La peste negra

Autor: EDMUNDO FAYANAS ESCUER

Fuente: Nueva Tribuna 30/03/2020

La peste negra es la pandemia más devastadora en la historia de la Humanidad. Afectó a Eurasia en el siglo XIV. Alcanzó su punto máximo entre los años 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos, pero en el siglo XXI las estimaciones fueron de 25 millones de personas solo en Europa, representaba aproximadamente un tercio de la población total europea.

La pandemia se inició en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa, a través de las rutas comerciales. Introducida por los marinos, la epidemia dio comienzo al sur de Italia en la ciudad de Mesina. Algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas.

La Peste Negra fue un mal que atacó el norte de África, Asia, Oriente Medio y Europa. Debemos destacar, que hubo dos excepciones como fue el caso de Islandia y de Finlandia

f15

La peste, según el autor árabe Ibn al-Wardi, pudo tener origen en el “País de la Oscuridad”, el kanato de la Horda de Oro, en territorio del actual Uzbekistán. Desde los puertos a las zonas interiores, la terrible plaga procedente de Asia se extendió por toda Europa.

Solamente un quinto de sus pobladores sobrevivió en la ciudad de Florencia. Se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste negra en Alemania. Las ciudades alemanas como Bremen, Colonia o Hamburgo tuvieron una gran mortandad. No obstante, el número de muertes en el este de Alemania fue mucho menor.

Las consecuencias sociales fueron dramáticas. Se acusó a los judíos de ser los causantes de la epidemia por medio de la intoxicación y el envenenamiento de los pozos de agua. Se iniciaron pogromos judíos en muchos lugares de Europa, lo que provocó su muerte en muchas ciudades europeas.

La Peste Negra fue un mal que atacó el norte de África, Asia, Oriente Medio y Europa. Debemos destacar, que hubo dos excepciones como fue el caso de Islandia y de Finlandia.

LA EDAD MEDIA A INICIOS DEL SIGLO XIV

Tras vivir varios años de un clima benigno y buenas cosechas, la población de Europa aumentó hasta los ochenta millones de habitantes. Este crecimiento demográfico fue debido a las nuevas técnicas agrarias.

Se empezó a emplear el caballo en lugar del buey. Esto es importante, porque el caballo ara a doble velocidad que el buey y éste se dejó solamente para labrar las tierras nuevas, pues al tener más fuerza el buey, introduce el arado a doble profundidad que el caballo. La utilización del arado con reja de hierro y la división de la tierra en tres cultivos en lugar de dos, lo que se denomina cultivo de alternancia trienal, hizo que la producción del campo aumentara.

Sin embargo, este modelo de desarrollo comenzó a presentar signos de agotamiento por la necesidad de más tierras y más caballos disponibles para lograr alimentar a todo el crecimiento de la población. El cultivo trienal no lograba regenerar totalmente los campos. Tampoco, el ganado tenía pastos suficientes, por lo que continuó la desforestación.

f14

Los bubones aparecían en las ingles, las axilas y bajo las orejas

Como vemos, la economía europea había resurgido debido a las buenas producciones agrarias, a la reanudación constante de las caravanas comerciales por la Ruta de la Seda, y dato de gran importancia para la propagación de la enfermedad, la mejora de las técnicas de navegación y construcción de navíos, con las que poder transportar cargamentos de gran tamaño desde puertos como los existentes en mar Negro o el mar Mediterráneo, hasta las ciudades italianas, Barcelona o Marsella.

Este aumento de la riqueza se puede constatar en las construcciones de importantes catedrales europeas, cada vez más grandes y más altas, que provoca el desarrollo del estilo gótico.

Este desarrollo, también trajo el crecimiento de las ciudades respecto del campo, así como el progresivo desprecio a las personas, que no vivían en ellas. Otro cambio importante en las consecuencias traídas por la peste fueron, las costumbres de diferenciar a los grupos sociales por la indumentaria. Así la casada, la soltera y la barragana (prostituta) pasarían a vestir de forma diferente; también los cristianos de los judíos, para desgracia de estos últimos.

Médico durante la peste. Vean como ya usaban mascarillas

EL DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD

La medicina no estaba preparada en aquel tiempo histórico, no ya para tratar la enfermedad, ni tan siquiera para investigarla, pese a los heroicos esfuerzos y sacrificios de personas como Juan Tomás de Porcell. No obstante, la mayoría de variedades de Yersinia Pestis se han encontrado en China, lo que sugiere que la epidemia podría haberse originado en esa región.

Varios cronistas de la época indican la brusquedad con la que aparecían los síntomas. Una persona podía estar sana por la mañana y tener fiebre alta por la tarde, para morir al llegar la noche. Según la literatura médica y de otra índole, los afectados padecían todos o varios de los siguientes síntomas según Giovanni Boccaccio y otros autores:

Fiebre alta incluso superando los 40 grados. Tos y esputos sanguinolentos. Sangrado por la nariz y otros orificios. Sed aguda. Manchas en la piel de color azul o negro debido a pequeñas hemorragias cutáneas. Aparición de bubones negros en ingles, cuello, axila, brazos, piernas o tras las orejas, debido a la inflamación de los ganglios pertenecientes al sistema linfático. Gangrena en la punta de las extremidades. Rotura de los bubones supurando líquido con un olor pestilente.

Se describe un tipo de peste casi asintomático, que provocaba la muerte a las catorce horas aproximadamente. El calificativo negra se debe a las manchas, bubones y al aspecto producido por la gangrena en los dedos de manos y pies. La connotación de mal olor, que posee la palabra peste, la dieron los hedores, que emanaban al romperse los bubones, ganglios linfáticos inflamados.

f12
Mascarilla usada por los médicos contra la peste negra

Los bacteriólogos Kitasato y Yersin descubrieron, que el origen de la peste era la bacteria yersinia pestis, que afectaba a las ratas negras y a otros roedores y se transmitía a través de los parásitos que vivían en esos animales, en especial las pulgas, las cuales inoculaban el bacilo a los humanos con su picadura.

La peste era pues una zoonosis, una enfermedad que pasa de los animales a los seres humanos. El contagio era fácil, porque ratas y humanos estaban presentes en graneros, molinos y casas, lugares en donde se almacenaba o se transformaba el grano del que se alimentan estos roedores, circulaban por los mismos caminos y se trasladaban con los mismos medios, como los barcos.

La bacteria rondaba los hogares durante un período de entre 16 y 23 días antes de que se manifestaran los primeros síntomas de la enfermedad. Transcurrían entre tres y cinco días más, hasta que se produjeran las primeras muertes, y tal vez una semana más hasta que la población no adquiría conciencia plena del problema en toda su dimensión.

La forma de la enfermedad más corriente era la peste bubónica primaria, pero había otras variantes:

  1. La peste septicémica, en la cual el contagio pasaba a la sangre, lo que se manifestaba en forma de visibles manchas oscuras en la piel de ahí el nombre de “muerte negra” que recibió la epidemia.
  2. La peste neumónica, que afectaba el aparato respiratorio y provocaba una tos expectorante que podía dar lugar al contagio a través del aire. La peste septicémica y la neumónica no dejaban supervivientes.

Las autoridades de distintas ciudades llegaron a la conclusión, de que la enfermedad tardaba no más de 39 días en aparecer y, los que lograban sobrevivir no volvían a contagiarse nuevamente. Esto provocaba la conocida cuarentena, que pasaban viajeros y navegantes confinados a la llegada de algunas ciudades italianas.

Científicos del siglo XXI indican, que la enfermedad podría tener un periodo de incubación no contagioso de unos diez o doce días. A éste seguiría un periodo de latencia asintomático, pero contagioso, de unos veinte o veintidós días.

Posteriormente, aparecerían los síntomas y la enfermedad mataba en cuatro o cinco días más. De ser así, este periodo de incubación y latencia tan largo sería una de las causas que permitió su rápida propagación.

Los documentos más fiables son censos con fines recaudatorios, que no tienen en cuenta la población exenta de impuestos por distintos motivos. Pese a todo, indica que la peste negra pudo presentar una mortalidad del 80 %, extrapolando datos de la epidemia padecida en la ciudad china de Cantón hacia el año 1894.

El principal medio de contagio de la peste eran las picaduras de las pulgas, que campaban a sus anchas en una sociedad con tan poca higiene como la medieval. Pese a que es difícil constatarlo con una enfermedad que afectó a tantas personas de todo tipo y condición, sí que parece, que determinadas ocupaciones estaban más expuestas a padecer peste que otras, siendo las más peligrosas ser comerciante de paños, las pulgas se esconden entre los tejidos que, por ejemplo, ser herrero.

f10

De hecho, pronto se dieron cuenta del peligro de las vestiduras y entre las primeras medidas, que se emplearon en Europa para evitar el contagio, fue el de quemar la ropa de los infectados o prohibir la entrada de cargamentos de tejidos en las ciudades. Incluso en algunas ciudades se permitía la entrada al viajero solo después de haberse deshecho de las ropas, que se traía puestas, cambiadas por otras seguras prestadas por la propia ciudad.

LA EXTENSIÓN DE LA ENFERMEDAD

Se inicia en Europa en la ciudad de Caffa (la actual Feodosia) en la península de Crimea a orillas del mar Negro. En el año 1346, Caffa estaba asediada por el ejército mongol, en cuyas filas se manifestó la enfermedad. Se dijo, que fueron los mongoles quienes extendieron el contagio a los sitiados. Según el cronista genovés Gabriele de Mussis, los rudos guerreros de las estepas asiáticas cargaron sus catapultas con los cadáveres de sus muertos y los lanzaron a la ciudad. Algo así como el primer ataque bacteriológico de la historia. Se tiene constancia, de que la enfermedad salió en barco de esta ciudad, en octubre del año 1347.

Cuando tuvieron conocimiento de la epidemia, los mercaderes genoveses que mantenían allí una importante colonia comercial huyeron despavoridos, llevando consigo los bacilos y llegó a Mesina (sur de Italia) a finales de dicho año, desde donde se difundió por el resto del continente.

f9

Hubo una guerra entre el Reino húngaro y el napolitano en el año 1347, puesto que el rey Luis I de Hungría reclamaba el trono después del asesinato de su hermano Andrés, quien murió asesinado por su propia esposa, la reina Juana I de Nápoles. De esta manera, Luis condujo una campaña militar que coincidió con el estallido de la Peste Negra.

Ante tanta muerte por la enfermedad, la campaña pronto tuvo que ser suspendida y los húngaros regresaron a casa, extendiendo la pandemia por todo el centro de Europa.

La peste se extendió desde Italia por toda Europa afectando territorios de las actuales Francia, España, Inglaterra, Bretaña, Alemania, Hungría la península Escandinava y Rusia.

Se estima, que entre el 30 % y el 60 % de la población de Europa murió desde el comienzo del brote a la mitad del siglo XIV. Aproximadamente 25 millones de muertes tuvieron lugar sólo en Europa junto a otros 40 a 60 millones en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas y los pocos supervivientes huyeron y extendieron la enfermedad aún más lejos.

La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento de la movilidad social, porque la despoblación erosionaba las obligaciones de los campesinos a permanecer en sus tierras. La peste provocó una contracción del área cultivada en Europa, lo que hizo descender profundamente la producción agraria. Esta caída llegó a ser de un 40 % en la zona norte de Italia, en el periodo comprendido entre los años 1340 y 1370.

La repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un gran incentivo para la innovación, que ayudó a traer el fin de la Edad Media. La peste negra acabó con un tercio de la población de Europa y se repitió en sucesivas oleadas hasta el año 1490. Ninguno de los brotes posteriores alcanzó la gravedad de la epidemia del año 1348.

f8

Si seguimos la explicación de la medievalista Ana Luisa Haindl, fueron los pueblos de las estepas quienes se habrían contagiado fuertemente, porque usaban pieles de animales sin curtir para vestirse Entonces, la transmisión de pulgas, agente transmisor de la peste, era inevitable. De hecho, hoy los científicos no culpan tanto a las ratas del contagio de la peste, sino más a las pulgas, presentes no sólo en los roedores, sino también en otros mamíferos.

En todo caso, una de las grandes cuestiones que se plantean es la velocidad de propagación de la peste negra. Algunos historiadores nos dicen que la modalidad mayoritaria fue la peste neumónica o pulmonar, y que su transmisión a través del aire hizo que el contagio fuera muy rápido.

Como dice Ana Luisa Haindl, las costumbres de las sociedades tampoco ayudaron mucho para contener la peste. Las ciudades europeas solían ser de aproximadamente 40.000 habitantes. Las ciudades más grandes de la época eran orientales: Damasco o Constantinopla, con un millón de habitantes. Sin embargo, la forma en la que vivía la gran mayoría de la población, era de unas condiciones de hacinamiento e higiene bastante precarias para nuestros parámetros actuales.

f7
San Sebastián sacando un bubo de peste. Detalle de los murales de la Capilla de San Sebastián, Lanslevillard, Francia. Anónimo francés del siglo XV

La gente en esos días no tenía la costumbre de lavarse las manos, tampoco el baño era a diario. La ropa se usaba varios días seguidos, la gente vivía en casas pequeñas, a veces con una sola habitación, albergando un grupo familiar completo, muchas veces conviviendo con animales domésticos y ratas. Hay que pensar en ciudades sin alcantarillado y casas sin baño. Todo eso crea condiciones muy adversas para evitar la propagación de una peste.

Cuando la peste llegó a la ciudad de Florencia, en el año 1348, rápidamente se propagó. Algunos se encerraron en sus casas, otros paseaban por la ciudad con flores aromáticas para inhalar debido al fuerte olor a podredumbre.

La cantidad de muertos fue tal, que como cuenta el escritor florentino Giovanni Boccaccio en su libro “El Decamerón”, las iglesias no contaban con espacio suficiente para recibir los cuerpos, por lo que hubo que excavar grandes fosas comunes. Y eso que eran los más afortunados de la sociedad. En los barrios populares, a los muertos simplemente los arrojaban a la calle.

f6

Por otro lado, cuando se afectaban los pulmones y la sangre, la muerte se producía de forma segura y en un plazo de horas, de un día como máximo, a menudo antes de que se desarrollara la tos expectorante, que era el vehículo de transmisión. Por tanto, dada la rápida muerte de los portadores de la enfermedad, el contagio por esta vía sólo podía producirse en un tiempo muy breve, y su expansión sería más lenta.

Como estamos viendo, la transmisión se produjo a través de barcos y personas que transportaban los fatídicos agentes, las ratas y las pulgas infectadas, entre las mercancías o en sus propios cuerpos, y de este modo propagaban la peste, sin darse cuenta, allí donde llegaban. Las grandes ciudades comerciales eran los principales focos de recepción.

Desde ellas, la plaga se transmitía a los burgos y las villas cercanas, que a su vez irradiaban el mal hacia otros núcleos de población próximos y hacia el campo circundante.

Estas ciudades, a su vez, se convertían en nuevos epicentros de propagación a escala regional e internacional. La propagación por vía marítima podía alcanzar unos 40 kilómetros diarios, mientras que por vía terrestre oscilaba entre 0,5 y 2 kilómetros, con tendencia a aminorar la marcha en estaciones más frías o latitudes con temperaturas e índices de humedad más bajos. Ello explica que muy pocas regiones se libraran de la plaga, tal vez, sólo Islandia y Finlandia.

A pesar de que muchos huían al campo cuando se detectaba la peste en las ciudades y se decía que lo mejor era huir pronto y volver tarde. En cierto modo, las ciudades eran más seguras, dado que el contagio era más lento porque las pulgas tenían más víctimas a las que atacar.

En efecto, se ha constatado que la progresión de las enfermedades infecciosas es más lenta cuanto mayor es la densidad de población, y que la fuga contribuía a propagar el mal, sin apenas dejar zonas a salvo y el campo no escapó de las garras de la epidemia. En cuanto al número de muertes causadas por la peste negra, los estudios recientes arrojan cifras espeluznantes.

El índice de mortalidad pudo alcanzar el 60% en el conjunto de Europa, ya como consecuencia directa de la infección, ya por los efectos indirectos de la desorganización social provocada por la enfermedad, desde las muertes por hambre hasta el fallecimiento de niños y ancianos por abandono o falta de cuidados.

La península Ibérica, por ejemplo, pudo haber pasado de seis millones de habitantes a dos o bien dos y medio, con lo que habría perecido entre el 60 y el 65 % de la población. Se ha calculado que ésta fue la mortalidad en Navarra, mientras que en Cataluña se situó entre el 50 y el 70 %.

Más allá de los Pirineos, los datos abundan en la idea de una catástrofe demográfica. En Perpiñán fallecieron del 58 al 68 % de notarios y jurisperitos. Tasas parecidas afectaron al clero de Inglaterra.

La Toscana, una región italiana caracterizada por su dinamismo económico, perdió entre el 50 y el 60 % de la población. Siena y San Gimignano, alrededor del 60 %, Prato y Bolonia algo menos, sobre el 45 %, y Florencia vio como de sus 92.000 habitantes quedaban poco más de 37.000. En términos absolutos, los 80 millones de europeos quedaron reducidos a tan sólo 30 millones de personas entre los años 1347 y 1353.

Los brotes posteriores de la epidemia cortaron de raíz la recuperación demográfica de Europa, que no se consolidó hasta casi una centuria más tarde, a mediados del siglo XV.

f4

Durante los decenios, que siguieron a la gran epidemia de 1347-1353, se produjo un notorio incremento de los salarios, a causa de la escasez de trabajadores. Hubo, también, una fuerte emigración del campo a las ciudades, que recuperaron su dinamismo.

En el campo, una parte de los campesinos pobres pudieron acceder a tierras abandonadas, por lo que creció el número de campesinos con propiedades medianas, lo que dio un nuevo impulso a la economía rural. Así, algunos autores sostienen que la mortandad provocada por la peste pudo haber acelerado el arranque del Renacimiento y el inicio de la modernización de Europa.

Las malas condiciones de higiene, una medicina precaria y alimentación deficitaria fueron factores clave en su incidencia. La enfermedad golpeó las estructuras sociales, como a la Iglesia, y fue un antecedente para los cambios que vendrán en el siglo siguiente con la formación de los Estados nacionales y el Renacimiento.

LA MEDICINA MEDIEVAL

La medicina era impartida en las universidades, pero era más empírica que científica y seguía influida en buena medida por los conocimientos aportados por Galeno de Pérgamo y otros autores griegos y latinos. La práctica médica se realizaba de una forma reflexiva, partiendo de los textos clásicos, y no científica, basada en la experimentación metodológica.

La medicina medieval, como vemos, era muy precaria. No sabían qué provocaba la enfermedad y mucho menos, cómo curarla o prevenirla. Se usan brebajes de hierbas y piedras preciosas, a veces metales pesados, sangrías para bajar la fiebre, pomadas para neutralizar el veneno de los bubones. Eran prácticas más perjudiciales que sanadoras. Algunos médicos acertaron con algunas medidas como el uso de mascarillas o los medios para purificar el aire. Por ejemplo, se cuenta que el Papa Clemente VI se salvó, porque se mantuvo aislado y rodeado de fogatas con hierbas aromáticas.

EL FIN DEL MUNDO

Si seguimos al gran historiador Le Goff nos dice, que la gente de la Europa medieval, vivía en el temor. “Las matanzas de las invasiones bárbaras, la gran peste del siglo VI, las terribles hambrunas que se repiten de vez en cuando mantienen la angustiosa espera: mezcla de temor y de esperanza pero, principalmente y cada vez más, miedo, pánico, terror colectivo. El Occidente medieval, en esa espera de la salvación, es el mundo del miedo ineludible”.

Por ello, se extiende la idea de un inminente fin del mundo y la llegada de un anticristo, que eran comunes en la época. Ello permitió el surgimiento de varias corrientes de pensamiento como el milenarismo, que aspiraba a la realización de la dicha eterna, en la tierra. También surgieron movimientos alternativos como los cátaros, quienes propugnaban la idea de la salvación a partir de la vida ascética lejos del mundo material, y cuestionaban a la Iglesia Católica, quien los combatió con todo su poder al considerarlos herejes.

Ya en el siglo XII, se habían desarrollado con fuerza las ideas milenaristas y con ello, el Fin del Mundo está cerca y la Segunda Venida de Cristo era inminente. Las calamidades que se sufrían, como guerras y las pestes, se interpretan como indicios apocalípticos y algunos líderes son vistos como encarnaciones del Anticristo. La idea, que se desarrolla es que la pestes, es un castigo por los pecados está muy difundida.

El mismo Giovanni Boccaccio en su obra “El Decamerón “deja entrever la idea de la aparición de la plaga en Florencia como un designio divino. En dicha obra Boccacio decía: “Llegó la mortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los mortales por la justa ira de Dios para nuestra corrección que había comenzado algunos años antes en las partes orientales privándolas de gran cantidad de vivientes”.

f2

Como dice la medievalista Ana Luisa Haindl, desde el punto de vista espiritual, surgen varias reacciones ante la Peste: algunos aumentan su fe y rezan más que nunca. Pero, este aumento de la fe, cuando no es bien encauzado, puede caer en prácticas fanáticas e incluso heterodoxas, como los famosos flagelantes que recorren Europa, predicando el fin del mundo, ayunando y protagonizando autoflagelaciones públicas.

La iglesia católica vivía en aquellos tiempos históricos, cismas internos y el cuestionamiento a la autoridad papal, debido a la ostentación y el vínculo con el poder político de reyes y señores feudales. Algunas personas irán desarrollando un pensamiento crítico mayor, que los llevará, más adelante, a cuestionar los dogmas y autoridades religiosas, que llevará a la Reforma Protestante, pero también al Humanismo del siglo XV y XVI y a la Contrarreforma del siglo XVII.

Sin embargo, la religión seguía unificando a Europa bajo la Iglesia Católica. En aquel momento histórico existía una gran desafección debido al traslado de la corte papal a la ciudad francesa de Avignón. Por otra parte, muchos clérigos, obispos e incluso los propios Papas eran dados a los placeres mundanos, poseer y pasearse con concubinas o aceptar la simonía.

f1

EL CAMBIO CLIMÁTICO

La peste negra se desarrolla en una época conocida como Pequeña Edad de Hielo, que debió comenzar hacia el año 1300, produciendo una disminución en las cosechas, con el consiguiente incremento de hambrunas o malnutrición. Por tanto, la epidemia encontró a dos o más generaciones debilitadas desde la infancia por estos sucesos.

Esto fue causado por pequeños cambios climáticos en Asia. Ciclos de primaveras húmedas y veranos cálidos, seguidos de repentinos periodos secos y fríos en Asia Central, que acabaron con la mayoría de los jerbos portadores de las pulgas y que forzaron a las pulgas a buscar otros animales alternativos, como fueron los humanos, los camellos o ratas.

Estos cambios climáticos no sólo afectan a los animales y las plantas sino también a los microbios que aunque no los veamos, forman parte de ese ecosistema tan complejo que es la Tierra

Cada vez existen más ejemplos de cómo las fluctuaciones en el clima, como ya vimos en la pandemia de Justiniano, pueden afectar a la población de roedores y como consecuencia causar un brote infeccioso. Esto también sucede en los tiempos contemporáneos que nos toca vivir y así por ejemplo, a inicios de la década de los noventa del siglo pasado, debido a una época de intensas lluvias, la densidad de la población de ratones silvestres aumentó en algunas zonas de los Estados Unidos.

Estos ratones son portadores de un tipo de virus, que en humanos causan un síndrome pulmonar grave, que puede ocasionar la muerte de forma rápida. Se pudo constatar la muerte de varias personas y al inicio se denominó a este grupo de virus Hantavirus, que están distribuidos por todo el mundo y que fueron responsables de varios miles de casos de fiebres hemorrágicas, que ocurrieron en los soldados norteamericanos durante la guerra de Corea.

Nuestro planeta Tierra está formado por un ecosistema vivo y todo pequeño cambio puede afectar a las poblaciones de seres vivos, que habitan en él. Los cambios climáticos que se están produciendo en nuestro tiempo también tendrán consecuencias en el desarrollo de pandemias por eso debemos de ser conscientes de nuestras debilidades y tomarnos en serio el cambio climático. Como hemos visto tanto en la pandemia de Justiniano como en la peste negra, hubo cambios climáticos que están en el origen de estos desastres sanitarios.

Estos cambios climáticos no sólo afectan a los animales y las plantas sino también a los microbios que aunque no los veamos, forman parte de ese ecosistema tan complejo que es la Tierra.


BIBLIOGRAFIA

Abboud Haggar, Soha . “Bagdad, pasado a cuchillo”. 2001. La aventura de la Historia. Arlanza Ediciones. Madrid.
Austin Alchon, Suzanne. “A pest in the land: new world epidemics in a global perspective”. 2003. University of New Mexico Press.
Benedictow, Ole J. “La Peste Negra, 1346-1353: La historia completa”. 2004. Edición española publicada en 2011. Akal. Madrid.
Betrán, José Luis. “Historia de las epidemias en España y sus colonias (1348-1919)”. 2006. La Esfera de los Libros. Madrid.
Byrne, Joseph Patrick. “Daily Life During the Black Death”. 2006. Westport: Librari of Congress.
Fuente, María Jesús. “Mensajera de la muerte: la peste negra”. 2008. La aventura de la Historia. Arlanza Ediciones. Madrid.
Boccaccio, Giovanni. “Decamerón”. 2013. Random House Mondadori. Barcelona.
Gonzálves Cravioto, Enrique. “Pestes y pestilencia en la Antigüedad”. 2003. Historia 16. Madrid.
Haensch, S; Bianucci, R; Signoli, M. “Distinct clones of Yersinia pestis caused the black death”. 2010. PLoS Pathog.
De Henley, Walter. “Walter of Henley and other treatises on estate management and accounting”. 1971. Primera impresión 1270. Gloucestershire: Clarendon Press.
Le Goff, Jacques. “La Baja Edad Media”. 2002. Siglo XX de España. Madrid.
Martín, Julio. “Identifican el microrganismo que originó la Peste Bubónica”. 2011. La aventura de la Historia, Arlanza Ediciones. Madrid.
Monteano, Peio J. “La ira de Dios. Los navarros en la Era de la Peste (1348-1723)”. 2002. Pamiela. Pamplona.
Murray Fagan, Brian. “La pequeña Edad del Hielo: cómo el clima afectó a la historia de Europa (1300-1850)”. 2008. Gedisa. Barcelona.
Ole, Benedictow. “La Peste Negra (1346-1353)”. 2011. La historia completa, Akal. Madrid.
Sebastián Amarilla, José Antonio. “Historia económica mundial”. 2005. Crítica.
Solar , David. “Tamerlán Azote de Dios”. La aventura de la Historia. 2001. Arlanza Ediciones. Madrid.
Twigg, Graham. “The Black Death: A Biological Reappraisal”. 1985. Schocken Books. Nueva York.
Wu, Lien- Té. “Plague: A Manual for Medical and Public Health Matters”. 1936. Weishengshu National Quarantine Service. Shanghai.

El siglo XXI cumple 40 años: por qué todo lo que ocurre hoy tiene su origen en 1979.

15463589079384

Autor: Pablo Pardo.

Fuente: El Mundo, 02/01/2019

«Periodo de cien años». Así es como define la palabra «siglo» el Diccionario de la Academia. Pero, en Historia, un siglo no siempre dura lo mismo. Hay siglos de más de cien años. Y siglos de menos.

Por ejemplo, el siglo XX fue, políticamente, muy corto. Para muchos, fue desde el principio (en 1914) o el final (en 1918) de la Primera Guerra Mundial, hasta la caída del Muro de Berlín (en 1989) o la desintegración de la Unión Soviética (en 1991). O sea, entre 71 y 77 años. Todo lo anterior a esas fechas pertenece al siglo XIX. Todo lo posterior, al XXI.

La Primera Guerra Mundial liquidó el orden político del XIX al acabar con «cinco emperadores, ocho reyes y dieciocho dinastías menores», según enumera con precisión notarial el marqués de Salvatierra, Rafael Atienza, en su ensayo Heredar el Mérito, que fue su discurso de ingreso en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Y la caída del Muro y el colapso de la URSS -nacida, precisamente, durante la Primera Guerra Mundial- concluyó la Guerra Fría y, con ella, con el terror al Holocausto nuclear.

Pero el siglo XXI político podría haber nacido diez años antes, en 1979. Y, durante una década, habría coexistido con el XX. Entre 1979 y 1989 el mundo vivió uno de los periodos más intensos de la Guerra Fría. Y, al mismo tiempo, las líneas de fractura que marcan la política mundial de hoy ya habían aparecido. Los 7.700 millones de seres humanos que poblamos la Tierra vivimos a la sombra de lo que pasó en 1979. Y eso también se aplica a los 2.400 millones de personas que aún no habían nacido.

Prácticamente todas las noticias internacionales de los últimos seis meses tienen su origen directo en acontecimientos que se produjeron en ese año: la retirada unilateral de EEUU de Siria y Afganistán, la negociación del Brexit, los disturbios de loschalecos amarillos en Francia, la guerra comercial entre EEUU y China, el asesinato y descuartizamiento en el consulado de Arabia Saudí en Estambul del periodista Jamal Khashoggi, y el bloqueo de las exportaciones de petróleo de Donald Trump a Irán.

La razón es que ese año explotó el islam militante (y terrorista) suní y la Revolución islámica chií. En EEUU surgió la coalición cristiana que forma el núcleo duro de apoyo a Trump, y en Gran Bretaña se sembraron las semillas de la desconfianza de ese país hacia lo que representa la Unión Europea. Brotó el neoliberalismo y, con él, la idea de que el individuo es más importante que la colectividad y que la estabilidad macroeconómica -es decir, una inflación baja- es prioritaria, aunque el precio que haya que pagar para lograrla sea paro, salarios bajos, o precariedad laboral. China se dio a conocer como una potencia política y militar y abandonó el comunismo en favor del capitalismo de Estado en el que el Gobierno decide quién gana y quién pierde en un sistema teóricamente de libre mercado que cada día gana adeptos en todo el mundo. Todo en un año.

La idea de1979 como fecha clave no es nueva. El historiador conservador Niall Ferguson ya la ha planteado. Y el jefe de la sección de Opinión del diario The Washington PostChristian Caryl, le dedicó en 2014 un libro, Strange Rebels: 1979 and the Birth of the 21st Century (Extraños Rebeldes: 1979 y el Nacimiento del Siglo XXI). Como explicó Caryl entonces a Public Radio International, 1979 fue «un punto de inflexión» que marcó el inicio «de una era conservadora».

Lo que sigue es un repaso de cómo, 40 años después, seguimos atascados en los conflictos de aquel año. Porque 1979 no fue un año en el que se produjera una ruptura clara o se creara un orden nuevo. Al contrario. Fue un año en el que se abrieron unas crisis que, tras cuatro décadas, siguen tan lejos de ser solucionadas como lo eran entonces.

IRÁN

En febrero una coalición liderada por el ayatolá Jomeiní derroca a la monarquía de ese país. En abril se proclama la República Islámica, a medida que los fundamentalistas van imponiéndose a sangre y fuego a sus antiguos socios. En noviembre, un grupo de seguidores de Jomeiní viola la inmunidad de la embajada de EEUU en Teherán y secuestra a 52 diplomáticos de ese país durante 14 meses.

Desde entonces, ambos países están en una guerra fría (y, a veces, caliente, como en 1987 y 1988), mientras Irán expande su revolución y entra en un estado de guerra no declarada contra las dos grandes potencias de la región, Israel y Arabia Saudí. Las guerras de Siria, Yemen, y Afganistán son, totalmente o en parte, consecuencia de esa Revolución. También lo es la decisión de Trump de reinstaurar las sanciones a la exportación de petróleo de Irán en noviembre.

ARABIA SAUDÍ

Casi olvidado, pero tan importante como la Revolución iraní, es lo que pasa en la Gran Mezquita de La Meca, en noviembre y diciembre, cuando 200 integristas la toman al asalto y empiezan a emitir mensajes diciendo que la familia real saudí es «una panda de borrachos, obsesos sexuales y adictos al juego que ha pervertido el islam», según recuerda el entonces corresponsal del New York Times en Líbano y hoy columnista, Thomas Friedman.

La crisis sólo se resuelve cuando Francia envía a Arabia Saudí un grupo de Fuerzas Especiales que son convertidas a toda prisa al islam -«estoy seguro de que se desconvirtieron inmediatamente», explica Friedman- para liquidar a los integristas. Pero las consecuencias duran hoy. «El régimen saudí, que ya había sido desafiado desde fuera por la recién creada República Islámica de Irán, pasa a serlo también desde dentro con la toma de la Mezquita. Así que Riad pacta con los clérigos radicales. Les dicen: «Vosotros bendecís nuestro poder político, y nosotros bendecimos vuestro poder espiritual, y cada uno tiene vía libre para hacer lo que quiera», concluye el periodista.

Según Friedman, hay un segundo trato: «Washington les dijo a los árabes: ‘Seguid bombeando petróleo y, sobre todo, no molestéis a los judíos. Si cumplís esa parte del trato, a cambio podéis hacer lo que os dé la gana: tratad a vuestras mujeres como queráis, mandad a radicales a combatir a donde sea…’». Para el periodista, «es un acuerdo que hoy, casi 40 años después, goza de una excelente salud. Y eso es muy deprimente».

AFGANISTÁN

En diciembre, la Unión Soviética invade ese país. Lo que sigue es una de las guerras más salvajes y olvidadas del siglo XX. Y el primer experimento saudí de expansión de su modelo de islam político. Los voluntarios y el dinero de ese país transforman a la resistencia antisoviética, que pasa de ser tribal y tradicionalista a integrista. En 1996, los aliados de Riad, los talibán, toman el poder en Kabul. Pronto se une a ellos un saudí millonario llamado Osama bin Laden. Cuatro décadas después de la invasión soviética de Afganistán, EEUU y sus aliados siguen combatiendo a los talibán y a Al Qaeda que, ahora, se ha metamorfoseado en un grupo mucho más radical que ha aterrorizado al mundo tanto o más que su predecesor: el Estado Islámico.

GRAN BRETAÑA

Fue sólo por un voto: 311 contra 310. Ése es, el 28 de marzo, el margen de victoria de la moción de censura contra el entonces primer ministro británico, James Callaghan, que tiene que convocar elecciones anticipadas. El resto es historia. Margaret Thatchergana, y en los siguientes 11 años pone en práctica un ideario cada vez más orientado hacia el liberalismo clásico. Los sindicatos que controlan el Partido Laborista serán pulverizados. Las empresas públicas, privatizadas.

Gran Bretaña no sólo es el lugar de origen, en el siglo XVIII, del capitalismo moderno; también se convierte, tras la Segunda Guerra Mundial, en el creador del estado del bienestar que protege a los ciudadanos «de la cuna a la tumba». Ahora, el Gobierno de ese país se está planteando desmontar, al menos en parte, ese sistema de protección social.

Thatcher, además, reforzará el nacionalismo británico en contraposición al superestado representado por la Comunidad Económica Europea del que saldrá la UE actual. Para ello, contrapondrá el capitalismo anglosajón, más liberal y abierto a la globalización (un término que había sido creado en la década de los años treinta), al capitalismo renano, de Alemania y Francia, que da un papel más grande al Estado. La semilla del Brexit, y también del neoliberalismo y del debate sobre la apertura de las economías a la competencia mundial, queda, así, sembrada. El 13 de noviembre, en Nueva York, el ex gobernador de California Ronald Reagan pronuncia cinco palabras: «Voy a presentarme a presidente». La revolución de Thatcher ha cruzado el Atlántico.

EEUU

La presentación de la candidatura de Reagan puede parecer lo más duradero de 1979 en la primera potencia mundial. Pero no lo es. Más relevancia tendrá la fundación, en junio, de la Mayoría Moral, una coalición de los cristianos evangélicos de ese país con un ideario claro: rechazo al aborto, a la homosexualidad y al comunismo, y defensa del patriotismo, de los valores tradicionales y del Estado de Israel. Su propio nombre es una declaración de principios, porque alude a la «Mayoría Silenciosa» de la que había hablado una y otra vez el presidente Richard Nixon a partir de 1969 para referirse a los votantes conservadores que, en teoría, no se encontraban representados por ningún partido, medio de comunicación, ni movimiento cultural establecido.

La Mayoría Moral sólo dura nueve años. Pero su impacto sigue en 2019. Desde 1979, cinco de los seis presidentes que ha habido en EEUU -la excepción es Barack Obama– han tenido que cortejar el voto evangélico para llegar a la Casa Blanca. Una de las primera figuras públicas de relevancia que apoyó a Donald Trump en la campaña de 2016 fue el reverendo evangélico Jerry Falwell, rector de la Universidad de la Libertad… e hijo del reverendo evangélico Jerry Falwell, el fundador de la Mayoría Moral.

El impacto político de los evangélicos no se circunscribe a EEUU. En 2016, el entonces congresista brasileño Jair Bolsonaro escenifica, pese a su declarada fe católica, una ceremonia de bautismo por inmersión típicamente evangélica en el río Jordán, en Israel. El 1 de enero de 2019, Bolsonaro se convierte en presidente de Brasil con el apoyo masivo de, entre otros, los evangélicos de su país.

CHINA

La China que hoy conocemos se forja en 1979. Por un lado, la China agresiva, que coacciona a sus vecinos y tiene ambiciones neocoloniales, da una muestra de esa nueva confianza en sí misma al invadir Vietnam en enero de 1979.

Es, en teoría, una disputa entre el comunismo soviético -representado por Vietnam, que ha invadido Camboya- y el chino -seguido por los Jemeres Rojos camboyanos-. Pero en realidad es el intento de Pekín de reafirmar que su esfera de influencia en Asia es intocable. Un intento que fracasará, porque Vietnam, igual que antes con Francia y con EEUU, derrota a China, que en marzo se retira del país, aunque los choques fronterizos seguirán una década.

Claro que la lucha ideológica entre las dos formas de comunismo -la soviética y la china- es sólo una excusa. Entre otras cosas, porque China ha decidido dejar de ser comunista. En 1979, las grandes empresas estatales del país son autorizadas por Pekín a producir por encima de la cuota fijada por el Gobierno, y a vender tanto a precios fijados por el Estado como por el mercado. Marx y Mao quedan para los museos. El país más poblado del mundo inicia su andadura hacia un capitalismo supervisado por un Gobierno que se autoproclama comunista.

Éstos son los cambios más dramáticos que se produjeron en 1979 y que en 2019 seguirán marcando la actualidad del mundo. Un mundo que, en realidad, nació hace 40 años.

La Primera Guerra Mundial: Todo lo que necesitas saber.

Autor: Luis Martín Millán. 08/09/2018

Fuente: geopolitico.es

El ser humano es la criatura más inteligente del planeta tierra, y por eso su nombre científico es Homo Sapiens, pero, a pesar de esto, en la historia de la humanidad han existido desacuerdos y peleas que han llevado estas diferencias al siguiente nivel, llegando así al punto de matar con el propósito de cumplir su cometido. Una de las guerras más significativas de la historia fue La Primera Guerra Mundial que para su momento fue la más grande conocida y existente, que no solo dejo una historia que contar sino también una huella en el continente europeo y en el resto del mundo. Pero surgen muchas preguntas sobre esta guerra, sobre las razones por las cuales estalló, cuantas vidas se perdieron o quien gano finalmente esta sangrienta batalla. Aquí encontrarás respuesta tanto a estas como a otras preguntas sobre este amargo episodio de la historia mundial, ¡La Primera Guerra Mundial!

La Primera Guerra Mundial

Se le llamó Primera Guerra Mundial cuando surgió la Segunda Guerra Mundial, pero, cuando estalló solo se le conocía como La Gran Guerra o La Guerra Mundial, y fue básicamente una confrontación bélica ocurrida principalmente en el continente europeo, su duración fue de un poco más de cuatro años, desde el 28 de Julio de 1914 hasta el 11 de Noviembre de 1918 cuando Alemania se sujetó a las condiciones y términos del Armisticio.

El numero de muertes cobradas por la Primera Guerra Mundial no se sabe con exactitud, lo que los registros arrojan es que mas de nueve millones de combatientes y al menos siete millones de civiles perdieron la vida, lo que representa según la cantidad de personas en el mundo en aquel momento, que el 1% de la población mundial perdió la vida debido a la guerra, una cifra que resulta absurdamente elevada dada la sofisticación tecnológica e industrial de los beligerantes.

Por esta razón la Primera Guerra Mundial es considerada como el quinto conflicto más mortífero que ha experimentado el mundo en la historia de la humanidad.

Protagonistas de la Primera Mundial

Muchas de las naciones envueltas en la Gran Guerra, también forman parte hoy día de Europa, esto no significa que es algo que los enorgullece, pero sin duda alguna, si es algo que ha quedado plasmado para la historia internacional. Algo que caracterizaba la guerra eran las alianzas existentes entre naciones y una de ellas era la “Triple Alianza” que era conformado principalmente por las potencias centrales, es decir: El Imperio Alemán como principal protagonista, y así también junto con Alemania, Austria-Hungría. Por otro lado, el papel de Italia, figuraba sumándose a la Triple Alianza junto a Alemania, Austria y Hungría, pero la nación dio un giro inesperado al no se unirse a las potencias centrales, dando como razón que Austria, violando los términos pactados, fue la nación agresora que desencadeno el conflicto.

Por otro lado, se encontraba otra alianza de igual manera compuesta por tres naciones, a tal alianza se le llama La Triple Entente que era básicamente compuesta por El Reino Unido, Francia y también El Imperio Ruso.

Por supuesto estas alianzas experimentaron cambios y terminaron creciendo con la integración de otras naciones a las ya establecidas alianzas, sea a uno u otro de los bandos según como fuera evolucionando La Gran Guerra, como fue el caso por ejemplo de la Triple Entente a la cual se le juntaron El Imperio del Japón, los Estados Unidos y curiosamente después de haber formado parte de la Triple Alianza, Italia terminó sumándose a la Triple Entente.

No obstante, El Imperio Otomano El Reino de Bulgaria tiempo después de haberse desarrollado la guerra, se sumaron a la Triple Alianza, compuesta por las potencias centrales. La cuenta de los participantes en la guerra era más de 70 millones de combatientes, y al menos unos 60 millones eran militares provenientes de Europa, que se movilizaron y pasaron a ser protagonistas activos del conflicto mas grande de la historia.

El Inicio de La Primera Guerra Mundial

Cuando los austrohúngaros el 28 de Julio comenzaron los actos ofensivos al intentar invadir Serbia. A su vez Rusia estaba movilizándose cuando Alemania invadió Bélgica, que por su parte había tomado la decisión de declararse neutral, y Luxemburgo en vía a Francia.

Este primer acto hostil invadido sobre la soberanía belga, llevo al Reino Unido a tomar cartas en el asunto declarando la guerra a Alemania. Aunque la Gran Guerra o Guerra Mundial se desarrolló en múltiples locaciones terrestres y marítimas dentro y fuera del territorio europeo, uno de los más importantes y concurridos de ellos fue el Frente Occidental en el cual parte de los alemanes se encontraban detenidos por las autoridades francesas a 120 kilómetros de la capital París, luego de haber intentado tomar parte del país para transportar libremente su armamento balístico; comenzando de esta manera una guerra de desgaste en las cuales las líneas de trincheras, las cuales servían como protección y resguardo para los combatientes, fueran siquiera modificadas hasta el año 1917.

Por otro lado, en el Frente Oriental, el ejército de Rusia consiguió algunas victorias frente a los astro-húngaros, pero prontamente estos fueron detenidos por el ejercito de Alemania en su esfuerzo por apoderarse de Prusia Oriental. El Imperio Otomano se unió a la guerra en noviembre de 1914, lo que tuvo como consecuencia la apertura de diversos frentes en el Cáucaso, Mesopotamia y el Sinaí. Al año siguiente Italia y Bulgaria se sumaron al conflicto, luego en 1916 se anexo Rumania y un año más tarde en 1917 los Estados Unidos, como ultimo participante del atroz conflicto.

Una característica que hizo destacar a esta guerra o conflicto de todas las demás fue la implementación de armas químicas, su empleo o utilización fue masivo a pesar de estar prohibido en las conferencias de la Haya de 1899 y 1907. Durante la Gran Guerra fue utilizado una amplia gama de gases, entre los cuales podríamos mencionar el Cloro, gas Mostaza, y el Fosgeno; mientras que se iban implementando el uso ilegal de estas armas en la guerra, también se fueron creando junto con ellas contramedidas eficaces, como las mascaras de gas, lo cual hizo que se redujera el peligro y no solo eso, también obtuvieron beneficios de usarlos ya que solo una mínima parte de las victimas heridas mortalmente fueron por causa de tales agentes químicos, aproximadamente tan solo un 3% de las muertes durante la guerra.

El desenlace de la Guerra Mundial

La Gran Guerra la Guerra Mundial tuvo un periodo que se pudiera llamar estancamiento, en la cual solo se produjeron muertes, pero ningún avance significativo para los propósitos de ninguna de las dos alianzas. No fue sino hasta marzo de 1917 cuando comenzó el desenlace de la Gran Guerra, cuando cae el gobierno ruso tras la Revolución de Febrero, así como también la firma de un tratado o acuerdo de paz, pacto hecho entre la Rusia Revolucionaria y las Potencias Centrales luego de la Revolución de Octubre, en marzo de 1918.

En noviembre de 1918 fue solicitado un armisticio por parte del imperio astro-húngaro. Por todo el frente occidental Alemania demostró una gran ofensiva a comienzos de 1918, por lo cual los aliados hicieron retroceder a la línea alemana en una serie de victorias bélicas. Siguiendo este mismo marco de ideas, Alemania durante la Revolución, solicito de la misma manera un armisticio el 11 de noviembre de 1918, poniendo un punto final a la guerra con la victoria aliada.

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Uno de los efectos más evidentes a largo plazo de La Gran Guerra fue la gran ampliación de los poderes y responsabilidades gubernamentales en Francia, Estados Unidos y Reino Unido, con el objetivo de aprovechar a cabalidad el potencial que tiene el país, con la formación de instituciones y ministerios nuevos. Se elaboraron nuevos impuestos y se promulgaron otras nuevas leyes, todas ellas pensadas para reforzar el esfuerzo bélico, algunas de las cuales siguen vigentes aun hasta nuestros días.

Estados Unidos desde el año 1919 exigió a Reino Unido la reintegración de los préstamos, que procedieron al menos en parte de las reparaciones de guerra alemanas, que de la misma manera podían pagar por préstamos de Estados Unidos a Alemania. Este sistema circular se destruyó en 1931 y los pagos pendientes cesaron de reintegrarse; razón por la cual, todavía para 1934, El Reino Unido seguía debiendo a EEUU 4400 millones de dólares, deuda que nunca ha sido saldada.

La Primera Guerra Mundial también produjo un desequilibrio en el número de habitantes por género, esto debido a la cantidad de hombres que se sumaron y murieron en el conflicto, dándose un número de mujeres mucho más alto que el de hombres. Casi un millón de hombres ingleses murieron durante La Gran Guerra, lo que hizo que aumentara la diferencia en número de género en esa nación de cerca de 670.000 a 1.700.000 mujeres más que de hombres.

La cantidad de mujeres solteras que buscaban independencia económica creció de manera impresionante, no obstante, la desmovilización y el declive económico de la posguerra trajo con ella altas tasas de desempleo, y a pesar que la guerra había aumentado el número de mujeres trabajadoras, el retorno a sus países de los soldados desmovilizados, muchos de ellos trabajadores antes de la contienda, y el cierre de muchas fábricas, provocaron un descenso en el empleo femenino.

 

La decepción de De Gaulle con Franco.

 

 

Francisco Franco, Máximo Cajal y Charles de Gaulle, en su encuentro en junio de 1970. EFE

Autor:  MARC BASSET

Fuente: El País, 03/07/20188.

El resumen de la reunión, la primera y única entre dos de los generales más célebres del siglo XX, fue breve pero elocuente. “Ah, pero si es un anciano”, contó el general De Gaulle después de ver a Francisco Franco en Madrid. Como si hubiera poco que contar, como si el diálogo entre ambos se hubiera parecido más a un intercambio superficial en una visita de cortesía que al cara entre dos figuras a la historia contemporánea. De Gaulle tenía 79 años; Franco, 77.

El abogado Gregorio Marañón, nieto del ilustre científico y humanista del mismo nombre, aún recuerda cada una de las palabras del estadista francés tras el encuentro de los dos estadistas. Él se encontraba ahí, junto a su padre, Gregorio Marañón Moya, y su tío, Tom Burns. Pasaron un buen rato hablando los cuatro. El lugar del encuentro fue el Cigarral, la finca de los Marañón en las afueras de Toledo. El día, el 8 de junio de 1970, después de haber comido en El Pardo De Gaulle y Franco. “A Franco le dedicó tres palabras”, dice Marañón.

Hacía un año que De Gaulle —el líder de la Francia libre contra la ocupación nazi, el fundador de la V República, el estadista que quiso devolverle la grandeur a su nación y cayó arrastrado por la onda expansiva del 68— había abandonado el poder. Franco —el sublevado que ganó la Guerra Civil con la ayuda por los nazis, el proscrito de lo que entonces no se llamaba comunidad internacional, que lo acabó tolerando por las necesidades de la Guerra Fría— llevaba más de tres décadas en el poder. De Gaulle había emprendido junto a su mujer y un ayudante un viaje privado por aquella España, mitificada por él, de Don Quijote y Carlos V. Y Franco no había desaprovechado la ocasión para agasajarlo, en la medida que el esquivo general lo permitió.

El encuentro es un episodio poco conocido en la biografía de ambos. Un libro recién publicado en Francia lo aborda e imagina qué ocurrió.

En Un déjeuner à Madrid (Un almuerzo en Madrid), el periodista Claude Sérillon, conocido presentador de telediarios y asesor durante un tiempodel presidente François Hollande, especula con qué pudo pasar aquel mediodía en el Pardo, la residencia del dictador.

“Estos dos personajes de la Historia, en campos opuestos, personalidades con parecidos y diferencias, ¿qué pudieron decirse? Mi libertad de novelista era hacer esto”, dice Sérillon. “Es posible que se conformasen con lugares comunes, y charlasen sin más, pero quise imaginar, un poco como en una obra de teatro, que en confrontación fueron un poco más allá”. Y añade: “En la voluntad del general de ir a ver a Franco, había el deseo de ver la cara a su enemigo pero también de medirse a otro personaje de la historia”.

El debate es si la conversación fue un cúmulo de banalidades protocolarias o si llegaron a tratar cuestiones sustanciales. Marañón, que escuchó a De Gaulle resumir la reunión con el escueto “…pero si es un anciano”, cree que la frase es reveladora. “Él fue a ver a este militar ilustre, y se encontró a un anciano decrépito que no hablaba”, dice Marañón, que entonces tenía 28 años.

Como en los buenos misterios, hay un tercer hombre en el duelo entre Franco y De Gaulle. Y es quien aporta la solución: no hacía falta fabular para conocer detalles de la reunión.

El tercer hombre es Máximo Cajal (1935-2014), entonces un joven diplomático, que estuvo presente. Cajal contó el episodio en sus memorias, Sueños y pesadillas. Memorias de un diplomático (Tusquets, 2010), fuente que Sérillon no tiene en cuenta. Allí explica que el ministro de Exteriores, Gregorio López Bravo, le encargó una doble misión: hacer de intérprete y tomar notas. Recuerda que, ya en la reunión, cuando De Gaulle le vio apuntando, le “fulminó con la mirada”.

Franco, escribe Cajal, tenía la “voz débil y fatigada, difícilmente audible”. Hablaba poco: parecía impresionado. El francés le dijo a Cajal: “Él es el general Franco, es mucho; yo era el general De Gaulle, era suficiente”. Y añadió: “Pero era otra época”.

De Gaulle, el enemigo de Hitler y el liberador de Francia, declaró su admiración por Franco, al haber «sabido mantener a España al margen de conflictos internacionales, de tal forma que sobre todo había primado el interés de su país”. Coincidieron en otros puntos. “Yo he debilitado mucho a los partidos políticos, pero no los he destruido”, dijo De Gaulle. “Sucede que en un Estado de opinión los partidos políticos existen, pero pugnan por debilitar al país; luchan contra su unidad”, corroboró Franco.

La conversación duró 45 minutos. Después De Gaulle y Franco fueron a almorzar. Por la tarde, los De Gaulle viajaron a Toledo. El expresidente francés rechazó dormir en Madrid invitado por Franco, y la embajada francesa hizo las gestiones necesarias para que se hospedasen en una residencia privada, escribe Gregorio Marañón en su libro Memorias del Cigarral (Taurus, 2015).

Vista la altura de De Gaulle, 1,96 metros, tuvieron que traer una cama del Parador de Toledo, porque no cabía en las del Cigarral, recuerda Marañón. La impresión no se le ha borrado. “Es la sensación de estar hablando de un personaje de dimensiones históricas que era consciente de ello. En el gesto, en la mirada, en la palabra”, dice.

De Gaulle murió seis meses después —cinco años antes que Franco— sin poder realizar su otro gran sueño, además de viajar a España: conocer China.

MALRAUX Y MAURIAC LO VIVIERON COMO UNA OFENSA

La vista del general Charles De Gaulle a Franco en junio de 1970 decepcionó a dos de los intelectuales más próximos, André Malraux y François Mauriac. Malraux, que combatió contra Franco en la Guerra Civil y fue ministro de Cultura del general, declaró a Jean Lacouture, biógrafo de De Gaulle, que si De Gaulle hubiese visitado al dictador español siendo aún presidente de Francia, él hubiera dimitido. Mauriac escribió: “Me dejó helado. Lo sufrí como una ofensa”.

Para De Gaulle, retirado del poder, el viaje a España fue un ejercicio de ambigüedad. Así explicó la conversación de El Pardo al periodista Michel Droit: “Debí de decirle algo así como: ‘A fin de cuentas, usted ha sido positivo para España’. Y usted sabe bien lo que este ‘a fin de cuentas’ sobreentendía…”. Y añadió: “Pues sí, positivo, pese a todas las represiones, todos los crímenes. Stalin también los cometió, e incluso mucho más…”.

Lacouture cuenta en la biografía esta y otras anécdotas sobre un viaje y una reunión que fueron quizá el último acto político de un gigante del siglo XX. Con su esposa, Yvonne, visitaron Santiago de Compostela, Ávila, Madrid, Toledo, Jaén, Córdoba… Jean Mauriac, periodista de la agencia France Presse (e hijo de François Mauriac) que cubrió la visita, escribió: “Al general le gustó, en España, la rudeza del clima, la austeridad de los sitios, el aislamiento de los pueblos que, en el curso de los siglos, determinaron el carácter nacional”.

El Imperialismo.

ce785-imperialismo

Autor: Rafael Rodríguez Fernández.

Fuente: http://kappostorias.blogspot.com.es/2011/12/el-imperialismo.html

El término “imperialismo” comenzó a utilizarse a finales del siglo XIX para referirse a la expansión de las potencias europeas por el mundo, especialmente a partir de 1870, fecha en que comienza la Segunda Revolución Industrial. En 1916 Lenin publicó un libro titulado El imperialismo, fase superior del capitalismo en el que afirmaba que el imperialismo era una consecuencia lógica del capitalismo.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=Vyp6PcxLHWk]

En cuanto a los rasgos del imperialismo, destacan: la aparición de monopolios con un papel decisivo en la vida económica, el desarrollo del capitalismo financiero que supuso una unión entre la banca y la industria para buscar nuevos lugares de inversión, el impulso del comercio internacional de capitales frente al comercio de mercancías, la formación de cárteles y el reparto del territorio entre las grandes potencias capitalistas.

Factores que explican la aparición del imperialismo:

– Económicos: Los países europeos necesitaban materias primas, que buscaron en otros territorios del mundo, especialmente en África. De este modo, se repartieron gran parte de África de manera excluyente. Por otro lado, las potencias europeas buscaban nuevos mercados que les permitieran vender los productos que fabrica la metrópoli. El desarrollo del capitalismo financiero conllevó la búsqueda de nuevas salidas a las cantidades ingentes de capital obtenido durante la Segunda Revolución Industrial.

– Demográficos: El aumento de la población provocó una fuerte corriente migratoria de Europa a otros continentes. A pesar de no ser un factor determinante del imperialismo sí permite justificar la expansión colonial.

– Políticos: Razones de prestigio: Los países más importantes y poderosos eran aquellos que poseían más territorios. Por ello, España en el siglo XIX era un país empobrecido y débil, ya que tenía pocas colonias. Sin embargo, Alemania era un país fuerte y en expansión con un gran imperio colonial.

Razones estratégicas: Los países buscan territorios o enclaves geoestratégicos, lugares para el desarrollo de mercados o la explotación de materias primas, como Gibraltar, China o la India, para el Reino Unido,

Deseo de paz social: Las potencias europeas pretenden desviar la opinión pública de problemas graves, para centrarse en otros acontecimientos beneficiosos para el país: victorias, colonización de nuevos territorios, así, se evita el descontento de la sociedad y se previenen posibles sublevaciones.

– Ideología: El imperialismo se ve impulsado por el desarrollo del nacionalismo, un sentimiento que provoca la justificación de que una nación es superior a las otras y tiene más derecho a ocupar territorios. Además, el Romanticismo favorece un cambio de mentalidad y promueve la conquista de tierras exóticas y el contacto con nuevas culturas. Aparecieron grupos de presión vinculados a grandes intereses económicos que presionaron a los países para conseguir la ocupación de nuevos territorios. Por otra parte, grupos de misioneros se encargaron de evangelizar a los indígenas con el objetivo de salvarles. Por último, se defiende la superioridad de la raza blanca: Joseph Chamberlain sostiene la clara superioridad de la raza británica con derecho y deber de civilizar a las razas inferiores.

REPARTO DE ÁFRICA:

Hasta 1880, la presencia europea en África era mínima ya que se desconocía gran parte del continente. La conquista de África comenzó a partir de 1885: los países europeos se repartirían todos los territorios africanos, a excepción de dos países: Etiopía y Liberia. Entre 1884 y 1885 se celebró una Conferencia en Berlín convocada por Bismarck para tratar el problema del Congo.


Se pretendía decidir cómo repartir África sin dar lugar a una guerra. En esta Conferencia se toman una serie de decisiones importantes:

– El reparto de una serie de áreas de influencia, a partir de los paralelos y los meridianos, desde la costa hacia el interior. Se trata de una expansión condicional, ya que no es posible debido a que se cruzan las áreas de influencia de los distintos países.

– La primera nación que llegase a un territorio tenía derecho a colonizarlo. Se produjo una carrera por el reparto de África entre los países europeos.

El país con más territorios era Francia, ya que poseía el Sahara (territorio muy extenso pero poco productivo). Los países más beneficiados fueron el Reino Unido y Alemania puesto que poseían territorios estratégicos.

NORTE DE ÁFRICA:

El Norte de África era, en su mayoría, un territorio de dominio francés: Argelia (1830), Túnez (1881)

El lugar estratégico del Reino Unido era el Canal de Suez en Egipto (1885). Italia también poseía una zona estratégica: Libia (1912). Los franceses no consiguieron atravesar el eje este-oeste de colonización de áfrica ya que el Reino Unido ocupaba Egipto. En 1898 Francia y Reino Unido estuvieron a punto de llegar a la guerra por el incidente de Fachoda. El conflicto se solucionó vía diplomática: los franceses se retiraron y reconocieron el dominio británico de Egipto y Sudán a cambio de libertad de acción en Marruecos, posteriormente repartida con España (Algeciras 1906)

SUR DE ÁFRICA (África Subsahariana o África Negra):

Bélgica ocupó el Congo como una propiedad personal del rey Leopoldo. Los británicos poseían Sudáfrica, desde las guerras napoleónicas y después de dos guerras con los Boer, o Nigeria. Los portugueses dominaban Angola y Mozambique, Alemania ocupó Camerún, Namibia y Tanzania, mientras Francia dominaba la denominada Africa Ecuatorial Francesa (República del Congo, Chad y Gabón)

Ningún país logró completar ninguno de sus ejes: ni los franceses (eje este-oeste al Norte de África) ni los británicos (eje sur-norte: desde Sudáfrica hasta Egipto). Dos países permanecieron libres: Liberia (territorio creado por EE.UU. entre 1822 y 1847) y Etiopía, imperio cristiano que derrotó a los italianos en Adua en 1898).

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=CQRGuiS7tns]

ASIA:

En Asia se reparten algunos territorios pero no el continente entero.


China: Era un gran territorio y los países no se ponían de acuerdo sobre cómo dividirlo. Tras dos guerras denominadas del opio, los británicos se hicieron con Hong Kong. Posteriormente las potencias se repartieron áreas de influencia pero China nunca fue completamente colonizada por los europeos. En 1900 tuvo lugar la “Revolución de los Boxer”: se trata de una revolución popular de nacionalistas chinos para atacar a los europeos, que fue tolerada por el gobierno chino.

Japón: Surgió como una potencia económica mundial tras derrotar a los chinos y a los rusos en las respectivas guerras. En 1895 los japoneses se hicieron con Corea, tras la Primera Guerra Chino-Japonesa Entre 1904 y 1905 tuvo lugar la guerra ruso-japonesa.

Cómo quedó repartida Asia de Oeste a Este:

– Imperio Otomano: Los Balcanes, la actual Turquía, las actuales naciones de Israel, Jordania, Libano, Siria, Kuwait y parte de la península de Arabia.
– Irán: país muy grande e importante. No fue colonizado aunque existían áreas de influencia de británicos y rusos.
– Afganistán: No pertenecía a ningún país aunque poseía áreas de influencia. (Tanto Irán como Afganistán pueden considerarse estados tapón).
– India: es uno de los principales países de Asia. Pertenecía a los británicos, que no querían tener frontera con territorios de otros países (Irán, Afganistán, Tíbet y Tailandia rodeaban a la India y eran países independientes).
– Indochina era un territorio francés.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=yukTAq4Enso]

CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO

– Economía dual: (dos economías): la economía europea era capitalista mientras que la de los países colonizados era de subsistencia.

– Demografía: Los europeos sanaron a los indígenas para que vivieran más. Como consecuencia, aumentó la población, que no podía sobrevivir con los recursos insuficientes del país. Los europeos se beneficiaron de la superpoblación salvaje, utilizándola como mano de obra. Se evoluciona de un ciclo de población antiguo (muchos nacimientos y muchas defunciones) a uno más moderno (muchos nacimientos y pocas defunciones).

– Cambios en la estructura social: La sociedad se divide en blancos europeos (raza superior), clases altas (ejemplo: Marajá), burguesía (comerciantes o funcionarios indígenas) y sociedad indígena.

– Aculturación: Los países se ven influidos por dos culturas. Aparecen grupos de “mestizos” que comparten ambas culturas: la tradicional y la europea. Se desarrollan zonas de mestizaje cultural.

Filmografía:

Amanecer Zulú
El Hombre que pudo reinar
La Guerra del opio
Kartum
Las cuatro plumas
55 días en Pekín

Textos:

Conferencia de Berlín 1885 
Discurso de Jules Ferry ante la Cámara, París. 1885.

Bibliografía:

Lenin El Imperialismo fase superior del capitalismo

100 años de un Estado que no existe.

Los primeros ministros de República Checa y Eslovaquía, Andrej Babis y Peter Pellegrini, respectivamente, se reúnen en Praga. (Michal Cizek/AFP/Getty Images)

Fuente: esglobal.org, 17/04/2018

Autora: Vera Zatopkova

¿Qué queda de la identidad checoslovaca con la celebración de su centenario?

El comienzo del año 2018 despertó muchas emociones entre los checos. No solo por entrar en el territorio simbólico de los años que terminan en 8, periodos marcados en la memoria colectiva del país centroeuropeo con demasiados significados históricos… También por la reelección del presidente euroescéptico Miloš Zeman, que una vez más dividió al país en dos y lo va a seguir haciendo durante todo su segundo mandato como ya demostró en su discurso inaugural el pasado 8 de marzo. Con sus palabras atacó, públicamente, a la prensa libre y la televisión pública. Para empezar.

No hay mejor momento para la autorreflexión sobre la identidad de una nación como un centenario. En este caso, se conmemora la creación de Checoslovaquia, por tanto, hablamos del aniversario de un Estado que no existe. Aunque parezca kafkiano, tiene mucha coherencia. La primera república (1918-1938) fue una época de entusiasmo, desarrollo cultural y crecimiento económico surgida del magma del Imperio austrohúngaro. En ella se plasmó toda la riqueza multicultural bajo el liderazgo del filósofo y presidente Tomáš Garrigue Masaryk. Las fechas de 1918 y de la Revolución de terciopelo, en 1989, reflejan dos momentos sociales muy positivos. Fueron dos hitos cruciales que se convirtieron en gritos democráticos muy significativos. Más a lo largo de la historia de un país que parece un catálogo de traumas nacionales y destinos frustrados con sus reversos. Por ejemplo, cuando en 1938 se produjo la invasión del nazismo, en 1948, la dictadura comunista y, en 1968, la invasión soviética.

No sorprende que en el recién publicado sondeo del centro de encuestas públicas (CVVM) sobre la valoración de los momentos históricos más importantes tanto en Chequia como en Eslovaquia, lo que mejor se valore de toda la historia conjunta sea el establecimiento de Checoslovaquia en 1918. Para el 83% de los checos y el 68% de eslovacos fue el momento más importante y positivo. La Revolución de terciopelo ocupa el segundo lugar. Sin embargo, sólo para el 42% de checos y el 40% de eslovacos está bien vista y valorada la separación de Checoslovaquia en 1992. La entrada en la Unión Europea en 2004, además, resalta como un hecho muy positivo e importante solo para el 44% de checos – dato muy bajo- frente al 53% de eslovacos.

El entusiasmo europeísta más bajo que en Eslovaquia muestra la realidad actual de la República. Refleja la década de la política euroescéptica de los dos últimos presidentes desde 2003. Tanto de Václav Klaus como de Miloš Zeman, ambos arropados por políticos populistas que buscan siempre enemigos fuera del país. Populismo xenófobo, falta del consenso político y ausencia de visión de un proyecto para el país son los síntomas principales de la era posterior a Havel. No existe ni un liderazgo constructivo ni planes a largo plazo. El humanismo de los presidentes Havel y Masaryk ha desaparecido del mapa.

Para variar, Eslovaquia se declaró a finales de 2017 la única isla proeuropea en el contexto de sus vecinos, los miembros del grupo Visegrad. Pero, de pronto, los diez años del gobierno populista del primer ministro Fico terminaron en la crisis política más profunda ocurrida después de la muerte del periodista de investigación Ján Kuciak. Este destapó varios escándalos de corrupción y conexiones entre el primer ministro con el crimen organizado que llevaron a su dimisión después de protestas masivas en las calles. Crisis de liderazgo por toda la zona y un paralelismo entre Chequia y Eslovaquia: dimisión de gobiernos.

janpraga

Fin de dos sueños: 1938 y 1968

Para entender mejor las líneas populistas actuales, conviene analizar otra sombra histórica omnipresente que sigue alimentando el euroescepticismo y la xenofobia hasta hoy. Lo que en el país se conoce como “el trauma de Múnich”, aquel que terminó con el sueño de la Primera República en 1938. Fue un acuerdo firmado en la conferencia de dicha ciudad alemana en septiembre de ese mismo año, que cedió a Alemania la región checoslovaca de los Sudetes, de habla germana. El acuerdo se celebró entre el Gobierno de Hitler e Italia, Gran Bretaña y Francia. Checoslovaquia no tuvo permitido concurrir a la conferencia, lo que creó una idea permanente: “Sobre nosotros, sin nosotros”. Además, Hitler no tardó mucho en violar este pacto y devoró a todo el país seis meses después. Algo que dejó una cicatriz y que se activa dentro de la identidad checa a través de varias campañas políticas a lo largo de la historia moderna. Sin hablar de la expulsión de los alemanes: si en 1921 formaban un 30,6% del país, en 1950 representaban menos de un 1,8%. Las consecuencias de la guerra y los decretos de Beneš cambiaron la demografía de la sociedad checa para siempre. La multiculturalidad donde convivían alemanes, judíos y checos conformaba una esencia natural que transformó sin esa savia a la sociedad en un conglomerado hermético y sin mestizaje dentro de los muros de la dictadura comunista.

El trauma de Múnich sigue muy presente en la política nacional después de la Segunda Guerra Mundial. El mismo presidente Beneš declaró en 1944: “Nuestro pilar principal es Rusia. ¡Múnich no se va repetir nunca!”. El sueño de permanecer entre Rusia y Alemania –Oriente y Occidente-, sin pertenecer a ninguna parte construye una esencia muy fuerte para la identidad checa. Según los últimos sondeos del Centro de estudios empíricos (STEM), el 50% de la población checa prefiere mostrarse imparcial entre ambas zonas de influencia sin adscribirse a ningún bloque. Es una visión romántica -o más bien utópica- que se perpetúa como un hilo rojo en la historia del país desde el siglo XIX. Explica, perfectamente, la posición de Beneš en agosto 1945: “No volveremos a 1938 porque sabemos que la sociedad liberal es un anacronismo en la teoría y en su praxis”. Y tenía razón Beneš, aunque se refería a otra cosa: tardó mucho en volver el país al año 1938. Si en aquel año Checoslovaquia superaba el crecimiento económico de Bélgica, Italia y Austria, en 1956, ya rezagado, disminuyó en su productividad a 20 años atrás.

Además, la nueva ilusión de una sociedad liberal debía esperar hasta los 60. “Socialismo con cara humana”, el programa político de Alexander Dubček para la democratización y la reformas del “comunismo real”, fue un lema lanzado en enero 1968. Cristalizó en la esperanza de la Primavera de Praga. Pero terminó traumáticamente con la invasión del Ejército del Pacto de Varsovia, liderado por la Unión Soviética en la madrugada del 21 de agosto. Ocho meses después, 500.000 soldados, 6.300 tanques y 800 aviones de los 5 países formalizaron un gobierno de colaboradores domésticos y comenzó una época de duras persecuciones por parte de la policía secreta.

Más de 200.000 personas emigraron (o fueron obligadas a emigrar) después de 1968. Entre ellas, referencias culturales y voces importantes como el escritor Milan Kundera o el cineasta Miloš Forman. Mientras continuaba el éxodo del país, el Ejército ruso se instaló allí hasta 1991. Y pasaron aún 20 años antes de que el régimen comunista comenzara a desmoronarse en Europa del Este. En los años de la considerada “normalización”, después de 1968, las palabras perdieron su significado y el poder comunista introdujo su lenguaje, sus códigos de propaganda y su propia interpretación del pasado y el presente. Así siguen presentes algunos frutos envenenados de aquella era sin moral.

Una de las principales esencias de la relación de Chequia con la Unión Europea se forja a través de su relación con Alemania. A pesar de que hayan pasado casi 29 años desde la caída del comunismo, sigue siendo uno de los temas donde continúa presente la propaganda del antiguo bloque. Pero no solo, porque ya en el siglo XIX era popular un dicho despectivo: “Quien quiere tener buenas relaciones con Alemania es un sirviente de Berlín”. Tomáš Garrigue Masaryk tuvo que enfrentarse bastante a este prejuicio en su época. Fue la crítica principal que recibió. Recientemente, ha sucedido también. Ese recelo hundió las expectativas presidenciales de Karel Schwarzenberg, en 2013. Su rival de entonces, Zeman, sacó tajada del tema alemán. Esgrimió los decretos de Beneš como una alarma en plena campaña política y le desacreditó con otra mentira más sobre la colaboración con los nazis. Fue así como cambió el voto a su favor.

Con este clima político y una campaña antieuropea permanente por parte de los principales líderes políticos, no sorprende que el apoyo actual de la Unión Europea haya quedado en el punto más bajo de los Estados miembros. Todo esto, a pesar de que la economía crece (4,4%, en 2017) y el paro baja a mínimos históricos (3,7% en febrero 2018 versus 5,1% en febrero de 2017). Mientras en España no existen apenas reticencias y el 88% de su población se siente ciudadano de la Unión, según el último Eurobarómetro, en Chequia la cifra alcanza el 56%, frente al 75% de una Eslovaquia mucho más proeuropea.

Prohibido olvidar

Aunque la fecha exacta de la declaración de la fundación de Checoslovaquia cae en la segunda mitad del año 2018 –concretamente el 28 de octubre–, el Gobierno checo destinó 410 millones de coronas checas (16 millones euros) para las celebraciones desde principios de 2018, con una intensa agenda de los eventos.

El viceministro del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jakub Dürr resume a esglobal los principales impulsos del año conmemorativo: “Se trata de valores que queremos restablecer. Deseamos ser lo que éramos hace 100 años. Con todo respeto y dignidad conmemoramos la fecha del 1 de enero de 1993, cuando concluyó casi un siglo entero juntos y las dos naciones decidieron ir por su propio camino. La nación joven regresó no solamente a los principios del Estado del presidente Masaryk sino también a la tradición de San Venceslao, considerada como base de la estatalidad checa. Es decir, a principios que dan sentido auténtico a nuestra nación y forman la base de la identidad contemporánea”.

Hasta hoy día, a causa de la lobotomía comunista, cuesta reivindicar a esta región el legado de todo un siglo. Sobre todo la riqueza cultural que surgió del Imperio austrohúngaro y su mezcla de comunidades checa, alemana, judía y eslava que ha dado al mundo varios genios universales. Desde compositores como Janáček y Martinů, sin olvidarnos de Gustav Mahler, aunque muriera antes de la primera República, a escritores y pensadores como Sigmund Freud, Franz Kafka, Milan Kundera, Bohumil Hrabal, poetas de la altura de Holan y Seifert, pintores como František Kupka, Alfons Mucha, Emil Filla, Adolf Loos o cineastas reconocidos en todo el mundo como Miloš Forman… Sorprende la densidad de talento por metro cuadrado en los primeros estertores del siglo XX, hoy día cuesta encontrar ecos similares de aquella cosecha en un país sin visión ni memoria. Queda una buena base de gente muy trabajadora, dispuesta a aprender muy rápido todo lo que cruza la frontera y cuidar su patrimonio. Pero la grandeza multicultural es agua pasada y justo por eso viene bien reconstruir el mosaico de los acontecimientos y el legado de los últimos 100 años. Queda prohibido olvidar.