La revolución de los pueblos y las razas que soñó el Che Guevara

Ernesto ‘Che’ Guevara, durante su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas
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Autor: Ramón Álvarez

Fuente: lavanguardia.com 20/06/2020

De la toma de conciencia a la acción. Para Ernesto Che Guevara la revolución era imparable y la fuerza de la razón ante la injusticia era capaz de imponerse a cualquier situación de inferioridad manifiesta, como había demostrado la revolución cubana . Transformada en un puñado de hombres armados en la selva, la vanguardia revolucionaria que preconizaba Lenin podía acabar con el poder impuesto y sustentado por las oligarquías locales con el apoyo de imperialismo en cuanto los pueblos y las razas oprimidas tomasen conciencia de su enajenación y apoyasen el proceso revolucionario.

Ese fue el mensaje que, como representante del Gobierno cubano, expuso ante la Asamblea General de Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964 en una intervención histórica que reproducimos extractada. Superada la crisis de los misiles con un acuerdo entre John F. Kennedy Nikita Jrushchev que dejaba a Cuba en una posición de extrema debilidadLa Habana tomaba definitivamente el liderazgo revolucionario internacional para abanderar la causa de los países pobres y marginados bajo el paraguas de los estados no alineados.

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Con la desigualdad, la marginación y el racismo como argumentos irrefutables ante un poder antinatural muchas veces ejercido desde una pretendida superioridad moralcultural racial, el Che se sumaba a la causa de numerosos pueblos sometidos en AsiaÁfrica y América Latina, un magma de etnias y culturas que debía forjar la dignidad del denominado hombre nuevo a partir del ejemplo de esa guerrilla de vanguardia.

No eran simples palabras. El 3 de octubre de 1965, menos de un año después de esta alocución, Fidel Castro leía, en el acto de constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, la denominada Carta de Despedida del Che , en la que el entonces ministro de Industriadirigente del partido y comandante de la Revolución renunciaba a todos sus cargostras dejar encarrilada la Reforma Agraria y el nuevo sistema monetario cubano para luchar en “otros campos de batalla”.

El primero de ellos fue en Congo, donde un destacamento irregular de un centenar combatientes cubanos liderado por el Che se introdujo desde Tanzania con el objetivo de asaltar el poder junto a las milicias locales del insurgente Ejército de Liberación del Congo. A partir de ahí, el objetivo era irradiar desde el corazón de África la revolución a todo el continente.

Sin embargo, los constantes desencuentros con los líderes rebeldes locales por su estrategia militar, la nula institucionalización de la revolución entre el pueblo y, especialmente, la falta de disciplina y “conciencia revolucionaria” de los líderes locales llevaron al Che a la renuncia. Especialmente cuando los cubanos se encontraron prácticamente vendidos a las tropas de mercenarios del Gobierno.

Menos de un año después de su discurso en la ONU, Fidel Castro leía la ‘Carta de Despedida del Che ’ , en la que el líder revolucionario renunciaba a sus cargos para luchar en “otros campos de batalla”

Tras esta experiencia fallida, Guevara no se rindió y decidió volver a las armas, en esta ocasión en el corazón de América LatinaBolivia, desde donde también aspiraba a irradiar la revolución a todo el continente. El arduo trabajo de coordinación con todas las fuerzas americanas que el líder guerrillero llevó a cabo desde la Embajada de Cuba en Praga –incluidos los contactos con el entonces derrocado presidente de Argentina Juan Domingo Perón, con quien se reunió en Madrid– pusieron sobre alerta a los gobiernos americanos. En particular, a Estados Unidos, que dedicó ingentes esfuerzos a evitar a toda costa que triunfara una insurgencia continental.

Sin apoyo interno y con una población indígena que, como la congoleña, hablaba otra lengua y nunca vio a la guerrilla como una fuerza libertadora, la nueva aventura revolucionaria también se vio condenada al fracaso. El mensaje del Che no caló entre el humilde campesinado boliviano y su sueño de la revolución de los pueblos y las etnias marginadas acabó en una escuela de La Higuera el 9 de octubre de 1967 .

EL DISCURSO

“Señor presidente, señores delegados: la representación de Cuba ante esta Asamblea se complace en cumplir, en primer término, el agradable deber de saludar la incorporación de tres nuevas naciones al importante número de las que aquí discuten problemas del mundo. Saludamos, pues, en las personas de su presidente primeros ministros, a los pueblos de ZambiaMalawi Malta y hacemos votos porque estos países se incorporen desde el primer momento al grupo de naciones no alineadas que luchan contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo.

”Hacemos llegar también nuestra felicitación al presidente de esta Asamblea, cuya exaltación a tan alto cargo tiene singular significación, pues ella refleja esta nueva etapa histórica de resonantes triunfos para los pueblos de África, hasta ayer sometidos al sistema colonial del imperialismo y que hoy, en su inmensa mayoría, en el ejercicio legítimo de su libre determinación, se han constituido en estados soberanos. Ya ha sonado la hora postrera del colonialismo y millones de habitantes de ÁfricaAsia América Latina se levantan al encuentro de una nueva vida e imponen su irrestricto derecho a la autodeterminación y el desarrollo independiente de sus naciones. Le deseamos, señor presidente, el mayor de los éxitos en la tarea que le fuera encomendada por los países miembros.

”Nosotros expresamos aquí lo mismo que nuestro presidente expresara en El Cairo y lo que después quedara plasmado en la declaración de la Segunda Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno de países No Alineados: que no puede haber coexistencia pacífica entre poderosos solamente si se pretende asegurar la paz del mundo. La coexistencia pacífica debe ejercitarse entre todos los estados, independientemente de su tamaño, de las anteriores relaciones históricas que los ligara y de los problemas que se suscitaren entre algunos de ellos, en un momento dado.

Ya ha sonado la hora postrera del colonialismo y millones de habitantes de África , Asia y América Latina se levantan al encuentro de una nueva vida e imponen su irrestricto derecho a la autodeterminación”

Ernesto ‘Che’ Guevara

”Actualmente, el tipo de coexistencia pacífica a que nosotros aspiramos no se cumple en multitud de casos. El reino de Camboya, simplemente por mantener una actitud neutral y no plegarse a las maquinaciones del imperialismo norteamericano, se ha visto sujeto a toda clase de ataques alevosos y brutales partiendo de las bases que los yanquis tienen en Vietnam del SurLaos, país dividido, ha sido objeto también de agresiones imperialistas de todo tipo, su pueblo masacrado desde el aire, las convenciones que se firmaran en Ginebra han sido violadas y parte del territorio está en constante peligro de ser atacado a mansalva por las fuerzas imperialistas.

”La República Democrática de Vietnam, que sabe de todas estas historias de agresiones como pocos pueblos en la tierra, ha visto una vez más violadas sus fronteras, ha visto cómo aviones de bombardeo y cazas enemigos disparaban contra sus instalaciones; cómo los barcos de guerra norteamericanos, violando aguas territoriales, atacaban sus puesto navales. En estos instantes, sobre la República Democrática de Vietnam pesa la amenaza de que los norteamericanos extiendan abiertamente sobre su territorio y su pueblo la guerra que, desde hace varios años, están llevando a cabo contra el pueblo de Vietnam del Sur.

”La coexistencia pacífica también se ha puesto a prueba en una forma brutal en Chipre debido a presiones del Gobierno turco y de la OTAN, obligando a una heroica y enérgica defensa de su soberanía hecha por el pueblo de Chipre y su gobierno. En todos estos lugares del mundo, el imperialismo trata de imponer su versión de lo que debe ser la coexistencia; son los pueblos oprimidos, en alianza con el campo socialista, los que le deben enseñar cuál es la verdadera, y es obligación de las Naciones Unidas apoyarlos.

Los pueblos de África se ven obligados a soportar que todavía se oficialice la superioridad de una raza sobre otra, que se asesine impunemente en nombre de esa superioridad racial”

Ernesto ‘Che’ Guevara

”Expresamos nuestra solidaridad hacia los pueblos, hoy coloniales, de la Guinea llamada portuguesa, de Angola Mozambique, masacrados por el delito de demandar su libertad y estamos dispuestos a ayudarlos en la medida de nuestras fuerzas, de acuerdo con la declaración de El Cairo. Expresamos nuestra solidaridad al pueblo de Puerto Rico y su gran líder, Pedro Albizu Campos, el que, en un acto más de hipocresía, ha sido dejado en libertad a la edad de 72 años, sin habla casi, paralítico después de haber pasado en la cárcel toda una vida. Albizu Campos es un símbolo de la América todavía irredenta, pero indómita.

”También debemos advertir que el principio de la coexistencia pacífica no entraña el derecho a burlar la voluntad de los pueblos, como ocurre en el caso de la Guayana llamada británica, en que el gobierno del primer ministro Cheddy Jagan ha sido víctima de toda clase de presiones y maniobras y se ha ido dilatando el instante de otorgarle la independencia, en la búsqueda de métodos que permitan burlar los deseos populares y asegurar la docilidad de un gobierno distinto al actual colocado allí por turbios manejos, para entonces otorgar una libertad castrada a este pedazo de tierra americana. Cualesquiera que sean los caminos que la Guayana se vea obligada a seguir para obtenerla, hacia su pueblo va el apoyo moral y militante de Cuba.

”Debemos señalar, asimismo, que las islas de Guadalupe Martinica están luchando por su autonomía desde hace tiempo, sin lograrla, y ese estado de cosas no debe seguir. Una vez más elevamos nuestra voz para alertar al mundo sobre lo que está ocurriendo en Sudáfrica; la brutal política del apartheid se aplica ante los ojos de las naciones del mundo. Los pueblos de África se ven obligados a soportar que en ese continente todavía se oficialice la superioridad de una raza sobre otra, que se asesine impunemente en nombre de esa superioridad racial. ¿Las Naciones Unidas no harán nada para impedirlo?

”Quería referirme específicamente al doloroso caso de Congo, único en la historia del mundo moderno, que muestra cómo se pueden burlar con la más absoluta impunidad, con el cinismo más insolente, el derecho de los pueblos. Las ingentes riquezas que tiene Congo y que las naciones imperialistas quieren mantener bajo su control son los motivos directos de todo esto.

Quizás hijos de patriotas belgas que murieran por defender la libertad de su país son los que asesinaran a mansalva a millares de congoleños en nombre de la raza blanca ”

Ernesto ‘Che’ Guevara

”¿Cómo podremos olvidar, señores delegados, que quien desacató la autoridad de las Naciones Unidas en Congo, y no precisamente por razones patrióticas, sino en virtud de pugnas entre imperialistas, fue Moisé Tshombe, que inició la secesión de Katanga con el apoyo belga? ¿Y cómo justificar, cómo explicar que, al final de toda la acción de las Naciones UnidasTshombe, desalojado de Katanga, regrese dueño y señor de Congo? ¿Quién podría negar el triste papel que los imperialistas obligaron a jugar a la Organización de Naciones Unidas?

”En resumen se hicieron aparatosas movilizaciones para evitar la escisión de Katanga y hoy Tshombe está en el poder, las riquezas de Congo en manos imperialistas… y los gastos deben pagarlos las naciones dignas. ¡Qué buen negocio hacen los mercaderes de la guerra! Por eso, el gobierno de Cuba apoya la justa actitud de la Unión Soviética al negarse a pagar los gastos del crimen. Para colmo de escarnio, nos arrojan ahora al rostro estas últimas acciones que han llenado de indignación al mundo. ¿Quiénes son los autores? Paracaidistas belgas, transportados por aviones norteamericanos que partieron de bases inglesas.

”Recordamos que ayer, casi, veíamos a un pequeño país de Europa, trabajador y civilizado, el reino de Bélgica, invadido por las hordas hitlerianas; amargaba nuestra conciencia el saber de ese pequeño pueblo masacrado por el imperialismo germano y lo veíamos con cariño. Pero esta otra cara de la moneda imperialista era la que muchos no percibíamos. Quizás hijos de patriotas belgas que murieran por defender la libertad de su país son los que asesinaran a mansalva a millares de congoleños en nombre de la raza blanca, así como ellos sufrieron la bota germana porque su contenido de sangre aria no era suficientemente elevado.

”Nuestros ojos libres se abren hoy a nuevos horizontes y son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar: que la civilización occidental esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales. Porque nada más que ese nombre merecen los que han ido a cumplir tan humanitarias tareas a Congo. Animal carnicero que se ceba en los pueblos inermes; eso es lo que hace el imperialismo con el hombre, eso es lo que distingue al blanco imperial.

En esta Asamblea son mayoritarios los pueblos que tienen sus pieles tostadas por distintos soles, coloreadas por distintos pigmentos, y saben que la diferencia entre los hombres no está dada por el color de la piel”

Ernesto ‘Che’ Guevara

”Todos los hombres libres del mundo deben aprestarse a vengar el crimen de Congo. Quizás muchos de aquellos soldados, convertidos en subhombres por la maquinaria imperialista, piensen de buena fe que están defendiendo los derechos de una raza superior; pero en esta Asamblea son mayoritarios los pueblos que tienen sus pieles tostadas por distintos soles, coloreadas por distintos pigmentos, y han llegado a comprender plenamente que la diferencia entre los hombres no está dada por el color de la piel, sino por las formas de propiedad de los medios de producción, por las relaciones de producción.

”La delegación cubana hace llegar su saludo a los pueblos de Rhodesia del Sur África Sudoccidental, oprimidos por minorías de colonos blancos. A BasutolandiaBechuania Suazilandia, a la Somalia francesa, al pueblo árabe de Palestina, a Adén y los protectorados, a Omán y a todos los pueblos en conflicto con el imperialismo o el colonialismo y les reitera su apoyo. Formula, además, votos por una justa solución al conflicto que la hermana República de Indonesia encara con Malasia.

”Las lacras coloniales que detienen el desarrollo de los pueblos no se expresan solamente en relaciones de índole política: el llamado deterioro de los términos de intercambio no es otra cosa que el resultado del intercambio desigual entre países productores de materia prima y países industriales que dominan los mercados e imponen la aparente justicia de un intercambio igual de valores.

Cuba, señores delegadoslibre soberana, sin cadenas que la aten a nadie, sin inversiones extranjeras en su territorio, sin procónsules que orienten su política, puede hablar con la frente alta en esta Asamblea y demostrar la justeza de la frase con que la bautizaran: Territorio Libre de América. Nuestro ejemplo fructificará en el continente como lo hace ya, en cierta medida en GuatemalaColombia Venezuela.

Las lacras coloniales que detienen el desarrollo de los pueblos no se expresan sólo en relaciones de índole política, sino en un intercambio comercial desigual”

”No hay enemigo pequeño ni fuerza desdeñable, porque ya no hay pueblos aislados. Como establece la Segunda Declaración de La Habana, ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres mujeres honrados del mundo.

”Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina. Lucha en masas y de ideas, epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos maltratados y despreciados por el imperialismo, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitarle el sueño.

”Nos consideraban rebaño impotente y sumiso y ya se empieza a asustar de ese rebaño, rebaño gigante de doscientos millones de latinoamericanos en los que advierte ya sus sepultureros el capital monopolista yanqui. La hora de su reivindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la vienen señalando con precisión también de un extremo a otro del continente.

”Ahora esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir, porque ahora los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o el tráfico de las ciudades, en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de corazones con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros.

Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América , con los explotados y vilipendiados , que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia”

”Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados vilipendiados, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se los ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los olimpos gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, en un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, afincando sus garfios en las tierras que les pertenecen y defendiéndolas con sus vidas; se les ve, llevando sus cartelones, sus banderas, sus consignas; haciéndolas correr en el viento, por entre las montañas o a lo largo de los llanos.

”Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron.

”Porque esta gran humanidad ha dicho ‘¡basta!’ y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia.

”Todo eso, señores delegados, esta disposición nueva de un continente, de América, está plasmada y resumida en el grito que, día a día, nuestras masas proclaman como expresión irrefutable de su decisión de lucha, paralizando la mano armada del invasor. Proclama que cuenta con la comprensión y el apoyo de todos los pueblos del mundo y especialmente, del campo socialista, encabezado por la Unión Soviética. Esa proclama es: patria o muerte.”

Cómo fueron las intervenciones armadas impulsadas por Cuba en América Latina

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Fidel Castro y Ernesto «Che» Guevara intentaron exportar la revolución a otros países de América Latina.

 

Autor: Ángel Bermúdez

Fuente: BBC Mundo. 29/03/2019

Eran unos 90 hombres armados los que desembarcaron del yate en aquella playa del Caribe. Casi todos eran cubanos, vestían uniforme militar y venían dispuestos a derrocar al gobierno de aquella pequeña nación. Ocurrió hace 60 años, pero si piensa que se trata de la expedición del Granma a Cuba, liderada por Fidel Castro, se equivoca.

La escena corresponde a una invasión a Panamá ocurrida en abril de 1959 y que fue la primera de una decena de intervenciones armadas impulsadas por Cuba en América Latina, desde el triunfo de la revolución castrista el 1 de enero de aquel año.

En las últimas semanas, el tema de la injerencia militar cubana en la región entró con fuerza en el debate internacional a propósito de la crisis política que vive Venezuela.

En un discurso el pasado mes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, como «títere cubano» y aseguró que está «controlado por los militares cubanos y protegido por un ejército privado de soldados cubanos».

Es una denuncia que se hace desde hace años en Venezuela.

Rocío San Miguel, presidenta de la ONG venezolana Control Ciudadano, le dijo a BBC Mundo que «Cuba intervino en la reestructuración de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y que en los cuarteles venezolanos hay una presencia permanente de militares cubanos».

Sin embargo, La Habana niega tener alguna injerencia militar en Venezuela y defiende su apoyo a Maduro como un gesto de solidaridad.

Fidel Castro y Hugo Chávez.
Cuba y Venezuela se convirtieron en aliados tras la llegada al poder de Hugo Chávez.

Desde la prensa oficial de la isla se insiste en que la gran mayoría de los 23.000 cubanos presentes en Venezuela son trabajadores del sector salud.

El diario oficial del Partido Comunista de la isla, Granma, afirmaba en un reciente artículo que en Venezuela no hay ni agentes ni soldados cubanos.

Es un «ejército de batas blancas», decía en referencia a los médicos que conforman el grueso de las misiones sociales cubanas que -según afirman- también incluyen maestros, entrenadores deportivos, periodistas y asesores científicos e industriales, entre otros.

Desde los inicios de la Revolución cubana, una de las marcas de su política exterior ha sido «exportar el socialismo».

Alineados con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, los cubanos tienen un historial de apoyo a gobiernos y actores políticos ideológicamente afines.

Y lo han hecho con envíos de médicos pero también con asesoría técnica y soporte logístico en el campo militar.

Así fue que entre 1975 y 1989 envió soldados a la Guerra de Angola (aunque el conflicto duró hasta 2002) o más recientemente los programas «Barrio Adentro» y «Mais médicos», por los que enviaron personal sanitario a Venezuela y Brasil.

Panamá

El yate con los hombres responsables de ejecutar la invasión de Panamá zarpó el 19 de abril de 1959 del puerto cubano de Batabanó. La expedición había sido promovida por Roberto Arias, un sobrino del expresidente Arnulfo Arias, que logró el apoyo de Fidel Castro.

Ernesto de la Guardia
El presidente de Panamá, Ernesto de la Guardia, denunció la invasión cubana ante la OEA.

Aunque los invasores lograron tomar el puerto colonial de Nombre de Dios, la pronta denuncia del mandatario Ernesto de la Guardia ante la OEA y la masiva movilización de fuerzas panameñas, estadounidenses y guatemaltecas derivó en la rápida rendición de los agresores.

Fidel Castro, quien estaba de visita en Estados Unidos, intentó desligarse y calificó la operación como «vergonzosa, inoportuna e injustificada»; mientras que Ernesto «Che» Guevara aseguró que Cuba exportaba ideas revolucionarias pero no la revolución en sí misma.

La Habana ofreció garantías a Panamá de que una agresión similar no sería permitida y logró que los detenidos cubanos fueron repatriados a la isla, donde supuestamente enfrentarían el riesgo de ser sometidos a un tribunal militar. Apenas un mes más tarde, todos estaban en libertad.

Fidel Castro se encontraba en EE.UU. cuando se produjo la invasión a Panamá e intentó desligarse de lo ocurrido.
 Fidel Castro se encontraba en EE.UU. cuando se produjo la invasión a Panamá e intentó desligarse de lo ocurrido.

«El error de esa operación fue que la mayor parte de los guerrilleros eran cubanos, por lo que no tuvieron apoyo local una vez que llegaron allí. Eran invasores extranjeros. A partir de allí, Cuba cambió la estrategia y usó más combatientes locales», explicó a BBC Mundo Jonathan Brown, profesor de Historia Latinoamericana en la Universidad de Texas y autor del libro Cuba’s Revolutionary World, sobre cómo la isla intentó exportar la Revolución a otros países a través de la insurrección armada.

Nicaragua

Menos de dos meses después del fiasco de Panamá, en junio de 1959, una expedición de unos 60 hombres armados que partió de Cuba desembarcó en la costa caribeña de Honduras.

Durante un par de semanas acamparon en el lugar esperando para avanzar sobre su verdadero objetivo: Nicaragua, justo al otro lado de la frontera.

Los expedicionarios eran mayormente exiliados nicaragüenses, acompañados de guerrilleros cubanos y guatemaltecos, que buscaban derrocar al mandatario Luis Somoza Debayle.

Luis Somoza Debayle era el objetivo de la expedición que desembarcó en Honduras para intentar ingresar a Nicaragua.
Luis Somoza Debayle era el objetivo de la expedición que desembarcó en Honduras para intentar ingresar a Nicaragua.

 

El gobierno de Honduras envío soldados a la zona que atacaron por sorpresa el campamento, causando la muerte de 6 guerrilleros, hiriendo a 15 y deteniendo al resto. «No fue una batalla, fue una masacre», lamentó luego Carlos Fonseca, un nicaragüense que fue herido.

Varios de los sobrevivientes regresaron después a Cuba para una larga estadía, donde siguieron recibiendo entrenamiento militar y se reagruparon con otros exiliados nicaragüenses.

«Se convirtieron en los sandinistas. Fidel les siguió apoyando y, al final, sus esfuerzos dieron frutos dos décadas más tarde«, comentó Brown en referencia al triunfo de la revolución nicaragüense en 1979.

República Dominicana

El 14 de junio de 1959, una fuerza de unos 60 hombres -dominicanos y cubanos- despegó del oriente de Cuba en un avión C-46 pintado con los colores de la Fuerza Aérea Dominicana. La nave aterrizó en el aeropuerto de Constanza en el interior del país, donde tomaron un cuartel por sorpresa.

Tras el triunfo de la revolución en Cuba, algunos grupos de exilados dominicanos esperaban que Castro les ayudara a derrocar a Trujillo.
Tras el triunfo de la revolución en Cuba, algunos grupos de exilados dominicanos esperaban que Castro les ayudara a derrocar a Trujillo.

 

El avión regresó inmediatamente a Cuba, donde Camilo Cienfuegos -quien había estado a cargo de la operación- ordenó el «arresto» del piloto venezolano y luego negó la participación de la isla en el suceso.

En paralelo, tres barcos transportaron unos 150 guerrilleros armados hasta un lugar cercano a Puerto Plata. Estas naves, sin embargo, llegaron con tres días de retraso a Dominicana, lo que permitió al gobierno de Rafael Leónidas Trujillo ponerse en alerta y emboscarlos.

«La fuerza que buscaba instigar una rebelión armada en el territorio nacional ha sido completamente exterminada, todos sus participantes han muerto», anunció el 23 de junio el portavoz del gobierno dominicano.

En realidad, unos pocos expedicionarios sobrevivieron, incluyendo al comandante cubano Delio Gómez Ochoa, quien pudo regresar a su patria luego de que Trujillo fuera asesinado en 1961.

Según explicó Brown a BBC Mundo, «en 1959 solamente quedaban cuatro dictaduras en América Latina», de las cuales tres estaban en el Caribe y Fidel Castro se había propuesto eliminarlas pues «quería crear un mundo que fuera seguro para la Revolución».

El caso de Trujillo era especialmente preocupante para La Habana.

«Él estaba dando ayuda y refugio a exoficiales del extinto ejército de Batista, que conspiraban para volver al poder en Cuba», señaló el experto.

Haití

En agosto de 1959, un grupo de unos 30 hombres armados -mayormente cubanos y haitianos junto a dos venezolanos- zarparon de Baracoa, en la costa oriental de Cuba, rumbo a Haití con el fin de promover el derrocamiento del gobierno de François «Papa Doc» Duvalier.

François "Papa Doc" Duvalier
Las fuerzas del gobierno de François «Papa Doc» Duvalier sofocaron la invasión.

 

Los voluntarios haitianos habían recibido tres meses de entrenamiento en una base a las afueras de La Habana.

Los expedicionarios contaban con el alzamiento de una columna del ejército haitiano que nunca se produjo, según cuenta el historiador cubano Juan F. Benemelis en su libro «Las guerras secretas de Fidel Castro».

«La reacción militar haitiana, encabezada por el general Mercerón, fue de íntegro apoyo a Duvalier», escribe Benemelis.

La consecuencia de ello fue la aniquilación de prácticamente todos los invasores, con algunas excepciones como la de cuatro adolescentes cubanos que fueron capturados, interrogados y deportados.

Argentina

Si las invasiones de Nicaragua, República Dominicana y Haití podían ser vistas como operaciones que buscaban eliminar adversarios peligrosos en el entorno próximo de Cuba, Brown considera que las intervenciones militares en otros países latinoamericanos tenían otra función.

«Cuba luego se vengó de cada gobierno de América Latina que no la reconoció así como de aquellos que se sumaron al boicot de Estados Unidos. Fidel Castro trajo jóvenes de izquierda de esos países a la isla, les dio entrenamiento guerrillero y, luego, los envió de vuelta. Así fue como él siguió interviniendo en la región», explica el experto.

Ernesto "Che" Guevara.
Ernesto «Che» Guevara planificó la operación guerrillera en Argentina.

Uno de esos casos fue Argentina. En 1962, Guevara planificó establecer una guerrilla rural en la provincia norteña de Salta. Al frente colocó a Jorge Ricardo Masetti, un periodista argentino que le había acompañado desde los tiempos de la Sierra Maestra.

En junio de 1963, Masetti encabezó un grupo de cinco hombres armados -cuatro argentinos y un cubano- que ingresó en Salta a través de Bolivia. Uno de ellos viajó a Buenos Aires y Córdoba para reclutar unos 30 hombres adicionales entre los grupos de extrema izquierda.

En un comunicado enviado a la prensa de Buenos Aires, Masetti anunció la existencia del grupo y su intención de liberar a Argentina del imperialismo internacional pero no hubo ninguna reacción.

En febrero de 1964, las autoridades de Salta recibieron información sobre la presencia de hombres sospechosos en un área remota, lo que derivó en una serie de operaciones que culminaron con la incautación de todas las armas, municiones y alimentos del campo guerrillero.

Los hombres de Masetti se pasaron un mes vagando por la selva en busca de comida y refugio.

Al final, tres murieron de hambre, otros tres perecieron en enfrentamientos con las autoridades, unos 13 fueron detenidos sin hacer casi ninguna resistencia, mientras que Masetti se adentró en la selva sin que nadie nunca volviera a saber de él.

Venezuela

El desembarco en mayo de 1967 de un grupo de guerrilleros procedentes de Cuba cerca de la playa de Machurucuto, en el oriente de Venezuela, dejó al descubierto los intentos de injerencia armada de La Habana en ese país.

Imagen de soldados venezolanos
Tras detectar el desembarco de Machurucuto, el ejército venezolano se desplegó en la zona.

 

Héctor Pérez Marcano, uno de los protagonistas de aquella operación, le dijo a BBC Mundo que la misma fue ideada y supervisada directamente por Fidel Castro, quien les brindó todo el apoyo.

Pérez Marcano era parte de un grupo de militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) venezolano que viajó a Cuba a entrenarse como guerrilleros para luego regresar a hacer la revolución en su país.

Según su relato, el plan original era el desembarco de ocho combatientes -cuatro venezolanos y cuatro cubanos- que se iban a unir a un foco guerrillero del MIR que operaba en una zona montañosa a unos 160 kilómetros al este de Caracas.

Sin embargo, la captura de tres tripulantes cubanos de la lancha que les había llevado hasta la orilla puso al descubierto la expedición.

La situación derivó en la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Caracas y La Habana.

Titular de El Nacional del 13 de mayo de 1967
La prensa venezolana dio grandes titulares al suceso.

 

Sin embargo, el incidente conocido como «el desembarco de Machurucuto» no fue la primera ni la mayor operación de este tipo que Castro ejecutó sobre Venezuela.

Un año antes había ocurrido una expedición mayor que había trasladado a un grupo de guerrilleros del Partido Comunista de Venezuela formados en Cuba junto a combatientes de la isla, incluyendo a Arnaldo Ochoa Sánchez, quien años más tarde tras alcanzar el rango de general fue fusilado en la isla tras ser condenado en un polémico juicio por narcotráfico.

Perú

En los primeros años de la década de 1960, unos 200 jóvenes izquierdistas peruanos recibieron entrenamiento guerrillero en Cuba.

El gobierno del presidente Fernando Belaúnde respondió con dureza ante la aparición de grupos insurgentes en Perú.
El gobierno del presidente Fernando Belaúnde respondió con dureza ante la aparición de grupos insurgentes en Perú.

 

Según señala Brown en su libro, el grupo más numeroso correspondía a los militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), un grupo formado por jóvenes desertores de las filas del APRA. También había otro conformado por disidentes del Partido Comunista de Perú, que optaron por llamarse Ejército de Liberación Nacional.

Muchos de estos hombres regresaron luego a Perú, donde ambos grupos entraron en acción por separado en 1965, realizando ataques en diversas partes del país.

El gobierno del presidente Fernando Belaúnde respondió con un despliegue abrumador de fuerzas. Las autoridades lograron sofocar esos primeros focos de insurgencia guerrillera en un año, llegando a declarar «misión cumplida».

«Una vez que se dieron cuenta de que había guerrillas en las zonas rurales fueron tras ellas con toda su fuerza. Muchos de los militares de América Latina habían aprendido de lo ocurrido en la revolución cubana y no iban a ignorar la presencia de grupos armados en el país. Eso fue lo que hizo Batista en Cuba en la década anterior: ignoró a las guerrillas en la Sierra Maestra hasta que fue demasiado tarde», comenta Brown.

Guatemala

«Guatemala fue uno de los proyectos donde más enconadamente se precipitaron Castro y el Che Guevara desde un principio; sobre todo porque Guatemala había concedido bases de entrenamiento para los cubanos exilados que participaron en la abortada invasión de Bahía de Cochinos», asegura Juan F. Benemelis en su libro.

Sin embargo, según el autor, ya antes de ese episodio el Che Guevara había hecho un pacto secreto con el expresidente guatemalteco Jacobo Arbenz -derrocado por un golpe apoyado por Estados Unidos- para restituirle en el poder.

Raúl Castro junto al depuesto presidente de Guatemala Jacobo Arbenz durante un acto en La Habana en 1960.
Raúl Castro junto al depuesto presidente de Guatemala Jacobo Arbenz durante un acto en La Habana en 1960.

 

El 3 de octubre de 1960, el gobierno del presidente Miguel Ydígoras Fuentes divulgó un comunicado en el que informó que su Fuerza Aérea había atacado una embarcación cubana que aparentemente estaba desembarcando armas en la costa atlántica del país.

Unas tres semanas más tarde, el gobierno denunció un plan para invadir al país a través de la frontera con Honduras.

Aseguraba que la operación iba a ser realizada por una fuerza de unos 200 hombre liderados por Augusto Charnaud MacDonald, exministro de Interior de Arbenz, quien había sido visto por última vez en La Habana.

Al mes siguiente, se produjo un levantamiento militar en las localidades de Zacapa y Puerto Barrios, en el que participó el teniente Marco Yon Sosa, quien tenía contactos con Cuba y luego se convirtió en un comandante guerrillero.

Según relata Benemelis, hubo aviones de la fuerza aérea cubana aprovisionando a los alzados mientras que en Honduras había sido descubierta una columna de hombres armados liderados por oficiales cubanos que buscaban dar apoyo a los rebeldes.

El alzamiento fue sofocado por el gobierno de Guatemala que exigió a la OEA tomar medidas contra Cuba.

Colombia

La influencia y el apoyo de Cuba se encuentra en el origen del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia.

El Ejército de Liberación Nacional de Colombia fue creado por un grupo de estudiantes formados en Cuba.
El Ejército de Liberación Nacional de Colombia fue creado por un grupo de estudiantes formados en Cuba.

 

La primera semilla de esta agrupación la constituyó la «Brigada Pro Liberación José Antonio Galán», creada en Cuba por seis jóvenes estudiantes colombianos que viajaron a La Habana con becas del gobierno de la isla.

Dos años más tarde, en 1964, con solamente 18 guerrilleros se creó el ELN, a cuyas filas pronto se unirían varios sacerdotes católicos seguidores de la Teoría de la Liberación.

Sin embargo, según señala Brown, una vez que el ELN se puso en marcha se convirtió en un movimiento independiente que no dependía de la tutela de La Habana. Eso, sin embargo, no descarta que recibieran apoyo material de la isla.

En la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, realizada en La Habana en agosto de 1967, representantes del ELN recibieron la promesa de armas cubanas suficientes para dotar a 500 campesinos que ellos habían organizado en el oriente de Colombia.

Décadas más tarde, otro episodio.

En marzo de 1981 el gobierno del entonces presidente colombiano Julio Cesar Turbay anunció que su país rompía relaciones con Cuba, acusando al gobierno de la isla caribeña de apoyar un desembarco de armas y combatientes del movimiento guerrillero M-19 en la costa pacífica colombiana, en el departamento del Chocó. Cuba negó en ese momento las acusaciones de Colombia.

El desembarco fue un fracaso, con el ejército colombiano interceptando a los combatientes en la zona selvática del Chocó al poco tiempo de haber llegado a la costa.

El Salvador

La oportunidad para la injerencia militar de Cuba en El Salvador surgió con el triunfo de los sandinistas en Nicaragua en 1979.

Estados Unidos aseguraba que Cuba fue determinante en ayudar a que las guerrillas salvadoreñas se unificaran.
Estados Unidos aseguraba que Cuba fue determinante en ayudar a que las guerrillas salvadoreñas se unificaran.

 

Sin embargo, de acuerdo con Brown, eso no se tradujo en la presencia de militares cubanos en El Salvador, sino en un gran apoyo material y en asesoría.

Un informe desclasificado del Departamento de Estado de EE.UU. de 1981 atribuye a Fidel Castro y al gobierno cubano el haber jugado un papel central en promover la unificación de los grupos guerrilleros salvadoreños -cuyos líderes se habrían reunido en La Habana en mayo de 1980-, así como en la entrega encubierta de casi 200 toneladas de armamento que sirvieron para preparar la «ofensiva general»que lanzaron estos grupos en enero de 1981.

Según el gobierno estadounidense, antes de septiembre de 1980 los grupos guerrilleros salvadoreños estaban mal armados y mal coordinados, pero para enero de 1981 -cuando lanzaron la ofensiva- disponían de un impresionante arsenal de armas modernas.

En el año 2000, durante la X Cumbre Iberoamericana en Panamá, el entonces presidente de El Salvador, Francisco Flores, implicó a Castro en la muerte de miles de salvadoreños durante la guerra civil de su país (1980-1992).

«Es absolutamente intolerable que usted, involucrado en la muerte de tantos salvadoreños, usted, que entrenó a muchísimas personas para matar salvadoreños, me acuse a mí de muertes en El Salvador».

Castro, en un tono beligerante, respondió que «condenamos esos crímenes» y se desligó de esas acusaciones.

Bolivia

Bolivia fue el país escogido por el Che Guevara para demostrar su tesis de que no hacía falta que existieran condiciones objetivas en un lugar para realizar la revolución pues la propia guerrilla era capaz de crear esas condiciones.

Con este convencimiento, en 1966, Guevara viajó de incógnito a Bolivia para encabezar un foco guerrillero en ese país. Le acompañaban unos 25 combatientes cubanos.

Ernesto "Che" Guevara quiso abrir un nuevo foco guerrillero en Bolivia.
Ernesto «Che» Guevara quiso abrir un nuevo foco guerrillero en Bolivia.

 

Según Brown, estefue el único caso en el que la presencia cubana fue tan importante desde la fallida invasión de Panamá. ¿La razón de ello? Los comandaba Guevara.

La iniciativa duró unos pocos meses. Tras unos éxitos iniciales, los guerrilleros se encontraron huyendo constantemente del ejército boliviano, que parecía omnipresente. Para octubre de 1967, cuando Guevara fue capturado y ejecutado, ya el grupo estaba prácticamente aniquilado.

Hacia el final de la década, las intervenciones cubanas en la región disminuyeron de intensidad.

Según Brown, esto se debió al hecho de que todas las operaciones que se realizaron durante esa década fracasaron, a la muerte de Guevara -que era uno de los principales impulsores de la idea de llevar la revolución al resto de la región- y a la oposición de la Unión Soviética a esta tipo de acciones.

«Moscú estaba en contra de estas intervenciones en el resto de América Latina que no se ajustaban a la doctrina soviética acerca de cómo el comunismo iba a apoderarse del mundo. Ellos siempre se opusieron pese a que Castro siguió haciéndolo durante la década de 1960. Al final, él tuvo que darse cuenta de que no iba a tener éxito. Y eso ocurrió después de la muerte del Che», concluye Brown.