Mauthausen: 9 fotografías que reflejan el horror.

Fuente: Huffingtonpost.es, 05/065/2015.

El campo de concentración nazi de Mauthausen fue liberado por el ejército estadounidense el 5 de mayo de 1945. En él fueron internadas más de 71.000 personas de las que murieron unas 35.800. Entre ellos, miles de republicanos que fueron enviados por Franco tras la guerra.

Setenta años después de la liberación del campo nazi de Mauthausen, en Austria, resultan estremecedoras esta serie de fotografías. Fueron robadas a las SS por Francisco Boix con ayuda de otros prisioneros españoles. Su historia ha sido recreada por el historiador Benito Bermejo en el libro El fotógrafo del horror.

Apasionado de la fotografía y militante socialista, primero, y luego comunista, Boix (Barcelona, 1920-París, 1951) llegó en 1941 a Mauthausen, donde el colectivo de republicanos españoles fue de los más numerosos. La mayoría de ellos (3.893) murieron en el campo vecino de Gusen y 431 gaseados en el castillo de Hartheim.

Boix fue «un privilegiado» porque en 1941 entró a trabajar en el servicio fotográfico que los alemanes tenían en Mauthausen, que sirvió para fotografiar la vida y la muerte en el campo. Algún prisionero contabilizó hasta 35 formas de morir allí.

En 1943, tras la rendición alemana en Stalingrado, los SS dieron la orden de destruir los archivos fotográficos porque eran «comprometedores», pero, según declaró Boix en los juicios de Núrenberg y Dachau, se lograron salvar unas veinte mil fotos de las sesenta mil que se habían hecho.

Estas son algunas de ellas:

  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Por Mauthausen, liberado por el ejército estadounidense el 5 de mayo de 1945, y por otros campos de concentración dependientes de él, como Gusen, pasaron unos 200.000 prisioneros de diferentes nacionalidades, de los cuales murieron la mitad, entre ellos 4.761 de los 7.200 republicanos españoles que estuvieron confinados allí.
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    La escalera de la cantera de Mauthausen, de 186 peldaños, donde se dejaron la vida cientos de prisioneros. Según Francisco Boix, la historia del campo calcula un hombre muerto por losa de peldaño. Trabajar en las canteras de granito del campo de concentración austríaco de Mauthausen significaba la muerte casi segura para los prisioneros. Por esa escalera subían cargados con pesados bloques de granito. A veces, cuando llegaban arriba, los guardianes de los SS los empujaban y los hacían caer en cadena.
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Centenares de prisioneros desnudos a la espera de una desinfección general en el campo nazi de Mauthausen
  • FRANCISCO BOIX / EFE
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Un grupo de presos españoles arrastran una vagoneta de tierra en el campo de Mauthausen
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Un prisionero de Mauthausen muerto junto a una de las alambradas electrificadas del campo nazi.
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Un grupo de prisioneros derriba el símbolo nazi instalado en la entrada del campo de Mauthausen, el mismo día de la liberación
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Un grupo de prisioneros derriba el símbolo nazi instalado en la entrada del campo de Mauthausen, el mismo día de la liberación
  • FRANCISCO BOIX / EFE
    Fotografía realizada por Francisco Boix el día de la liberación de Mauthausen, que muestra a cientos de muertos en el campo nazi.

¿Cuándo Bonaparte dejó de ser Bonaparte para pasar a ser Napoléon?

Fuente: Historias de la Historia

Autor: JAVIER SANZ

Esta redundante pregunta aparece en la mente de cualquiera que haya leído una biografía del corso que gobernó Francia, ya que enseguida se puede observar esta diferencia entre el joven general Bonaparte y el emperador Napoleón I. Pero ¿cuándo Bonaparte se convirtió en Napoleón? ¿Por qué dejó de ser un ciudadano o un primus inter parespara convertirse en un emperador muy próximo a ser un dios al estilo greco-romano? ¿Qué le hizo cambiar su idealismo revolucionario por el absolutismo? ¿El poder? ¿La fama? ¿La idolatría de los demás? ¿Será cierto aquello de «el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente»?

El cambio oficial que sufrió este personaje, el cambio que le llevó a abandonar su categoría de ciudadano Bonaparte para ser simplemente Napoleón, es la coronación en la Catedral de Notre Dame de París el 2 de diciembre de 1804. Este acto simboliza el ascenso definitivo que el corso había ido asumiendo a lo largo de los cinco años de consulado. Sin embargo, este solo sería la transformación de cara al público y la opinión internacional, el auténtico cambio había tenido lugar en otro momento. Divagar sobre una fecha exacta sería un error, ya que es imposible fechar un pensamiento de un hombre que hace dos siglos que murió, pero podríamos llegar fácilmente a una conclusión razonable si tenemos en cuenta dos fechas clave de la vida de Napoleón. En primer lugar, el 9 de noviembre de 1799: apoyado por el ejército y diversos políticos, Napoleón dio un golpe de estado que lo llevó a convertirse en Cónsul de la República de Francia. Dejando de ser un mero espectador de la intrincada política revolucionaria para pasar a ser un actor protagonista del juego. Y, en segundo, el 2 de diciembre de 1805: exactamente un año después de su coronación, cerca del pequeño pueblo de Austerlitz —en la actual República Checa—, la Grande Armée de Napoleón derrotó de forma increíble a los ejércitos de la Tercera Coalición.
Teniendo en cuenta estos dos hechos, con los que Napoléon llegó a lo más alto, debemos suponer que la fecha que buscamos se encuentra entre ellos, pero ¿cuándo exactamente?

Antes de pasar a concretar una fecha, deberíamos tener en cuenta los motivos que provocaron este “cambio radical” en la mentalidad de Napoleón que estuvieron en su forma de ser desde que ingresó en la Escuela Militar de Briennes, y fueron también los motivos que lo hicieron sobrevivir a lo largo de su carrera. Hemos estado hablando del poder, incluso podríamos afirmar que el principal motivo de su cambio fuera este, pero más que el poder lo que era típico de la personalidad del Emperador no era en sí el poder, sino el deseo de poder, es decir, la ambición. Fue esta la que lo llevó a triunfar en Toulon, en Austerlitz, y en una larga lista de campos de batalla; incluso, le favoreció en su regreso después del exilio en Elba. Pero al mismo tiempo fue esta la que lo perdió en Moscú, Leipzig o Waterloo, llevándolo a su desgraciado final en Santa Elena.

Ya puestos en precedentes —tanto de historia como de “psicología napoleónica”—, debemos considerar que, aun siendo el líder de Francia, entre 1799 y 1803, Napoleón seguía considerándose hijo de la Revolución y un ferviente seguidor de sus ideales. No sería hasta que el ministro de policíaFouché le sugirió el Imperio a finales de 1803, que se le pasaría por la cabeza tal idea, ya que el joven Bonaparte era un hombre con unas ideas firmes. Por lo que el golpe de estado de finales de 1799 no fue la fecha que le hizo cambiar. Pero, si lo pensamos bien, tampoco debe ser la coronación de diciembre de 1804, ya que en ese instante ya se había producido el cambio, en aquel momento ya se creía alguien lo suficientemente poderosos como para coronarse a sí mismo. Entonces, ¿qué sucedió durante la primera mitad de 1804 que implicará un cambio en el equilibrio de poderes internos y externos de Francia, que hiciera que Napoleón se creyera invencible? El 21 de marzo de 1804 la oposición al gobierno de Napoleón fue eliminada. El pariente más cercano a los Borbones, y muy posible líder de las conspiraciones contra Napoleón, el Duque de Enghien, fue secuestrado y ejecutado de forma sumaria, logrando, de este modo, que el pequeño corso actuara por primera vez como un dios, eliminando a un hombre a su placer y deseo, a pesar de que se acepta que tal vez no estuvo involucrado directamente.

"El arresto del duque de Enghien" de  Alphonse Lalauze

Podríamos afirmar, y estaríamos en lo cierto, que después de la muerte del Duque de Enghien, Napoleón ya no tenía enemigos que no lo temieran, estaba solo ante el poder, era el único que podía dirigir Francia hasta la cumbre. Esto, junto a su carácter claramente ambicioso, provocó que el mismo se cargara encima sus espaldas el peso de un país, de un imperio, y fue también el factor que hizo que el corso cambiara el chip —a pesar de que en los discursos y arengas se siga considerando hijo de la Revolución— para pasar de ser un joven militar idealista y ferviente seguidor de los ideales revolucionarios, a un monarca absoluto ilustrado con el único objetivo de ser el amo de Europa y del Mundo.