La crisis de los misiles que conmocionó al mundo.

2018101408444497027
El presidente de los USA, Kennedy, anunciando el descubrimiento de los misiles en Cuba.

Autor: Victor Arrogante. 14/10/2018.

Fuente: nuevatribuna.es.

Se conoce como crisis de los misiles, a los trece días de octubre de 1962, en los que Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron a punto de comenzar una guerra nuclear por Cuba. El 14 de octubre de 1962, un avión espía de EEUU descubrió que la URSS había instalado secretamente sus misiles balísticos de medio alcance P-12 en la isla. Este hecho ocasionó un conflicto entre las dos superpotencias. La paz mundial estuvo seriamente en peligro, al borde de la Tercera Guerra Mundial.

Moscú había intentado restaurar el equilibrio nuclear en el mundo, después de que EEUU instalara en 1961 sus misiles balísticos en Turquía. Al descubrir los misiles soviéticos en Cuba, John Fitzgerald Kennedy, realizó un bloqueo militar contra la isla, creando un cerco con su flota y aumentando el número de sus tropas y aviones.

En marzo de 1962, la Comisión Taylor, planteó medidas para justificar la intervención militar en Cuba. En mayo, una delegación rusa llegó a la isla para proponer la instalación de cohetes con carga nuclear y garantizar que los norteamericanos no invadieran la isla. En junio, el Estado Mayor de la URSS aprobó la composición de tropas soviéticas que participarían en la operación. Todo se iba complicando, cuando en el mes de junio, el comandante Raúl Castro viajó a Moscú, para explicar los criterios de Fidel Castro de hacer público el acuerdo militar, como acto soberano entre dos estados. Los rusos insistieron en mantenerlo en secreto. Tres meses después, EEUU confirmaba la presencia de emplazamientos de misiles en Pinar del Río, Villa Clara y Camaguey.

Quedaban todavía días de intensas negociaciones para que la crisis de Octubre llegara a su fin. Entre los días 18 y 22 de octubre, el canciller Nikita Jruschov aseguraba que los misiles eran de carácter defensivo. Kennedy ordenó la máxima alerta y refuerza la base naval de Guantánamo, creando todas las condiciones para bombardear la isla caribeña. El 26 de octubre Fidel Castro ordena abrir fuego contra aviones enemigos en vuelos de baja altura y el 27, un avión de EEUU es derribado y muerto su piloto.

El 28 de octubre, Cuba presentó una declaración de cinco puntos, tras la reunión bilateral entre Estados Unidos y la Unión Soviética. El presidente Kennedy aceptó eliminar las medidas de bloqueo a Cuba; mientras que Nikita Jruschov aceptó retirar del territorio cubano las instalaciones de armas de defensa estratégica. El Gobierno Revolucionario de Cuba, declaró que: «No existirán las garantías de que habla el Presidente Kennedy contra una agresión a Cuba, si, además de la eliminación del bloqueo naval que promete, no se adoptan otras medidas».

Cuba exige: el cese del bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económica que ejercen los EEUU en todas partes del mundo contra el país; cese de todas las actividades subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y organización de invasiones mercenarias; cese de los ataques piratas que se llevan a cabo desde las bases existentes en Estados Unidos y Puerto Rico; cese de todas las violaciones del espacio aéreo y naval; y retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por los Estados Unidos. Algo se ganó, pero el bloqueo a Cuba se sigue produciendo y Guantánamo sigue siendo una base americana.

En el momento de la crisis de los misiles, Estados Unidos gozaba de una superioridad nuclear decisiva sobre la Unión Soviética. Poseía más de 400 misiles balísticos intercontinentales, en comparación con 78 en el arsenal de la URSS. La enorme ventaja estratégica incluía los sofisticados submarinos Polaris, con poder devastador para un golpe nuclear, y la abrumadora fuerza de choque de alrededor de 1.300 bombarderos nucleares, a diferencia de menos de 200 en el arsenal soviético. Además, en la década del 60 el tiempo para alcanzar el objetivo era un factor crucial. Se necesitaban unos 30 minutos para que los misiles soviéticos llegaran a Estados Unidos, un tiempo suficiente para que los estadounidenses tomaran represalias con un devastador contraataque. Desde Cuba los misiles soviéticos hubieran podido destruir la mayor parte de los centros militares y urbanos de Estados Unidos en 7 ó 10 minutos.

Anatoly Dobrinin, embajador soviético en Washington y figura decisiva junto a Robert Kennedy en la búsqueda de una solución a la crisis, declaró en sus memorias, que los motivos de Khrushchev fueron estratégicos: «la medida era parte de una estrategia geopolítica más amplia para lograr una mayor paridad con Estados Unidos». Un factor esencial para que el Kremlin decidiera introducir misiles nucleares en Cuba fue el fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, donde Kennedy fue percibido como un presidente débil e indeciso que decaería bajo presión. El siguiente paso fue obtener la cooperación de Fidel Castro. El mensajero fue el embajador Alexander Alexeiev, un veterano agente de la KGB y estrecho colaborador de Raúl Castro.

Fidel Castro hizo suya la idea de los misiles nucleares en Cuba: «Es un movimiento muy arriesgado… pero si tomar tal decisión es indispensable para el bloque socialista, creo que estoy a favor del emplazamiento de los misiles en nuestra isla». Con el respaldo de Castro, el traslado secreto y el despliegue se puso en marcha.

Sin embargo, el 14 de octubre cambió el rumbo de la historia, cuando el avión espía tomó las fotos que proporcionaron a Washington la primera evidencia sólida de la presencia de misiles soviéticos en Cuba. El 16 de octubre el presidente Kennedy fue informado. Durante los siguientes cinco días, en absoluto secreto, el Presidente y sus asesores analizaron las opciones disponibles. Al final se decidió hacer frente, hasta sus últimas consecuencias, el desafío soviético.

En el contexto histórico, la crisis se produjo durante la Guerra Fría (1945-1991). Las dos superpotencias nunca se llegaron a enfrentar directamente, pero sí indirectamente en diversos puntos del Planeta. El armamento nuclear de ambos países significaba que siempre fuera posible una gran guerra apocalíptica. El 1 de enero de 1959 la revolución liderada por Fidel Castro triunfa en Cuba. El 20 de enero de 1961 Kennedy jura como presidente de Estados Unidos. En abril de ese mismo año, los Estados Unidos respaldan a un grupo de cubanos anticastristas que fallan en su intento de invadir Cuba en Bahía de Cochinos. En agosto de 1961 comienza la construcción del Muro de Berlín. En febrero de 1962 comienza el embargo estadounidense a Cuba.

Los historiadores reconocen que la crisis de los misiles en Cuba fue el momento más peligroso de la historia de la humanidad. Las gestiones del Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, contribuyeron notablemente a desactivar la crisis. El 24 de octubre, en su discurso ante el Consejo de Seguridad, instó a que se celebrarán urgentemente negociaciones entre las partes involucradas e informó de que había enviado exhortaciones al Presidente Kennedy y al Primer Ministro Khruschev para que establecieran una moratoria de dos a tres semanas de duración. Esa medida entrañaría, por parte de la URSS, la suspensión voluntaria de todos los envíos de armamentos a Cuba; y por parte de los Estados Unidos la suspensión voluntaria del cerco y en especial registro de barcos rumbo a Cuba. Hizo un llamamiento a las autoridades de Cuba para que suspendieran la construcción y el desarrollo de servicios e instalaciones militares importantes durante el período de negociación.

A modo de conclusiones: El domingo 28 de octubre, la dirección soviética envió un mensaje urgente a Dobrynin en Washington, indicando que Kruschev había aceptado las demandas del Presidente. El acuerdo incluía un pacto secreto para el desmantelamiento gradual de los misiles estadounidenses obsoletos en Turquía y el compromiso de no invadir a Cuba. Durante las negociaciones Castro fue ignorado, por lo que se sintió humillado. Kennedy fue asesinado un año después por un homicida procastrista. Kruschev fue destituido como primer ministro a los dos años, y Castro se mantuvo como presidente durante más de medio siglo, fiel aliado de Moscú a cuyos intereses expansionistas sirvió en los años setenta enviando cuerpos militares expedicionarios a Angola, Mozambique o Etiopía.

Con todo, la crisis se resolvió rápidamente y muestra la eficacia de la estrategia de la disuasión; la amenaza del holocausto nuclear frenó el aventurerismo de las potencias y la importancia del diálogo ente las dos superpotencias, instalándose una comunicación directa entre la Casa Blanca y el Kremlin para desactivar cualquier crisis o malentendido: el «teléfono rojo».


−JFK: «Dean, por favor, explícame cómo se llevaría a cabo todo el proceso.
−DA: «Su primer paso, señor, será darles a los soviéticos entre 12 y 24 horas para que retiren los misiles. Ellos, obviamente, se negarán. Entonces usted ordenará los ataques, seguidos de la invasión. Opondrán resistencia y serán vencidos».
−JFK: «Planes que requieren armas nucleares… [Silencio] ¿Y cuál sería el paso siguiente?».
−DA: «Esperemos que prevalezca la cordura… antes de llegar al paso siguiente».

Extracto de la conversación entre John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos y Dean Acheson, exsecretario de Estado en la película Trece días (2000)

¿Por qué la Unión Soviética desplegó misiles en Cuba? La crisis de 1962 desde la óptica soviética.

Alcance de los misiles desplegados por la URSS en Cuba. Imagen de Holt, Rinehart and Winston.

Autor:  · 25 ABR, 2015

Fuente: El Orden Mundial en el siglo XXI.

La crisis de los misiles en Cuba durante octubre de 1962 fue, sin duda alguna, el momento de mayor tensión durante la Guerra Fría y, seguramente también, el que más interés ha despertado. Cincuenta años después, y encontrándonos en el inicio de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, sigue habiendo infinidad de preguntas que resolver sobre el suceso que marcó un antes y después en el transcurso de la carrera de hegemonía bipolar entre las dos potencias.

Aunque el episodio de escalada de tensión nuclear ha sido ampliamente estudiado, el análisis de la política exterior se ha centrado en el papel de los Estados Unidos, dejando de lado el estudio de las motivaciones y la acción del bando soviético. Así pues, la pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿qué llevó a la Unión Soviética a desplegar misiles en Cuba?

Antecedentes de la crisis

El análisis histórico de la crisis de los misiles en Cuba debe iniciarse dando cuenta del cambio de doctrina de Jrushchov tras la guerra de Corea de 1953, la cual suponía un acercamiento más pacífico entre las dos potencias. A la carrera armamentística se le añade la carrera espacial, que acrecentó las tensiones en la medida en la que la tecnología aérea avanzaba a pasos agigantados y situaciones como el conflicto U-2 sobre el espionaje americano en territorio soviético empezaron a ser habituales, lo cual terminó pisando aquello conseguido mediante la diplomacia y el soft-power. Además de esto, también fue fundamental la victoria de Kennedy, con un programa de apertura hacia América pero con una política efectiva distinta en el desembarco de Bahía de Cochinos, además del creciente interés soviético en la zona. En la tercera semana de octubre del 62 se inició el bloqueo estadounidense a la isla, justificado en base a la vulneración de la seguridad americana que suponía el traslado de misiles a la isla por parte de la URSS, del cual fueron informados por la inteligencia aérea desplegada. Como dijo John Reed, esos trece días estremecieron al mundo al tiempo que se ponía en juego la estabilidad del sistema bipolar y la seguridad mundial.

En este ‘huracán cubano’, quedan muchas preguntas por resolver. Una de esas dudas tiene que ver con los motivos que llevarían a la Unión Soviética, y en concreto a Jrushchov, a enviar misiles tan lejos del país. Una explicación sería la intención de romper la resistencia occidental en el Berlín oriental; otra se entiende en términos de equilibrios de poder y de afianzamiento de Jrushchov dentro de su propio partido. Incluso algunas explicaciones han seguido la narrativa de los modelos de actor individual y las aproximaciones psicológicas, mediante el análisis de las biografías de los líderes y entienden que las capacidades personales de estos mandatarios generan un modo de actuar específico que van a influir en sus decisiones de política exterior.

Jrushchov, tal y como aseguran algunos de sus biógrafos, era un líder con una personalidad impulsiva, que le llevaba a tratar de buscar constantemente un remedio para los desastres tanto de su política externa como de la doméstica. Sus motivaciones personales, además, le hacían tener siempre como objetivo final la victoria del comunismo, lo cual pasaba por proteger a Cuba de la agresión americana. Así, la explicación podría ser que no es que la Unión Soviética quisiera solamente sacar ventaja a los Estados Unidos en términos geopolíticos, sino sobre todo constreñir el imperialismo de Occidente, facilitar la descolonización y, en último lugar, promover el comunismo a lo largo y ancho del globo. En cuanto a lo primero, el reequilibrio de poder geopolítico, el despliegue americano de los misiles Minuteman y Titan jugó un papel fundamental, pues constituían una declaración de fuerza americana debido a la calidad intrínseca de los mismos (tecnológicamente superiores y producidos en grandes cantidades) y a su estratégica localización (formando un cerco a la Unión Soviética).

Análisis de la decisión política: la definición de la herramienta

El análisis de la acción gubernamental en términos de objetivos nos permite darnos cuenta de que el gobierno de la Unión Soviética tomó la decisión de desplegar misiles en Cuba con el fin de hacer notar al enemigo la potencial capacidad militar propia, y es el producto de una situación de autopercepción de una relativa inferioridad y de miedo a un potencial peligro. Las acciones soviéticas en base a sus objetivos se podrían dividir en dos de la siguiente manera: en primer lugar, consideramos que el objetivo de la URSS en último término es, como cualquier estado, asegurar su soberanía e integridad. En consecuencia, para asegurar su capacidad de garantizar la seguridad y unidad de su territorio y población es necesario que las amenazas sean minimizadas.

Para ello, habría varias posibilidades: un recorte de la diferencia de capacidad militar y balística entre EEUU y la URSS, o bien la implantación de lanzaderas en territorio cercano a la Unión Soviética (en concreto, Turquía), así como el aumento de la influencia soviética sobre Berlín, zona estratégica.

Ante la imposibilidad de eliminar las lanzaderas estadounidenses en suelo turco (derivada del alto coste en forma de una potencial mayor amenaza para su seguridad) y de la improbabilidad de recortar la diferencia militar a tan corto plazo, se decide instalar del mismo modo misiles en el territorio de un país aliado, en este caso Cuba, con el fin de justificar sus eventuales actuaciones en Berlín.

Artículo completo.