Breve historia del Muro de Berlín.

Fuente: Muyhistoria.es

Autor: Javier Flores.

ras la Segunda Guerra Mundial, en plena guerra fría, se erigió un símbolo de la diferencia entre dos culturas, el Muro de Berlín. Desde el 13 de agosto, cuando se comenzó a construir, hasta el 9 de noviembre de 1989, cuando ocurrió la famosa caída, millones de ciudadanos fueron prisioneros de una cárcel a cielo abierto.

En esos 28 años cientos de personas murieron intentando cruzar a la zona occidental, miles de familias se vieron separadas, hubo cientos de detenidos y miles de guardias fronterizos velaron porque nadie pasara al otro lado.

Su construcción costó unos 16.155.000 marcos de la Alemania Oriental. La frontera, estaba protegida por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras contra los vehículos rodados, una cerca de alambre de púas, 30 bunkers y más de 300 torres de vigilancia.

La caída del Muro de Berlín fue el primer paso hacia la unificación de las dos alemanias, que tuvo lugar el 3 de octubre de 1990. Posteriormente, el 20 de junio de 1991 Berlín se convertiría oficialmente en la nueva capital de la Alemania unificada.

Actualmente los restos del muro, de la represión y de la Guerra Fría son una de las mayores atracciones turísticas de Alemania.

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Declaración de independencia de Grecia (1822).

La matanza de Quíos, 1824.

«Nosotros, descendientes de los sabios y nobles pueblos de la Hélade, nosotros que somos los contemporáneos de las esclarecidas y civilizadas naciones de Europa […] no encontramos ya posible sufrir sin cobardía y autodesprecio el yugo cruel del poder otomano que nos ha sometido por más de cuatro siglos […].
La nación griega toma por testigos al cielo y la tierra de que, a pesar del yugo espantoso de los otomanos que amenazaban con aniquilarla, existe todavía. Después de esta prologada esclavitud hemos decidido recurrir a las armas para vengarnos y vengar a nuestra patria contra una terrible tiranía. […] Después de haber rechazado la violencia únicamente gracias a la valentía de sus hijos, declara hoy ante Dios y ante los hombres, mediante el órgano de sus representantes legítimos reunidos en congreso nacional, su independencia política.
Esta guerra contra los turcos en la que nos hallamos empeñados no es la de una fracción o el resultado de una sedición. No está destinada a la obtención de ventajas para una parte aislada del pueblo griego; es una guerra nacional, una guerra sagrada, una guerra cuyo objetivo es reconquistar los derechos de la libertad individual, de la propiedad y del honor, derechos que los pueblos civilizados de Europa, nuestros vecinos, gozan hoy.
¿Deberían se los griegos los únicos europeos apartados, como si fueran indignos, de esos derechos que Dios ha establecido para todos los hombres? ¿O bien estaban condenados por su naturaleza a una esclavización eterna que perpetuaba en su país la expoliación y las masacres? La fuerza brutal de unas cuantas hordas de bárbaros que, sin que se les hubiera provocado, vinieron, precedidas por la matanza y seguidas por el espíritu de destrucción, a establecerse entre nosotros ¿podría ser legalizada en algún momento por el derecho de los habitantes de Europa?
Partiendo de estos principios y convencidos de nuestros derechos, solo queremos, solo reclamamos nuestra reintegración a la asociación europea, ya que nuestra religión, nuestras costumbres y nuestra posición nos invitan a unirnos a la gran familia de los cristianos. Caminemos de común acuerdo hacia nuestra liberación, con la firme resolución de obtenerla o sepultar para siempre nuestras desgracias bajo una ruina digna de nuestro origen.

Asamblea Nacional Griega, 27 de enero de 1822. Proclamación de la independencia de Grecia.

Richard Clogg: Una concisa Historia de Grecia, 1998.

Denis Diderot o la pasión.

Autora: María José Villaverde.

Fuente: El País, 5/X/2013

Sapere aude:atrévete a pensar por ti mismo, a cribar las creencias religiosas establecidas, las ideas políticas convencionales, las concepciones científicas tradicionales, las costumbres, la moral… Bajo ese lema ilustrado y en el salón de la rue Royale del barón D’Holbach, se reunieron dos veces por semana durante un cuarto de siglo los librepensadores e intelectuales más avanzados de su época. En torno a una mesa de platos refinados y de vinos exquisitos destacaba el verbo apasionado del más audaz de todos ellos, Diderot.

Denis Diderot, que se convertirá en la punta de lanza de la Ilustración radical, había nacido el 5 de octubre de 1713 en Langres (Francia). Cuando, con 15 años, aterriza en París para ingresar en uno de los grandes colegios jesuitas, el Louis-le-Grand, vivero de personajes célebres como Molière o Voltaire, es un devoto muchacho de provincias que se prepara para ser sacerdote pero que será, más tarde, arrastrado hacia la vida bohemia. Como tantos otros plebeyos desde Rousseau a Raynal (su padre era un próspero forjador de cuchillos), conquistará París y acabará siendo el alma del salón de D’Holbach.

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¿Existe el nacionalismo español?

 

EVA VÁZQUEZ

Fuente: El País. 10 MAR 2015

Autor: Francesc de Carreras.

Mi viejo y querido amigo Luis Feduchi me reprochó hace unos meses que en mis artículos sólo tratara del nacionalismo catalán y muy poco, o nada, del español. Le prometí escribir sobre el tema. Ahí va el artículo, Luis.

Aclaremos el punto de partida. Nacionalismo deriva de nación, pero no de cualquier concepto de nación sino, al menos en el contexto europeo moderno, de uno específico: del concepto de nación identitaria (o cultural), muy distinto al de nación jurídica (o política).

Sin entrar en complejas disquisiciones, entendemos por nación identitaria aquella comunidad cuyo vínculo de unión entre las personas que la componen está basado en un sentimiento de pertenencia debido a compartir ciertos rasgos peculiares que condicionan o determinan su personalidad individual. Estos rasgos, de naturaleza más o menos objetiva, suelen ser una lengua, una religión, una raza, un pasado histórico común, una cultura, un territorio o unas arraigadas costumbres. Se considera que tales rasgos —todos, algunos o solo uno de ellos— confieren una identidad colectiva nacional que genera una corriente de afecto mutuo y de solidaridad entre sus miembros, capaz de crear una sociedad diferenciada respecto de su entorno.

Muy distinto es el concepto de nación jurídica (también denominada nación política). Desde esta perspectiva, la nación está formada por un conjunto de personas libres e iguales en derechos, es decir, por ciudadanos, que residen en un determinado territorio y cuyo vínculo de unión es una Constitución elaborada y aprobada por ellos mismos o por sus representantes. Su función consiste en delimitar el ámbito de libertad de estos ciudadanos mediante normas jurídicas y garantizarlo mediante órganos institucionales. A este conjunto de normas y órganos le denominamos Estado de Derecho y, si asegura la igual libertad de todos, le añadimos los calificativos de democrático y social.

 

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Los costes del nazismo alemán para Grecia (y para España)

Izado de la esvástica en la Acrópolis de Atenas en 1941. / SCHEERER (BUNDESARCHIV)

Autor: Vicenç Navarro.

Fuente: Diario El Püblico, 24/03/2015

Para entender la crisis existente en la Unión Europea, ayuda el conocer la que ocurrió en los años treinta en Europa, y como ambas crisis han afectado la relación de Alemania -el centro del sistema económico europeo- con la periferia, centrándonos en este artículo en Grecia, y con algunas notas también de la relación de Alemania con España en ambos periodos históricos.

En Alemania, la primera crisis, generada en parte por la enorme deuda pública acumulada, resultado de las exigencias de los países vencedores de la I Guerra Mundial de que este país pagara las reparaciones por los daños infligidos a los países enemigos durante el conflicto bélico, determinó la elección de un gobierno Nazi liderado por Hitler. La enorme austeridad de gasto público, con los grandes recortes realizados con el objetivo de pagar la deuda, y las reformas del mercado laboral que contribuyeron al crecimiento del desempleo generado por aquellos recortes, causaron un rechazo de la población hacia los partidos que impusieron tales medidas y llevaron a la primera elección de un gobierno Nazi en Europa. Hay que recordar que el nazismo alcanzó el poder en Alemania por la vía democrática debido a su atractivo electoral (y también a la división de las izquierdas, concretamente entre el Partido Socialdemócrata y el Partido Comunista).

El nazismo sacó a Alemania de la crisis económica mediante la militarización de su economía (keynesianismo militar) y al expolio de los países periféricos, incluyendo Grecia. La ocupación de Grecia (1941-1945) fue de las más brutales que hayan existido en Europa. Aquel periodo se caracterizó por un sinfín de atrocidades. Pueblos y ciudades fueron testigos de aquellas brutalidades. Mousiotitsa (153 hombres, mujeres y niños), Kommeno (317 hombres, mujeres y niños, donde incluso 30 niños de menos de un año fueron asesinados y 38 personas fueron quemadas vivas en su casa), Kondomari (60 asesinados), Kardanos (más de 180), Distomo (214 muertos), y así una larga lista. Más de 460 poblaciones fueron destruidas y más de 130.000 civiles fueron asesinados, además de más de 60.000 judíos que representaban la mayoría de la población judía en Grecia. El sacrificio humano fue enorme. Y la represión estaba encaminada a sostener una enorme explotación y latrocinio. En realidad, el III Reich robó el equivalente en moneda alemana de 475 millones de marcos, que significaría en moneda actual 95.000 millones de euros. Ante esta situación, ¿cómo puede pedírsele a las clases populares, que fueron las que sufrieron en mayor medida la represión, que olviden esta etapa de su vida? (ver Conn Hallinan: “Greece: Memory and Debt”, Znet Magazine, 18.03.15, de donde extraigo la mayoría de datos de este artículo).

Leer artículo completo en El Público,

ReMine. El último movimiento obrero.

Fuente: Revista El Summum, mayo, 2012.

España sufre la peor crisis económica de los últimos 70 años. La tristeza y el miedo paralizan a sus ciudadanos…a todos excepto a un grupo de trabajadores que han resistido al cambio durante décadas. Son los últimos supervivientes de un estilo de vida y cultura obrera que casi se ha extinguido en Europa.

Más de 4.000 mineros declaran una huelga indefinida contra los recortes históricos aprobados por el gobierno. Organizan a diario protestas de todo tipo para lograr la atención del gobierno: cortan carreteras, se encierran a 700 metros de profundidad, andan 500 kilómetros hasta Madrid…la mayoría métodos de protesta y organización de otra época, que ya no emplean otros colectivos.

El gobierno no reacciona a sus protestas pero empiezan a encontrar apoyo en sus mujeres, sus vecinos y millones de trabajadores de todo el país. Los mineros despiertan otra vez la esperanza de un país deprimido. Pero ya nada es como antes…ni siquiera los supervivientes del último movimiento obrero.

Leer artículo completo en El Summun.

La caída del Imperio Otomano.

Autor: Anaclet Pons

Título: Blog Clionauta. Blog de Historia.

Tras su celebrado Los árabes. Del Imperio otomano a la actualidad, el profesor Eugene Rogan nos acaba de entregar su The Fall of the Ottomans: The Great War in the Middle East, 1914-1920  (Allen Lane).

“Durante unos cuatro siglos del Imperio otomano había sido uno de los Estados más poderosos de Europa, así como gobernante del Medio Oriente. Hacia 1914 se había debilitado y estaba rodeado por numerosos depredadores que esperan acabar con él de manera drástica. En punto muerto en el frente occidental y los otomanos uniéndose a las potencias centrales, los británicos, los franceses y los rusos idearon un audaz plan para destruir a su oponente más débil y labrarse nuevos y enormes imperios para sí mismos: una invasión ambiciosa y sin precedentes de Gallipoli …

El notable nuevo libro de Eugene Rogan recrea uno de los frentes más importantes y menos entendidos de la Primera Guerra Mundial. Con la habilidad, el equilibrio y la simpatía con las que triunfó en su The Arabs, Rogan recrea un escenario de guerra que a su manera resultó tan implacable como cualquier otro. The Fall of the Ottomans contiene información detallada y fascinante de las principales batallas, combatidas en las condiciones climáticas más brutales -desde los áridos desiertos al hielo y la nieve del Cáucaso. Las grandes ciudades también fueron disputadas, con urbes tan variadas como Estambul, Damasco, Bagdad y Jerusalén. Si los combates en el oeste se libraron principalmente entre ejércitos profesionales, la lucha en el Próximo Oriente destruyó pueblos enteros, con las más terribles consecuencias para las antiguas comunidades, de armenios a griegos.

Leer artículo completo en Clionauta. Blog de Historia.

Selma, el triunfo pacífico y silencioso de Martin Luther King.

Fotograma de la película ‘Selma’ donde se representa la primera gran marcha de Selma a Montgomery. WANDA
Autora: CLARA FELIS.

Fuente: El Mundo. 04/03/2015.

Resistir. Luchar sin violencia. Protestar de manera silenciosa para hacer más ruido que el que grita. Esperar y vencer. Esos fueron los pasos que siguieron todas y cada una de las personas que se unieron al Movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos de Martin Luther King (1929-1968) cuyo legado aún perdura en la actualidad. Conseguir la igualdad social y acabar con la segregación racial fue la principal batalla del pastor, que convirtió en realidad los sueños que desde hacía décadas parecían inalcanzables. I have a dream. Ya saben.

Sobre ese largo camino hacia la libertad, a vivir sin miedo, al respeto mutuo trata Selma. La película de Ava DuVernay, que llegará a las salas de cine este viernes, se remonta y muestra con detalle aquel intenso 1965. El año de las grandes marchas de Selma. El año de la unidad americana. El año en el que los afroamericanos pudieron por fin votar.

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Franco y Hitler: un odio interesado

Fotografiada (trucada por la dictadura) del encuentro de Hitler y Franco en Hendaya.

Fuente: El País, 14/03/2015.

Autor: Jesús Ruiz Mantilla.

El Eje fue un salón de desconfianza a tres bandas. Hitler, Mussolini y Franco. El trío quería dominar Europa y perpetuarse en el trono con poder absoluto. Para ello, se necesitaban. Pero, al tiempo que se enviaban telegramas de felicitación y agradecimiento, como el que publicamos hoy perteneciente a la Colección José María Castañé, se colaban espías por el patio trasero que realizaban informes sobre las mutuas debilidades y en cuanto se daban la vuelta se criticaban como porteras.

Hitler y Mussolini despreciaban a Franco. Los dos acabaron en el hoyo tragándose sus fracasos políticos y militares. El español murió en la cama tras haber jugado todas las bazas a su favor: las del fascismo y, después, dulcificando su imagen como el protector paterno para la patria que él jamás tuvo en casa, las de las democracias occidentales.

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Así escondió Franco en España a Beria, el ‘carnicero’ de Stalin.

Beria, con la hija de Stalin en brazos y el dictador al fondo.

Fuente: El Confidencial, 13/03/2015.

Autor: Germnán Sánchez.

Torcuato Luca de Tena, director de ABC, soñó pasar a la historia con un titular de alcance mundial: Así escondió Franco en España a Beria, el carnicero de Stalin. Víctima de un aventurero internacional de nacionalidad nicaraguense y orígenes malagueños, llamado Fabio Gallo, que le vendió, estando de vacaciones en Torremolinos, la exclusiva de la presencia de Beria en España, Luca de Tena se atrevió a salir, sin pasar por la censura, y sin pruebas, afirmando que Beria estaba en España. Se lo hicieron pagar con su fulminante destitución.

La historia, que relata Juan Benet en su impagable Otoño en Madrid hacia 1950, sucedió hace 62 años y la protagonizaron dos personajes: Domingo Dominguín y Lavrenti Beria, quien controló la policía política de la URSS de Stalin entre 1938 y 1953. Su principal ‘logro’ fue la eliminación del rival del dictador, Trotski, antes de que en 1941 comenzase la invasión nazi de la URSS, y tejer la red de espías atómicos que, cuatro años después de Hiroshima, pondrían la bomba en manos de la Unión Soviética.

La muerte de Stalin en 1953 llevó a la destitución de Beria que, súbitamente retirado de la escena política, se hallaba en un lugar desconocido. Domingo, uno de los dos hermanos  de Luis Miguel Dominguín, fue torero, empresario y miembro del Partido Comunista de España. Los Dominguín eran cosa aparte. Su hermano Luis Miguel tenía acceso, a la vez, a un exiliado, caracterizado comunista, Pablo Picasso, y a Francisco Franco. Joaquín Jordá, amigo de Domingo Dominguín, contaba que en una cacería Franco le preguntó: “Dígame, Dominguín, ¿quién es el comunista de los tres?«. Y Luis Miguel contestó: «Los tres, mi general, los tres”.