El contador de Auschwitz que confiesa los horrores del Holocausto.

Oskar Groening se unió a las SS y fue guardia y contable durante el régimen de Adol Hitler.

Fuente: BBC Mundo.

Sólo el tiempo persigue con más fiereza a los criminales nazis que la memoria del horror y los tribunales alemanes.

Más de 70 años han pasado ya desde que se liberaron los campos de la muerte del régimen de Adolf Hitler.

Y muchos de los responsables de lo que allí pasó han tenido como mejor abogado defensor la muerte, producida por la vejez que ellos negaron a millones de prisioneros. En su mayoría, judíos.

Por ello, el juicio de este martes a Oskar Groening, conocido como «el contador de Auschwitz», puede que sea uno de los últimos procesos de este tipo.

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Antiguo guardia de un campo de exterminio nazi, a sus 93 años de edad está acusado de al menos 300.000 cargos por cómplice de asesinato.

Su perfil es especial. Al contrario que otros muchos, Groening no se niega hablar de nada de lo que allí sucedió.

Groening era, presuntamente, el encargado de contabilizar los billetes confiscados a los prisioneros de Auschwitz.

Los fiscales de Lueneburg, en el norte de Alemania, también alegan que él escondía el equipaje de las víctimas para ocultar a los nuevos la suerte que iban a correr.

Groening llegó al campo de concentración de Auschwitz en 1942.
Groening llegó al campo de concentración de Auschwitz en 1942.

Horrores de Auschwitz

Groening, quien comenzó a trabajar en Auschwitz a la edad de 21 años, admite ser testigo del asesinato en masa de los judíos, pero niega que fuese «cómplice» de esa exterminación.

Él ha hablado públicamente sobre su papel en el campo. Este aspecto hace que este caso sea especialmente importante a ojos de observadores como el «cazador» de nazis Efraim Zuroff.

«Es la primera vez en la historia reciente en el que un acusado habla públicamente de los horrores de Auschwitz, algo que casi nunca se ha dado», declaró Zuroff al diario Wall Street Journal el año pasado.

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Groening nació en 1921 en la Baja Sajonia germana, y su madre murió cuando tenía cuatro años, informa la revista alemana Der Spiegel.

Su padre, un nacionalista orgulloso, se unió al grupo paramilitar Stahlhelm después de que la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial.

El enojo que sentía por el trato que recibió Alemania en el Tratado de Versalles sólo incrementó cuando su negocio de industria textil fue a la bancarrota en 1929.

El joven Groening se unió también a las juventudes de Stahlhelm en la década de 1930. Y después a las juventudes hitlerianas.

Relataría después sobre su participación en la quema de libros escritos por judíos y otras personas consideradas «degeneradas» que fue perpetrada por los nazis.

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Recursos digitales de la Biblioteca Pública de Nueva York.

La Biblioteca Pública de Nueva York ha liberado una gran cantidad de recursos audiovisuales que nos pueden ser muy útiles para las clases de Historia Contemporánea. Se trata de colecciones de mapas históricos, fotografías, ilustraciones, libros, vídeos, pósters, tarjetas postales, etc. que podemos descargar, editar y compartir libremente. Están clasificados por colecciones, lo que facilita la búsqueda del recurso que más útil nos pueda ser.

Una iniciativa impresionante.

Algunos ejemplos:

General-Karte von Aegypten und der Sinai Halbinsel mit Benutzung der handschriftlichen hydrographischen Aufnahmen des Nilthales von Linant de Bellefonds, bearbeitet und gezeichnet von H. Kiepert. (1849)
Africa as known to the Ancients; Before the Muhammadan Invasion. (1899)
Nouvelle carte de la Crimée & toute La Mer Noire dupuis bender jusqu à Azoff & pais Circonvoisins. (1733)
Down with capitalism – Long live the dictatorship of the proletariat, 1920.
Bogatei s popom briukhatym i s pomeshchikom boratym, iz-za gor izdaleka tashchut druzhno Kolchaka. (1919)
Die ersten Frühlingstage in Polen : Fischfang im Karpfenteich an der russisch-polnischen Grenze.

Histórico reconocimiento a las víctimas de la ‘Operación Bolero’ contra el exilio español

Parte del cementerio de Berlín donde están enterradas varias de las víctimas de la ‘Operación Bolero’. / Manuel Martorell

Autor: MANUEL MARTORELL.

Fuente: Cuarto poder, 2/04/2015.

Cuando me pidieron que diera una conferencia el 24 de marzo en el Instituto Cervantes de Berlín en homenaje a las hermanas Josefa y Elisa Úriz, no podía imaginarme que me toparía, de lleno, con la ‘Operación Bolero’, uno de los episodios más vergonzosos de la Guerra Fría desencadenado en 1950 contra el exilio republicano español de Francia. Así lo relataron testigos presenciales de aquellos hechos, tanto al final de la conferencia, como al inaugurar una exposición sobre la trayectoria vital de las dos hermanas, y en la recepción que en honor de aquellos exiliados organizó la Embajada de España en Alemania.

De acuerdo con el plan elaborado por el Gobierno del socialista René Pleven –también formaba parte del Consejo de Ministros el futuro presidente Francois Mitterrand–, cientos de cuadros comunistas, en su mayoría miembros de la Resistencia, fueron sacados de sus casas a las 5 de la madrugada del 7 de septiembre de ese año, algunos semidesnudos, maniatados, tratados como criminales y abandonados, sin comida, agua, documentación ni explicación alguna, en tierra de nadie junto a la Alemania Oriental; otros, fueron encarcelados y deportados en barco a Córcega o Argelia.

Formalmente la operación se denominaba con cierta ironía ‘Bolero-Paprika’: ‘Bolero’ para los españoles, que formaban el grueso de los deportados, y ‘Paprika’ (pimiento, pimentón) para los militantes del Este, que también los había. La justificación: el PCE y sus organizaciones se habían convertido en la ‘quinta columna’ de una hipotética invasión soviética de Europa, tal y como habían denunciado, en medio de una psicosis colectiva, periódicos tan serios como Le Monde o France-Soir.

Tras las redadas, la policía mostró como irrefutable prueba del delito los arsenales de armas, explosivos, multicopistas y radio-enlaces incautados en los registros sin que nadie explicara que todo aquel material procedía de la época de la Resistencia y estaba destinado a los ‘maquis’ que todavía seguían la guerra de guerrillas contra el régimen franquista.

Entre las pocas voces que tuvieron el valor de disentir, destacó la de Henri Groués, más conocido como Abat Pierres, sacerdote, fundador de los Traperos de Emaus y encarcelado por la Gestapo durante la II Guerra Mundial por colaborar con los resistentes.

En la lista con orden de ‘absoluta urgencia’ para su expulsión por motivos de ‘seguridad nacional’, había verdaderos héroes de la lucha contra la ocupación nazi de Francia, como el comandante Galeano, o las propias hermanas Úriz, responsables del ‘maquis español’ en la región de París junto a los también hermanos Josep y Conrad Miret, muertos a manos de los nazis.

Margarita Bremer, una de las participantes en el homenaje de Berlín, recordaba un detenido que fue sacado de casa en pijama. Los policías le dijeron que se vistiera y que cogiera un plato y una cuchara para desayunar. Él, pensando que no tardaría en regresar, les dijo que prefería desayunar en su casa. Jamás volvió y fue colocado, con los demás, en la frontera con el ‘bloque soviético’.

El grupo de Fernando Lafuente, que en 1950 tenía 16 años, estuvo vagando sin rumbo, escondiéndose de día y caminando de noche, gracias a que uno de los deportados había estado en un campo de exterminio, entendía algo de alemán y podía interpretar los carteles que encontraban. Como ocurrió con la mayor parte de los deportados en esta zona de Europa Central, al ser localizados por los soviéticos pasaron a ser sospechosos de espionaje. En algunos casos, la situación se aclaró gracias a las explicaciones que suministró a las autoridades de Alemania Oriental el Partido Comunista de Francia; en otros casos, antiguos brigadistas internacionales, que sabían algo de castellano, hicieron de intérpretes.

Elsa Osaba, en su relato particular, explica que su tío José “se suicidó… ¡de un disparo en la espalda!” mientras otro familiar, de nombre Francisco, fue encarcelado durante años cuando todavía no se había recuperado del trauma por haber estado en el tétrico campo de concentración de Mauthausen.

Orden de expulsión de 'urgencia absoluta' contra Elisa Úriz. / badostain.net
Orden de expulsión de ‘urgencia absoluta’ contra Elisa Úriz. / badostain.net

Además, todas las organizaciones y  publicaciones vinculadas al PCE fueron prohibidas, entre ellas la Unión de Mujeres Españolas, en la que militaban las Úriz, y la revista Mujeres Antifascistas, a cuyo consejo de redacción pertenecía Elisa, la menor de las dos hermanas. Mayor escarnio supuso la liquidación de la Amicale des Anciens FFI (Fuerzas Francesas del Interior), es decir la asociación que agrupaba a los antiguos combatientes españoles de la Resistencia, muchos de los cuales habían entregado sus vidas para liberar a Francia del yugo nazi.

Estas dos hermanas, de origen navarro,  pioneras de la renovación pedagógica en España, destacadas militantes en la II República y la Guerra Civil, lograron retrasar su expulsión casi un año hasta que en agosto de 1951. Recibida en abril la correspondiente orden, tuvieron que abandonar Francia y refugiarse en Berlín Oriental ese mes, formando con los demás una peculiar comunidad de un centenar de personas que habían sufrido el exilio por partida doble, primero tras la Guerra Civil y después debido a la ‘Operación Bolero’.

Homenaje a las víctimas

Hoy prácticamente no quedan supervivientes de aquellos hechos, salvo algunos hijos o nietos de aquellos deportados. Concretamente, en el homenaje de Berlín estaban presentes, aparte de Fernando Lafuente y Margarita Bremer, ya citados, la hija y nieta de esta última, Anja y Friederike, Mercedes Álvarez (hija de Ángel Álvarez), Paloma Plaza (hija de Eliseo Plaza), Julio Aristizábal y la doctora Olga García Domínguez, que llegó a Berlín Oriental unos años más tarde.

Sus mayores, como Elisa y Josefa Úriz, fueron enterrados en lugares especialmente habilitados y de forma preferente junto a los brigadistas internacionales de la Guerra de España, al lado de otros destacados luchadores por el socialismo y contra el régimen hitleriano en los dos principales cementerios de la extinta República Democrática de Alemania.

Jamás, desde la Guerra Civil, una representación oficial de España había reconocido ese sufrimiento hasta la inauguración de la exposición sobre las hermanas de origen navarro que permanecerá abierta hasta el 5 de abril y que, probablemente, recorrerá otras ciudades alemanas. Tanto a la inauguración como a la recepción oficial de la Embajada, asistió una delegación del Ayuntamiento del Valle de Egüés y del Concejo de Badostáin, de donde eran originarias, presidida por Alfonso Etxeberría y Xabier Ziritza.

Olga García Domínguez, que conoció personalmente a Elisa Úriz, se encargó de agradecer el histórico gesto hacia los exiliados al embajador, Pablo García-Berdoy, quien lamentó que esta iniciativa no se hubiera realizado antes.

El mismo sentido tuvo la intervención de la directora del Instituto Cervantes, Cristina Conde, que destacó expresamente el reconocimiento a quienes, víctimas de la psicosis de la Guerra Fría, sufrieron el exilio por partida doble. Desde el Instituto Cervantes se planteó incluso la posibilidad de que se pudiera llevar la exposición a París, dando así ocasión a que Francia también borrara este punto negro de su historia contemporánea.

¿Existe el nacionalismo español?

 

EVA VÁZQUEZ

Fuente: El País. 10 MAR 2015

Autor: Francesc de Carreras.

Mi viejo y querido amigo Luis Feduchi me reprochó hace unos meses que en mis artículos sólo tratara del nacionalismo catalán y muy poco, o nada, del español. Le prometí escribir sobre el tema. Ahí va el artículo, Luis.

Aclaremos el punto de partida. Nacionalismo deriva de nación, pero no de cualquier concepto de nación sino, al menos en el contexto europeo moderno, de uno específico: del concepto de nación identitaria (o cultural), muy distinto al de nación jurídica (o política).

Sin entrar en complejas disquisiciones, entendemos por nación identitaria aquella comunidad cuyo vínculo de unión entre las personas que la componen está basado en un sentimiento de pertenencia debido a compartir ciertos rasgos peculiares que condicionan o determinan su personalidad individual. Estos rasgos, de naturaleza más o menos objetiva, suelen ser una lengua, una religión, una raza, un pasado histórico común, una cultura, un territorio o unas arraigadas costumbres. Se considera que tales rasgos —todos, algunos o solo uno de ellos— confieren una identidad colectiva nacional que genera una corriente de afecto mutuo y de solidaridad entre sus miembros, capaz de crear una sociedad diferenciada respecto de su entorno.

Muy distinto es el concepto de nación jurídica (también denominada nación política). Desde esta perspectiva, la nación está formada por un conjunto de personas libres e iguales en derechos, es decir, por ciudadanos, que residen en un determinado territorio y cuyo vínculo de unión es una Constitución elaborada y aprobada por ellos mismos o por sus representantes. Su función consiste en delimitar el ámbito de libertad de estos ciudadanos mediante normas jurídicas y garantizarlo mediante órganos institucionales. A este conjunto de normas y órganos le denominamos Estado de Derecho y, si asegura la igual libertad de todos, le añadimos los calificativos de democrático y social.

 

Leer artículo completo en El País.

 

Así escondió Franco en España a Beria, el ‘carnicero’ de Stalin.

Beria, con la hija de Stalin en brazos y el dictador al fondo.

Fuente: El Confidencial, 13/03/2015.

Autor: Germnán Sánchez.

Torcuato Luca de Tena, director de ABC, soñó pasar a la historia con un titular de alcance mundial: Así escondió Franco en España a Beria, el carnicero de Stalin. Víctima de un aventurero internacional de nacionalidad nicaraguense y orígenes malagueños, llamado Fabio Gallo, que le vendió, estando de vacaciones en Torremolinos, la exclusiva de la presencia de Beria en España, Luca de Tena se atrevió a salir, sin pasar por la censura, y sin pruebas, afirmando que Beria estaba en España. Se lo hicieron pagar con su fulminante destitución.

La historia, que relata Juan Benet en su impagable Otoño en Madrid hacia 1950, sucedió hace 62 años y la protagonizaron dos personajes: Domingo Dominguín y Lavrenti Beria, quien controló la policía política de la URSS de Stalin entre 1938 y 1953. Su principal ‘logro’ fue la eliminación del rival del dictador, Trotski, antes de que en 1941 comenzase la invasión nazi de la URSS, y tejer la red de espías atómicos que, cuatro años después de Hiroshima, pondrían la bomba en manos de la Unión Soviética.

La muerte de Stalin en 1953 llevó a la destitución de Beria que, súbitamente retirado de la escena política, se hallaba en un lugar desconocido. Domingo, uno de los dos hermanos  de Luis Miguel Dominguín, fue torero, empresario y miembro del Partido Comunista de España. Los Dominguín eran cosa aparte. Su hermano Luis Miguel tenía acceso, a la vez, a un exiliado, caracterizado comunista, Pablo Picasso, y a Francisco Franco. Joaquín Jordá, amigo de Domingo Dominguín, contaba que en una cacería Franco le preguntó: “Dígame, Dominguín, ¿quién es el comunista de los tres?«. Y Luis Miguel contestó: «Los tres, mi general, los tres”.

100 años sin verdad: el genocidio armenio.

Mujer armenia al lado de su niño muerto [Foto: American Committee for Relief in the Near East via Wikipedia]
Fuente: unitedexplanations.org.

Autora: Belén Agüero. 06/03/2015.

En abril de este año, se cumplen 100 años del genocidio armenio, un evento poco conocido de la historia del siglo XX, en el que murieron entre un millón y medio y dos millones de personas a manos del Imperio Otomano.

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¿Quién se acuerda del siglo XX?

Fuente: Anatomía de la Historia.

Autor:  Ismael Gómez García, 28 enero de 2015.

Escribir una historia del siglo XX que no supere las 250 páginas debe de ser un encargo complicado. Lo digo desde la perspectiva de quien solo ha vivido como testigo con suficiente conocimiento los últimos 15 años del mismo.

¿Beneficia la brevedad de la obra a la objetividad de un libro así? Podría pensarse que lo reducido del número de páginas llevaría a un historiador a concentrarse en los hechos y olvidar las apreciaciones personales, un lujo cuando cada palabra elegida deja fuera otra, quizá no esencial, pero sí lo bastante sustancial para que el resultado sufra.

Leer artículo completo en Anatomía de la Historia.

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Una pequeña aportación propia en relación a este tema.

Más sobre el Siglo XX y 091:

Cuba-Estados Unidos: el último capítulo de la guerra fría.

Sorpresa en la Calle Ocho de Miami tras el anuncio de diálogo con Cuba

Fuente: El Diario.es
Autor: Pascual Serrano, 17/12/2014.

Conversaciones secretas al más alto nivel, intercambio de agentes, mediación del Vaticano, preparación del ambiente mediante editoriales en los diarios más influyentes, comparecencias simultáneas (que no conjuntas) de los jefes de Estado enfrentados difundidas en directo… Ayer asistimos a uno de los últimos capítulos de la guerra fría, una parte de la historia que a los jóvenes europeos les resulta absolutamente ajena pero que en Cuba se vivía todos los días.

El acuerdo, además del tremendo impacto humanitario y político de la liberación de presos en ambos países, supone el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, si bien, en palabras de Raúl Castro, «esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar».

La Guerra Civil Rusa.

La Guerra Civil rusa siguió a la Revolución de Octubre gracias a la cual, por primera vez en la Historia, se había instalado en el poder de un país un gobierno comunista, aunque en esa época se conocía a los protagonistas de la Revolución como bolcheviques. La guerra transcurrió entre 1918 y 1921 y se desplegó en diversos frentes, estallando cuando aún no se había terminado la participación rusa en la Gran Guerra ni se había firmado el Tratado de Brest-Litovsk. Se dio la circunstancia de que la Guerra Civil fue un conflicto en el que se dieron numerosas injerencias de países extranjeros contrarios al triunfo del comunismo.

En Siberia se constituyó un gobierno en Omsk que organizó un Ejército Blanco, dirigido por Kolchak. Este ejército fue apoyado por una legión checa formada por prisioneros de guerra liberados. Consiguieron hacerse con el control de importantes sectores del ferrocarril transiberiano y marchó hacia el Oeste.

En el Sudeste se concentraron parte de los cosacos. En el Sudoeste, por su parte, se formó un Ejército Blanco al mando de Denikin. Desde Ucrania avanzaron hacia el centro de Rusia. En Irak se encontraba el ejército británico, muy interesado en controlar los yacimientos petrolíferos de Baku.

Desde el Norte, una fuerza multinacional, al mando del general Miller, compuesta por británicos, estadounidenses, canadienses y franceses, desembarcó en Murmansk y ocupó Arcángel.

Por fin, en el Oeste, se desencadenaron ataques de fuerzas de las distintas nacionalidades que en el pasado habían pertenecido al Imperio Ruso: Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia y Polonia.

Esta situación parecía que iba a desbordar al Ejército Rojo, creado por Trotski. Eran muchos frentes y se tomó la decisión de liberarse del frente oeste. Para ello se pactó la independencia de estos Estados. En el caso polaco y finés, ya Estados independientes, lo que se acordó fue la ampliación de sus fronteras. Esta decisión mejoró la situación del Ejército Rojo. Otra circunstancia permitió que aún mejorase más. El Ejército Blanco se negó a negociar la paz, lo que hizo que sus aliados occidentales se retiraran del conflicto en 1919. Además, en el seno de los blancos imperaba la desunión y cundía la disciplina.  Por otro lado, en las zonas que controlaban reinaba un evidente descontento social protagonizado por los campesinos porque las autoridades blancas se negaron a emprender reformas agrarias. Todos estos factores son claves para entender la victoria del Ejército Rojo, sin olvidar la férrea disciplina de esta fuerza armada gracias a la figura de los comisarios políticos y a una buena organización, fruto del trabajo de Trotski. Además, el campesinado apoyaba al Ejército Rojo y las nuevas autoridades no escatimaron el empleo del terror como medio para imponer su autoridad. En 1921 la situación era claramente favorable a los bolcheviques y la guerra terminó, pero el país estaba arruinado.

La guerra fue aprovechada para reforzar el autoritarismo bolchevique ante el evidente peligro para la existencia del nuevo régimen. Se suprimió todo tipo de oposición: eseritas de izquierda y mencheviques. En 1918 se aprobó un decreto que creaba tribunales especiales contra los delitos de prensa. Cualquier crítica era considerada un acto contrarrevolucionario y, por lo tanto, sus autores severamente castigados.

En lo económico se implantó el comunismo de guerra, que establecía la obligación de todos los campesinos de entregar un alto porcentaje de sus cosechas.

Fuente: Blog»Los ojos de Hipatia«.

Autor: Eduardo Montagut Contreras. Doctor en Historia Moderna y Contemporánea.

Hiroshima, año cero

Fuente: El Mundo. Especial 70 aniversario fin de la II Guerra Mundial.

Autor:JULIO MARTÍN ALARCÓN

Cuando apenas ha despuntado el sol, y se empiezan a ver las primeras bicicletas y el trasiego de los tranvías en las calles de Hiroshima, el calor de la mañana de agosto es ya casi asfixiante. Roza unos 30 grados envueltos en una bruma de humedad que transporta el río Ota, cuyo delta desemboca en el Mar Interior de la preciosa bahía de donde surge la isla de Mijayima. Han pasado casi 70 años de aquel 6 de agosto de 1945 cuando a las 8.15 explotó la primera bomba atómica sobre una ciudad, la única de la Historia junto a su hermana Nagasaki.

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