una mínima parte de las victimas heridas mortalmente fueron por causa de tales agentes químicos, aproximadamente tan solo un 3% de las muertes durante la guerra.

El desenlace de la Guerra Mundial

La Gran Guerra la Guerra Mundial tuvo un periodo que se pudiera llamar estancamiento, en la cual solo se produjeron muertes, pero ningún avance significativo para los propósitos de ninguna de las dos alianzas. No fue sino hasta marzo de 1917 cuando comenzó el desenlace de la Gran Guerra, cuando cae el gobierno ruso tras la Revolución de Febrero, así como también la firma de un tratado o acuerdo de paz, pacto hecho entre la Rusia Revolucionaria y las Potencias Centrales luego de la Revolución de Octubre, en marzo de 1918.

En noviembre de 1918 fue solicitado un armisticio por parte del imperio astro-húngaro. Por todo el frente occidental Alemania demostró una gran ofensiva a comienzos de 1918, por lo cual los aliados hicieron retroceder a la línea alemana en una serie de victorias bélicas. Siguiendo este mismo marco de ideas, Alemania durante la Revolución, solicito de la misma manera un armisticio el 11 de noviembre de 1918, poniendo un punto final a la guerra con la victoria aliada.

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Uno de los efectos más evidentes a largo plazo de La Gran Guerra fue la gran ampliación de los poderes y responsabilidades gubernamentales en Francia, Estados Unidos y Reino Unido, con el objetivo de aprovechar a cabalidad el potencial que tiene el país, con la formación de instituciones y ministerios nuevos. Se elaboraron nuevos impuestos y se promulgaron otras nuevas leyes, todas ellas pensadas para reforzar el esfuerzo bélico, algunas de las cuales siguen vigentes aun hasta nuestros días.

Estados Unidos desde el año 1919 exigió a Reino Unido la reintegración de los préstamos, que procedieron al menos en parte de las reparaciones de guerra alemanas, que de la misma manera podían pagar por préstamos de Estados Unidos a Alemania. Este sistema circular se destruyó en 1931 y los pagos pendientes cesaron de reintegrarse; razón por la cual, todavía para 1934, El Reino Unido seguía debiendo a EEUU 4400 millones de dólares, deuda que nunca ha sido saldada.

La Primera Guerra Mundial también produjo un desequilibrio en el número de habitantes por género, esto debido a la cantidad de hombres que se sumaron y murieron en el conflicto, dándose un número de mujeres mucho más alto que el de hombres. Casi un millón de hombres ingleses murieron durante La Gran Guerra, lo que hizo que aumentara la diferencia en número de género en esa nación de cerca de 670.000 a 1.700.000 mujeres más que de hombres.

La cantidad de mujeres solteras que buscaban independencia económica creció de manera impresionante, no obstante, la desmovilización y el declive económico de la posguerra trajo con ella altas tasas de desempleo, y a pesar que la guerra había aumentado el número de mujeres trabajadoras, el retorno a sus países de los soldados desmovilizados, muchos de ellos trabajadores antes de la contienda, y el cierre de muchas fábricas, provocaron un descenso en el empleo femenino.

75 años del Día D: el falso llamado de la BBC y otras 8 cosas que quizás no sabías sobre el Desembarco de Normandía

Unos 73.000 soldados estadounidenses formaron parte de las tropas aliadas que desembarcaron en la playa de «Omaha».

Autor: Keiligh Baker

Fuente: BBC News. 5/06/2019

El 6 de junio de 1944, fuerzas británicas, estadounidenses y canadienses invadieron la costa de Normandía, en el norte de Francia.

El desembarco fue la primera etapa de la Operación Overlord, la invasión de la Europa ocupada por los nazis, y pretendía poner fin a la Segunda Guerra Mundial.

Por la noche, alrededor de 156.000 soldados aliados habían llegado a Normandía, a pesar del mal clima y las feroces defensas alemanas.

Al final del llamado Día D, del que este jueves se cumplen 75 años, los aliados habían conseguido asentar su posición en Francia, desde donde se inició la derrota final de la Alemania nazi.

Once meses después del Día D, la guerra terminó.

Esta es la lista de nueve cosas que quizás no sabías sobre esta gran operación militar:

1. La participación de la BBC

En 1942, la BBC lanzó un falso llamado en el que solicitaba a sus oyentes que enviaran fotografías y postales de la costa de Europa desde Noruega hasta los Pirineos.

En realidad, era una forma de recopilar información sobre las playas adecuadas para el desembarco, que luego se decidió que fuera Normandía.

Millones de fotos fueron enviadas a la Oficina de Guerra de Reino Unido y, con la ayuda de la Resistencia francesa y el reconocimiento aéreo, los mandos militares pudieron analizar cuáles eran los mejores lugares de desembarco del Día D.

Los restos del puerto artificial 'Mulberry'.
Image captionLos restos del puerto artificial ‘Mulberry’ del Día D en la localidad de Arromanches, en la Normandía francesa.

2. Ejército fantasma

Los aliados pusieron mucho empeño en hacer creer a los alemanes que la invasión iba a empezar en Calais, otra localidad al norte de Francia, en lugar de en Normandía.

Con ese objetivo, inventaron la presencia de tropas de infantería con base en el condado inglés de Kent, situado en el extremo de Reino Unido y justo enfrente de Calais.

Se denominó Operación Fortaleza.

Como parte de este engaño se construyó un equipo falso, que incluía tanques inflables o muñecos con paracaídas.

Además utilizaron agentes dobles y lanzaron filtraciones controladas de información errónea que llevaron a los alemanes a creer que los aliados iban a invadir Europa a través de Calais y Noruega.

Los alemanes mordieron tanto el anzuelo que incluso después del Día D mantuvieron a muchas de sus mejores tropas en el área de Calais esperando una segunda invasión.

3. Soldados de 12 países

En 1944, más de dos millones de soldados de más de 12 países estaban en Reino Unido preparándose para la invasión.

En el Día D, las fuerzas aliadas estaban formadas principalmente por tropas estadounidenses, británicas y canadienses.

Pero también incluían soporte por tierra, mar y aire de australianos, belgas, checos, holandeses, franceses, griegos, neozelandeses, noruegos, rodesianos [actual Zimbabwe] y polacos.

Cementerio de la playa de Omaha
Image captionEsta es la vista aérea del cementerio estadounidense de la localidad francesa de Colleville-sur-Mer, situado al borde de la playa de «Omaha».

4. Noche de luna llena

Los oficiales que organizaron la operación fueron muy meticulosos sobre el momento en el que se debía llevar a cabo el desembarco.

Querían hacerlo una noche de luna llena con marea de primavera para poder desembarcar al amanecer, cuando la marea estaba casi a mitad de camino.

Sin embargo, esto se traducía en la práctica en que solo había unos pocos días que cumplieran con todas esas condiciones.

Eligieron el 5 de junio, pero terminaron demorándose 24 horas debido al mal tiempo.

5. Los zapatos de Rommel

De hecho, el pronóstico era tan malo que el comandante alemán destacado en Normandía, Erwin Rommel, estaba tan seguro de que no habría una invasión que se volvió a su casa para regalarle a su esposa un par de zapatos por su 50 cumpleaños.

Estaba en Alemania cuando llegaron las primeras noticias de la invasión.

El HMS Belfast en 1944
Image captionEl buque HMS Belfast está hoy amarrado en aguas del río Támesis a su paso por Londres. Es un museo naval que se puede visitar.

6. Hitler durmiendo

Cuando las fuerzas del Día D aterrizaron, el líder nazi Adolf Hitler estaba dormido.

Ninguno de sus generales se atrevió a ordenar el envío de tropas de refuerzo sin su permiso, y nadie se atrevió a despertarlo.

Los alemanes perdieron así horas cruciales para defender sus posiciones en Normandía.

Cuando Hitler finalmente se despertó, alrededor de las 10 de la mañana, pensó que Alemania derrotaría fácilmente a los aliados.

7. Sangrienta Omaha

Hubo cinco playas que fueron elegidas para la operación, con nombre en código.

De este a oeste fueron: Sword, Juno, Gold, Omaha, Utah.

El número de bajas entre las tropas varió ampliamente de una a otra playa.

En la «sangrienta Omaha», unos 4.000 hombres murieron o resultaron heridos.

De hecho, una unidad de Estados Unidos que llegó en la primera oleada de hombres perdió el 90% de sus hombres.

En Gold Beach, por el contrario, la tasa de fallecidos entre las tropas fue mucho menor.

Barcos
Image captionEl horizonte del mar el Día D estaba plagado de barcos en apoyo de las tropas que desembarcaron.

La lucha durante la Batalla de Normandía, que siguió al Día D, fue tan sangrienta como en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

Las cifras de bajas fueron ligeramente más altas que durante un día típico de la Batalla del Somme, que tuvo lugar en 1916.

8. Inodoros destrozados

La vibración de las armas que el buque HMS Belfast disparó durante el Día D era tan poderosa que en destrozó los baños de la tripulación.

9. La prueba del pub

Después de recibir las órdenes de la misión de alto secreto de atacar la batería de Merville en el Día D, el oficial del ejército británico Terence Otway tenía que estar seguro de que no habría filtraciones entre sus hombres antes del 6 de junio de 1944.

Envió a 30 de las integrantes más bonitas de la Fuerza Aérea Auxiliar de Mujeres, vestidas de civil, a los bares de las aldeas cerca de donde entrenaban sus soldados.

Como prueba, se les pidió que hicieran todo lo posible por descubrir cuál era la misión de los hombres. Ninguno filtró nada.

70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: así hemos avanzado

Eleanor Roosevelt sosteniendo una copia en español de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. [Foto vía Wikimedia Commons]
Autora: Anna Medrano.

Fuente: Unitedexplanations.org. 2018/12/10

La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue adoptada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, así que hoy se cumple su setenta aniversario. Por primera vez, los países acordaban los derechos y libertades que merecen una protección universal. Se trata, además, de un texto fundacional de tipo declarativo que se ha ido complementando con otros textos vinculantes.

Los derechos humanos en la historia

Pese a tratarse de la primera declaración universal de derechos humanos, merece la pena repasar algunos referentes significativos, especialmente en los siglos XVIII y XIX. La revolución americana de 1776, que apelaba a las ideas ilustradas y acabó con el nacimiento de los Estados Unidos, produjo la primera declaración de derechos. No obstante, esta estaba exenta de la universalidad. La Declaración de derechos del pueblo de Virginia reconoce que todos los hombres son libres e independientes por naturaleza y que tienen una serie de derechos inherentes. Previamente, también cabe mencionar la conocida como Bill of Rights inglesa del año 1689.

Poco después de la revolución americana tuvo lugar la Revolución Francesa. LaDeclaración de los derechos del hombre y del ciudadano fue aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente en agosto de 1789 y se nutrió de ideas ilustradas de pensadores como Locke, Voltaire o Montesquieu. Algunos contenidos destacados son los derechos a la libertad, a la propiedad o a la resistencia a la opresión, así como la libertad de opinión, de prensa y de conciencia.

Este texto no puede definirse como universal, puesto que las mujeres quedaron completamente excluidas de dichos derechos.

Es decir, aunque se proclamaba la libertad y la igualdad de derechos, paradójicamente se dejaba fuera a la mitad de la población. Aun así, las mujeres participaron en la revolución de forma activa. Incluso algunos historiadores, como Michelet, reconocieron el papel fundamental de las mujeres de París el 5 y 6 de octubre de 1789 en la marcha sobre Versalles.

Olympe De Gouges [Foto vía Wikimedia Commons]

Por este motivo, Olympe de Gouges publicó la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadanacon el objetivo principal de reivindicar la inclusión de las mujeres en los derechos políticos aprobados. De Gouges cuestionó el universalismo de la libertad y la igualdad por la exclusión de las mujeres y también reivindicó el sufragio femenino, así como el derecho a la libertad, a la propiedad o al acceso a cargos públicos. Desde el punto de vista familiar, de Gouges también mostró su rechazo a la doble moral sexual e incluyó la equiparación legal de hombres y mujeres en el matrimonio, así como de los hijos legítimos e ilegítimos.

Durante el siglo XIX aparecen otros documentos interesantes sobre derechos humanos, como la Declaración de Seneca Falls en Estados Unidos (1848) que, de igual forma que la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana, defendía la igualdad entre hombres y mujeres. Asimismo, durante este siglo, emergieron nuevas reivindicaciones relativas a los derechos y libertades. Jordi Bonet Pérez, catedrático de Derecho Internacional Público de la Universitat de Barcelona, señala dos casos concretos: la lucha por la abolición de la esclavitud y el establecimiento de un estándar mínimo de trato a los extranjeros.

En cuanto a la abolición de la esclavitud, el siglo XIX se caracterizó por un crecimiento de la concienciación social. Todavía hoy en día esta lucha está inacabada, pero la labor del movimiento abolicionista en Estados Unidos durante el siglo XIX logró hitos fundamentales. En este punto, cabe incidir nuevamente en el papel de muchas mujeres que formaron parte de organizaciones religiosas y se adhirieron al abolicionismo. Sarah y Angelina Grimké, por ejemplo, fueron de las primeras activistas abolicionistas que aplicaron la misma crítica social a la condición de la mujer. Lucrecia Mott, que fundó una de las primeras sociedades en contra de la esclavitud, también demuestra los lazos estrechos entre el abolicionismo y el feminismo.

La Guerra de Secesión americana (1861-1865) acabó con la victoria del norte y puso fin a la esclavitud en Estados Unidos. Otro momento clave en la lucha abolicionista fue la aprobación de la Convención sobre la esclavitud ya en el siglo XX, en 1926.

Monumento a Lucretia Mott Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony en el Capitolio de los Estados Unidos. [Foto vía Wikimedia Commons]

En relación con el trato a los inmigrantes, a media que avanzó el capitalismo, el comercio y las relaciones económicas internacionales, los estados asumieron el deber de otorgar un mínimo trato humano a aquellos extranjeros residentes en sus propios territorios. Aunque no hubo una sistematización de estos derechos, la práctica internacional fue centrándose en una serie de ellos, como el derecho a la vida y a la integridad física, el derecho a la propiedad privada, el acceso a la justicia o el derecho a la realización de actividades económicas.

Las transformaciones sociales del siglo XIX motivaron otras formas de pensamiento, nuevos movimientos sociales y una serie de reivindicaciones emergentes desde el punto de vista de los derechos humanos, como las demandas obreras o los derechos de las mujeres. Por otra parte, el colonialismo y sus consecuencias conllevaron el desarrollo de un conjunto de luchas que lograrían finalmente el reconocimiento del derecho a la autodeterminación, así como el rechazo de las prácticas vejatorias e inhumanas que acompañaban las actividades económicas de las colonias.

Contexto y contenido de la Declaración Universal de Derechos Humanos

Llegados al siglo XX, la Declaración Universal de los Derechos Humanos surge en un contexto posbélico. La Segunda Guerra Mundial y sus graves consecuencias estaban muy cerca. Concretamente, el auge de los fascismos en los años treinta, el horror del Holocausto o los campos de concentración obligaron a poner unas bases para la defensa de la dignidad del ser humano. Se pretendía evitar que acontecimientos como los que acababan de ocurrir se repitieran. Por esto, en 1948, y en el marco de las Naciones Unidas, se crea una ponencia formada per personalidades de distintos países: Eleanor Roosevelt (Estados Unidos), René Cassin (Francia), Xerris Malik (Líbano), Peng Chun Chang (China), Hernán Santa Cruz (Chile), Alexandre Bogomlov y Alexei Pavlov (URSS), Lord Dukeston y Geoffrey Wilson (Reino Unido), William Hodgson (Australia) y John Humphrey (Canadá).

Asamblea General ONU [Foto vía Wikimedia Commons]

Jordi Bonet Pérez, en el libro Los derechos humanos en el siglo XXI: continuidad y cambios, expone algunas tendencias en derechos humanos a partir de 1945. Se refiere, entre otros aspectos, a la internacionalización de los derechos humanos, a la consolidación del reconocimiento jurídico de los derechos sociales y económicos, a la descolonización impulsada sobre todo a partir de los años cincuenta o a la consolidación de las nuevas reivindicaciones en materia de derechos humanos.

El fin de la Segunda Guerra Mundial fue seguido por un avance tanto en los derechos humanos como en la justicia internacional. Concretamente, los juicios de Nurembergsupusieron el origen de los desarrollos internacionales en la justicia penal. Por su parte, la Declaración pretende ser, como indica su propio preámbulo:

“El ideal común que todos los pueblos y todas las naciones deben alcanzar con el fin de que todas las personas y órganos de la sociedad, teniendo esta Declaración siempre presente en el espíritu, se esfuercen en promover el respeto de estos derechos y de estas libertades mediante la enseñanza y la educación, y asegurar con medidas progresivas de orden nacional e internacional su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto por parte de los estados miembros como de los territorios de que jurídicamente dependen”.

Centrándonos en el contenido de la Declaración, los primeros artículos recogen derechos fundamentales del liberalismo. Encontramos, entre otros, el derecho a la libertad  —con la prohibición de la esclavitud—, el derecho a la igualdad —con el rechazo de cualquier tipo de discriminación—, o el derecho a la vida y a la seguridad personal, incluyendo la prohibición de la tortura y las detenciones arbitrarias. El artículo 12 habla del principio de la vida privada, es decir, el Estado solo puede intervenir en la esfera pública, pero no puede entrometerse en el ámbito privado. La Declaración también reconoce la libertad de pensamiento, de religión y de opinión. Pero uno de sus puntos más novedosos es la introducción de los derechos económicos y sociales, como el derecho a la seguridad social, al trabajo, el derecho a recibir igual salario por el mismo trabajo o el derecho al descanso y al bienestar.

Así pues, la Declaración incluye en su articulado tanto derechos de primera generación como de segunda. Se denominan derechos de primera generación aquellos centrados en el concepto de libertad y que se empezaron a desarrollar durante las revoluciones liberales del siglo XVIII. En cambio, los llamados derechos de segunda generación son los derechos económicos y sociales, mucho más focalizados en el concepto de igualdad. Mientras que los primeros se han vinculado con la burguesía, los segundos se han relacionado con el proletariado.

La Declaración Universal de Derechos Humanos debía convertirse en norma jurídica mediante un tratado internacional. Sin embargo, el amplio consenso conseguido con la aprobación de la Declaración no se repetiría años más tarde, sino que la bipolarización del mundo causada por la Guerra Fría obligó a elaborar dos pactos separados. Mientras que desde la órbita de la Unión Soviética se ponía el foco en la igualdad y, por consiguiente, en los derechos económicos y sociales, desde el bando capitalista liderado por Estados Unidos se subrayaba la libertad y, en consecuencia, los derechos civiles y políticos.

Así pues, en 1966 se aprobaron los pactos internacionales: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Estos entraron en vigor transcurridos diez años, pero lo hicieron de forma asimétrica. El PIDCP establece que los estados miembros deben garantizar y asegurar los derechos enunciados. En cambio, el PIDESC obliga a tomar medidas progresivas encaminadas a la plena realización de los derechos. Por lo tanto, el PIDCP exige la efectividad, mientras que el PIDESC alude a un compromiso.

Con los años, la Declaración Universal de Derechos Humanos se ha ido completando con otros documentos básicos. Algunos de ellos se han centrado en colectivos especialmente vulnerables o discriminados, como las mujeres, la infancia o los pueblos indígenas. Respecto a las mujeres, tengamos en cuenta que la Declaración es el primer texto internacional que reconoce la igualdad entre sexos (artículo 2), superando los déficits evidentes en este punto de la Declaración de los derechos del hombre de 1789.

Además, la Declaración Universal de Derechos Humanos hace referencia a personas o seres humanos y evita el término excluyente hombre.

Sobre la protección y la igualdad de la mujer, podemos mencionar algunos textos como la Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, proclamada en 1967, la Declaración sobre la protección de la mujer y el niño en estados de emergencia o de conflicto armado de 1974 o la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 1979.

Para proteger a la infancia, en 1989 se firmó la Convención sobre los Derechos del Niñoen el seno de las Naciones Unidas. Los niños y niñas se convierten, pues, en sujetos de derechos. Por otra parte, el 13 de septiembre de 2007 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas.Pese a tratarse de un instrumento declarativo, la ONU lo considera relevante para la eliminación de la discriminación que sufren estas comunidades. Dicha declaraciónreconoce derechos individuales y colectivos de los indígenas y se les reconoce, principalmente, su derecho a mantener su cultura, instituciones y tradiciones, así como el derecho a sus tierras y bienes.

El futuro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

La Declaración es un texto clave en la defensa y protección de la dignidad y de los derechos humanos. Setenta años después, sigue siendo un documento esencial, aunque es necesario ampliarlo con normativas vinculantes que defiendan aquellas personas más vulnerables y que se adapten a los actuales retos del siglo XXI. En este sentido, algunas iniciativas como la Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes, aprobada en el Foro Universal de las Culturas de Monterrey (2007), pretenden actualizar la Declaración incluyendo los derechos de tercera generación que engloban los derechos colectivos, el derecho a la democracia, el derecho al medio ambiente o el derecho a la paz. Este conjunto de derechos ha sido tratado por algunas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Así pues, la Declaración es, sin duda, un punto de partida para la protección internacional de los derechos humanos. Aun así, el mundo ha cambiado respecto a 1948. Los efectos de la globalización o el poder de las empresas multinacionales y de agentes económicos requieren la dotación de nuevas normas que salvaguarden los derechos emergentesMientras que el mundo de mitad del siglo XX estaba marcado por el poder de los Estados-nación, el siglo XXI presenta un debilitamiento de los estados, a la vez que muchas relaciones transnacionales escapan del control de los gobiernos. Eleanor Roosevelt, escritora y política estadounidense que presidió la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas entre 1947 y 1951, definió la Declaración como la carta magna de la humanidad. Pero como todo texto, es imprescindible que se adapte a las circunstancias para dar respuesta y protección a las necesidades, problemáticas y retos que plantean los nuevos tiempos.